EZRA Y MASAUDA SASSON

 Historia de un matrimonio en la judería de Bagdad del S XX que usó su fortuna para mejorar la vida de otros judíos aun a riesgo de perder la vida en ello.


 El prominente linaje judío de los Sasson, descendiente de los dos hijos de Sasson ben Salih, DAVID SASSON  y su hermano Yosef,  no se asentó todo él en La India y La China, (para acabar en el  Reino Unido) o como Yosef, en Siria, Egipto (para recalar en Brasil)  sino que una parte se quedó -de momento-  en Bagdad. Ezra Sasson y su esposa, Masauda Shemtov, nacida en 1883, fueron de los que se quedaron y en Bagdag concibieron seis hijos.

 En febrero de 1917 -plena Guerra Mundial- el Imperio Otomano pierde Irak, que pasa a ser controlado por el Imperio Británico, con tropas traídas de su colonia en la India. Los jerarcas británicos, que no eran pocos, necesitaban un cuartel general para administrar el territorio, y para alojar al nuevo gobernador requisaron la casa de Ezra y Masauda. Sólo les dieron 24 horas para hacer la mudanza a casa de la suegra de él.

Pero aquello no era nada comparado con el problema que la familia había vivido pocos meses antes. Esra había sido condenado a la horca por las autoridades otomanas. En tanto que banquero, Esra había rechazado las cartas de pago que los otomanos habían empezado a imprimir. No valían nada. Para evitar una revuelta en Bagdad, decidieron que el ahorcamiento fuera en Mosul -la antigua Nínive de la diáspora judía de los asirios. Ezra debía recorrer los más de cuatrocientos kms que distan entre Bagdad y Mosul a pie.

 Imaginen a una madre con seis hijos, con su marido a punto de ser ahorcado, y desalojada de su casa para tener que refugiarse en casa de sus padres.

Ezra Sasson recién llegado a Manchester. 

Pero hubo suerte y uno de los jueces del caso anuló la condena. A Ezra le quedó para siempre el trauma de saberse espiado, en el punto de mira, y no sólo debía cuidar sus movimientos, sino también sus pensamientos, porque el sionismo, en Irak, entonces, estaba prohibido. Y Ezra creía en el sionismo. En los archivos de Keren Kayemet Le´Israel consta la correspondencia mantenida entre Sasson y esta organización sionista. En una carta de octubre de 1921 -ya desmantelado el Imperio Otomano y empezado el Mandato Británico en Palestina- Sasson confirma su filantrópica donación para comprar las tierras donde se construirá el moshav llamado Kfar Yejeskel con una condición: que nadie tenga conocimiento público del hecho. ¿El motivo?  El miedo a que en Irak sus enemigos supieran que su sionismo se expresaba sufragando asentamientos para judíos de Europa del Este. El nombre del moshav , Yejezkel (Ezequiel) era un homenaje a su hermano menor, ahogado en el río Tigris a la temprana edad de 27 años. Ezra y los otros dos hermanos vivos, Yoseph y Moshi, acordaron hacer ese homenaje a aquel joven que no tuvo tiempo de dejar tras de sí descendencia. Sus vástagos serían los habitantes  de Kfar Yejeskel, cuyo solar costearon los Sasson con un montante de 36.000 libras de la época.

Messaud, por su parte, también se dedicaba a la mejora de las condiciones de vida de los judíos, pero en este caso de los judíos de Irak. Un día tuvo noticia de que por las afueras de los campamentos de los oficiales ingleses merodeaban jovencitas judías que sin duda alguna tenían esperanza de salir  de la pobreza casándose con un soldado inglés. Messaud rápidamente se dio cuenta del peligro que eso suponía para las osadas chicas, que podían ser víctimas de abusos y violaciones por parte de hombres que hacía meses que no conocían hembra. Messaud decidió que había que hacer algo al respecto, pero algo verdaderamente efectivo, no un mero arranque de generosidad económica, sino algo que según la Tsdaká -la justicia social- está en un nivel superior: hacer lo posible para que el necesitado obtenga un trabajo con el cual poder mantenerse a sí mismo. Y fue así como se le ocurrió montar L´Atellier, un colegio de costura donde las muchachas aprenderían a tener un oficio que las permitiera labrarse el futuro por sí mismas. Parte de la comunidad judía se indignaba: ¿desde cuándo una mujer interfería en la vida de la comunidad? Messaud pidió entrevistarse con el Gran Rabino de Bagdad, que también era el presidente de la comunidad, y le expuso sus pretensiones por el bien de las muchachas pobres. El rabino, encantado, le dio algún dinero -un doblón de oro- y una carta de recomendación para que los judíos pudieran hacer sus donaciones con la bendición rabínica. El colegio fue un éxito y las chicas que aprendieron allí los fundamentos de la moda eran muy requeridas como modistas y también como dependientas de las primeras boutiques. Regina, la hija mayor de Messaud, contó que llegaban a su casa señoras que en vez de dinero pedían que su hija entrara en el colegio.

Mesasud y Ezra, ya en Manchester.

Pero las cosas se iban poniendo muy negras para los judíos de Irak tras la refundación  burocrática del Estado de Israel. Al igual que ocurría en otros países de mayoría musulmana,  el antisemitismo crecía hasta extremos como los vividos en el  traumático episodio llamado FARHUD, punto de inflexión para la implementación de la operación Yejeskel, que trasvasa la judería de Basora, Mosul y Bagdad a Israel.

El catorce de enero de 1951 lanzaron una granada contra la sinagoga de Messaud Shemtov, matando a cuatro judíos, un niño de doce años entre ellos.  Ezra y Messaud decidieron que había que tomar una decisión: y emigraron a Inglaterra, al calor de sus familiares de la India, que ya estaban instalados hacía tiempo en la comunidad sefardí de Manchester.