LA YESHIVÁ DE PEREIRA

Historia de la más importante institución acadeémica de Jerusalén en el S. XVII y XVIII, hoy inexistente.


 En el S. XVI, tras la conquista de Jerusalén por el Imperio Otomano, poco a poco se fue reconstruyendo la vida judía  inherente a la capital de los Hijos de Israel. Y así, en el S. XVII, con gran esfuerzo por la presión fiscal de Constantinopla, se crearon allí las dos primeras e importantes academias rabínicas -yeshivot, plural de yeshivá. También estas dos instituciones docentes tenían en común el que ambas tenían idéntico  nombre –Beit Yaakov, La Casa de Yaakov- por lo que para diferenciarlas se las denominaba con el nombre de sus benefactores. A una se le llamaba Yeshiva de los (hermanos) Vega -de Livorno, Italia, y a la otra, de Pereira.

 El apellido judío Pereira -profuso y con no pocas personalidades notables- es de origen toponímico (originado por el nombre de un topos, un lugar) Este lugar es la localidad de Pereira, en lo que hoy es la provincia de La Coruña (Galicia). Luego, en un momento indeterminado, ya creado el condado portulacalense, pasarán a vivir en Portugal. Cuando se crea allí el tribunal de la Inquisición, huirán siguiendo el tradicional trayecto hacia el norte de Europa vía Bayona y Burdeos, en Francia, y Amsterdam y Hamburgo, entonces provincias independizadas del Imperio Español.

R. Jizkía de Silva, nacido en Livorno, a los 20 años se radicó en Jerusalén para estudiar en la yeshivá de los Vega. Por aquel entonces el jajam bashi de Jerusalén era r. Moshé Galante, y cuando éste murió, De Silva le sustituirá. Fue entonces cuando se le envió a Europa como emisario (shadar) para recolectar fondos con los que asegurar la vida judía en Jerusalén. (Las autoridades otomanas imponían altos impuestos a los judíos para disuadirles de vivir en la ciudad) Fue así como llegó a Amsterdam -donde imprimió su obra- y donde conoció a r. Yaakov Pereira, famoso por su generosidad filantrópica tanto en Europa como en Eretz Israel.

R. Yaakov Pereira era hijo de Abraham Pereira -hijo de anusím- que fue quien salió de Portugal hacia Amsterdam. En 1659, cuando los sabios de Amsterdam estaban ya emergiendo en Londres, había construido en Jebrón la gran yeshivá de «Jesed Abraham». En 1699, Abraham se reunió con sus padres, y su hijo Yaakov, para honrar su memoria, incrementó los fondos que se destinaban a sostener la yeshivá de Jebrón. Fue entonces cuando decidieron hacerla más grande. Da Silva, también llamado el Pri Ha´Jadash, El nuevo fruto, propuso a Pereira que ese engrandecimiento sería bueno que se extendiera hasta Jerusalén, con una yeshivá hermana de la de Jebrón. Y además estaba el hecho de que había fallecido Galante, buen momento, pues, para iniciar una nueva época.

La yeshivá -con un presupuesto de 20.000 florines- se inauguró en el mes de elul del año 5451, que es en el calendario gregoriano el de 1690. Su director, y redactor de sus estatutos, por supuesto, fue Da Silva, que contaba con un presupuesto de 800 florines para el primer año de existencia de la institución académico-rabínica. También había una partida aparte para la compra de libros. Ha´Pri Ha´Jadash, así llamado por su más famosa obra, murió en 1695. Por decisión de Pereira y aconsejado por los sabios jerosolomitanos, le sucedió en la dirección del salonicense r. Yaakov Moljo, hasta entonces presidente del tribunal rabínico.

El edificio constaba de tres salas. Una de ellas, era el Beit Midrash Ha´Gadol (el grande) Otra, para el pequeño. La tercera sala era la biblioteca. En la grande se sentaban -yeshivá es de lashevet, sentarse, como Shabat- nueve autoridades: el presidente, junto a cuatro sabios, jajamím, y cuatro baalei Torá, dignidad reservada a un minoritaria élite de jajamím de Eretz Israel para lo que en general se conocía como Neshamot Israel, las almas de Israel, y que eran representaciones carnales y mediadores divinos de todos y cada uno de los espíritus de los israelíes de la época. Eran propietarios (baalim) de los más ocultos secretos místicos de La Torá.

En el midrash katán, la sala pequeña, estudiaban de forma voluntaria, sin dependencia económica de la yeshivá, los talmidím, los alumnos, entre los cuales había uno que era como el delegado de todos ellos ante el midrásh gadol.

Los alumnos del midrash katán, de forma rotativa -como consta en agendas aún disponibles- eran responsables mes a mes de la administración bibliotecaria. La biblioteca acabó teniendo una sala de estudio para jovénes que estuvieran interesados en aprender Torá con las explicaciones de Rashi. Por la mañana se estudiaba en árabe. Por la tarde, después de la oración de minjá, se estudiaba en ladino.

Allí se formaron rabínicamente hablando notables personalidades como r. Yoná Navón, Ha´Jidá, Rappaport, los Meyujás, los Misraji y todos y cada uno de los que en el S XVIII dejaron su impronta en la literatura rabínica de los Hijos de Israel en Jerusalén.

En foto principal, retrato de r. De Silva, anónimo, fechado en 1691 y donado al Museo de Israel.