El Centro de Arte Contemporáneo Bòlit-La Rambla inauguró ayer una expo donde describen a la capital de Israel como un laboratorio de «violencia suspendida» y cosas mucho peores.
Texto de la promoción de la exposición
Jerusalén ID es un proyecto de Mapasonor + Domènec dónde se visualiza la ciudad de Jerusalén como un laboratorio de «violencia suspendida».
En los conflictos se nos suele mostrar la violencia de manera «espectacular». La violencia suspendida, a diferencia de la espectacular, es silenciosa y no se ve, pero afecta radicalmente al cien por cien de la población palestina e impide el desarrollo normal de su vida*.
En Jerusalén Este (la parte palestina), el Estado de Israel desarrolla un catálogo de sofisticadas estrategias de violencia suspendida que forman los contenidos de esta exposición, desde la complejidad de los planos urbanísticos hasta a la humillación usando el hecho identitario árabe.
Un ejemplo de esta violencia suspendida es el Jerusalén ID, el documento de identidad de la población autóctona palestina que desde hace centenares de años habita la ciudad: es solo un permiso de residencia que puede ser revocado en cualquier momento e impide el ejercicio de una ciudadanía con derechos.
La muestra de este museo , producida por el Mataró Art Contemporani y el colectivo Malpasor está realizada por Domènec, Kilian Estrada, Sàgar Malé y Maria Salicrú-Maltas, Basada en el texto «The Monster’s Tail» d’Ariella Azoulay y Adi Ophir.
El folleto desde el cual cxon la disculpa de la fotografía y el video se pretende manipular la realidad jerosolomitana se puede consultar en el siguiente pdf llibret-jerusalem-id-baixa
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