Sale a la luz uno de los libros de rabí Abraham Abulafia, judío aragonés del S XIII que enriqueció el mundo de la Kabalá con una vía alternativa.
Gerona, a principios del S XIII, fue un importante centro cabalístico-la Kabalá contemplativa- creado a partir de Isaac El Ciego, hijo del Rabad (Rabí Abraham Ben David) De aquí sobresale Ha´Rambán, o Najmánides y la oposición a la modernidad de Maimónides. Pero en la segunda mitad de ese mismo siglo XIII el epicentro de la intelectualidad abandona Gerona y pasa a Bacerlona, donde en 1263 tendrá lugar la disputa de Barcelona. Nace aquí el círculo cabalístico extático, impulsado sobre todo por Abraham Abulafia. (Zaragoza, 1240-?, 1291/1292)
Formado en Tudela, Navarra, con 20 años fue a Eretz Israel a buscar el río Sambatyon y las tribus perdidas, pero volvió a Cataluña sin haber triunfado. Fue entonces cuando se empieza a dedicar a la Kabalá. Suscitó la admiración de un gran número de discípulos pero también un gran número de oponentes y detractores, como por ejemplo Shlomó Ben Aderet, que le lanzó al anatema y le obligó a exilarse en la isla de Comino, hoy perteneciente a Malta. Más tarde, el mismo Papa Nicolás III le condenó a morir en la hoguera, pero el que murió no en la hoguera fue el pontífice.
Abulafia no atiende a las manifestaciones de la naturaleza divina en el ser humano, sino a la vía de acceso a esa naturaleza divina pronunciando los nombres divinos a través de las combinaciones de los distintos signos del alefato hebreo (en hebreo no hay letras, sino signos) acompasados de melodías y movimientos corporales que propician la experiencia mística. En su obra Or Ha´Sejel, el libro del Intelecto, trata concretamente de las combinaciones de los cuatro signos hebreos del Nombre por antonomasia: Ha´Shem.
Obelisco, que ya ha publicado una gran biblioteca en su Colección de Kabalá y Judaísmo, nos presenta en esta ocasión una obra traducida por la compañía británica Polilingua, con el interesante detalle de que cada párrafo va precedido por el texto hebreo original para los bilingües, y en general, para todos quienes quieran profundizar en todas las esferas paralelas de la mística judía en la época de la Edad de Oro del pensamiento judío en Sefarad, cosa que hicieron, por ejemplo, autores de la talla de Guershon Scholem y Umberto Eco.
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