Una villa aragonesa que busca su pasado hebreo conciliando lo que dicen los archivos con lo que enseñan los arqueólogos.
Pocos kms. al nordeste de Zaragoza, mirando al Ebro pasar, hay una pequeña y encantadora localidad llamada Alagón; de probada antigüedad pre-romana, está hoy junto a la autopista cuyo trazado es prácticamente el mismo de la calzada romana que llevaba de Tarraco (Tarragona) a Legio (León) pasando por Caesar Augusta (Zaragoza) Es decir, que la presencia judía en Alagón lo más probable es que sea de tiempos de los romanos. Pero aunque se sospecha un importante núcleo de población hebrea en tiempos islámicos – a partir del 711- sólo hay documentación de ello desde el S XII, cuando Alagón es reconquistada por Alfonso I El Batallador.
La judería de Alagón está tradicionalmente ubicada en lo que hoy en el pueblo llaman el Barrio Verde y es ahí donde habitaron los judíos de los cuales los archivos cuentan que en 1136 realizan ventas de parcelas o hasta un figueral -de higuera- como el que vendió Alhaquim Abinbenist a Iñigo Gallinz, teniendo por testigos a «iudeos Abinlatef Aliazar, Saul rabi de Alagón…”
También se sabe que la aljama era próspera -constan los tributos que se pagaban al rey- y que para el S XV su población judía suponía el 25 % de la población total del lugar: unas doscientas cincuenta familias de las setecientas que allí moraban. Y algunas, según Pilar Pérez Viñules, historiadora local, algunas de esas familias eran bastante adineradas.
Mosse Abenforna, que además de casas y campos en Alagón, tenía casas y una tienda en Zaragoza o de Juce Arama que le deja a su esposa Oro Albella, anillos, piedras preciosas, ropas de seda y oro. Y junto a ellos, otros como Gento Alborge que, al no pagar el arriendo de su tenería, se la quitan.
La sinagoga daba nombre al barrio y parece ser que durante muchos años estuvo en construcción. En 1454 se firmó un contrato de 340 sueldos con un carpintero morisco de Plasencia para “… una tebá de fusta pora la sinoga de Alagon…”, es decir, para construir la tevá de la sinagoga en madera. Por supuesto también había carnicería, horno y bañuelo (mikve) además de numerosas tiendas en la Plaza y hasta unas tenerías a nombre de Salamon Alfrangil.
La sinagoga estaba, según el arqueólogo Javier Peña Gozalbo, y refrendado por M.A. Motis Dolader, en lo que hoy llaman la Replaceta de Virto, en la parte alta de la villa, que también es la más antigua. El edificio, que aún no tiene una datación concreta, es de propiedad municipal desde el año 2015, cuando su última propietaria lo donó al ayuntamiento. Perteneció a un antepasado suyo por vía materna que se instaló en Alagón como notario en el S XIX. Está en proceso de recuperación arqueológica
Se trata de un edificio de tres plantas y se cree que estaba apoyado en la antigua muralla, hoy inexistente. En el S XIX el edificio sufrió una profunda remodelación -por ejemplo, se le colocaron los aleros- No obstante, la pérdida de enlucidos de la fachada en varios puntos demuestran que debajo hay signos evidentes de ser un edificio medieval.
Su historia llega a haber sido cuartel general de las tropas fascistas de Musolinni, por lo cual en algunos lugares aparecen grafittis de exaltación a esta ideología.