
Parashá: Shminí, שמיני, Octavo. Levitico 9:1–11:47. Haftará sfaradit : 2 Samuel 6:1–19. Darshán: Morenu Verabenu, el Admor, Ribí David Jananiá Pinto, shlita
“Y fue, en el octavo día, que
Moshé llamó a Aharón, a
sus hijos y a los ancianos de
Israel” (Vaikrá 9:1).
¿Por qué Moshé convocó también a los ancianos de Israel? Nuestros Sabios, de bendita memoria, citaron en el Midrash lo que dijo Ribí Akivá: “Israel fue comparado a un ave: así como un ave no puede volar sin sus alas, Israel no puede hacer nada sin sus ancianos”.
Por lo tanto, Moshé convocó también a los ancianos, porque sin los ancianos Israel no puede mantenerse ni puede hacer nada; todo el poder de Israel reside en sus ancianos. Vi que en el boletín Yabía Ómer se trató acerca del Midrash que dice que Avraham Avinu le pidió a Hakadosh Baruj Hu que trajera la vejez sobre la humanidad. ¿Qué necesidad vio Avraham Avinu de pedirle a Hakadosh Baruj Hu que trajera la vejez? ¿Qué beneficio obtendría de la vejez? ¡Indudablemente Avraham Avinu no pidió la vejez para que las personas honraran más a los ancianos y fueran considerados personajes importantes!
Indudablemente, Avraham Avinu tenía otra intención al pedir la vejez. Siendo así, ¿cuál era el motivo? El Gaón, Ribí Tzvi Hirsch, zatzal, explicó que Avraham Avinu entendía muy bien que si la apariencia de un joven y la de un mayor de edad era la misma, ello iba a provocar muchos tropiezos en la congregación. La experiencia y la gran sabiduría que tienen los ancianos, precisamente por la larga vida que han vivido, es lo que les permite dirigir a los miembros de su generación, y encausarlos con serenidad y una vasta inteligencia, de lo cual carecen los jóvenes. Por lo tanto, Avraham Avinu temió que si un joven luciera igual que un mayor de edad, las personas podrían errar debido a las apariencias; y cuando uno quisiera ir a pedir un consejo de alguien experimentado en la vida, se podría equivocar e ir a pedir, en vez, el consejode un joven inexperto, pues ambos lucen de la misma edad.
A pesar de que la vejez es algo bueno, en la parashá de la semana, encontramos que la Torá habla de los dos hijos de Aharón, Nadav y Avihú, que murieron siendo jóvenes, delante de Hashem. Ellos, aun en su juventud, habían tenido la intención de actuar en Nombre del Cielo cuando ofrecieron un fuego extraño sobre el Altar, delante de Hashem, un fuego que Él no había ordenado ofrendar; ellos quisieron entregar su alma con abnegación en santificación del Nombre de Hashem. Por eso, Moshé Rabenu le dijo a Aharón Hacohén: “Hashem me afirmó: ‘En los que a Mí se acercan Me santificaré’. Cuando Hashem me dijo aquello, pensé que al decir ‘los que a Mí se acercan’, se refería a mí y a ti. Ahora veo que tus hijos son más grandes que tú y que yo, y que el Mishcán se santificó con ellos, pues Hakadosh Baruj Hu los escogió a ellos para consagrar el Mishcán, y fueron tomados a la yeshivá Celestial siendo aún jóvenes”.
Esto es lo que Moshé Rabenu le quiso decir a Aharón: “A pesar de que Nadav y Avihú eran jóvenes —antes de que fueran coronados con la vejez—, fueron grandes Tzadikim, y hasta fueron más importantes que tú y que yo. Pero a pesar de esto, a simple vista, habría sido preferible que el Mishcán hubiera sido consagrado conmigo o contigo, debido a que ya somos mayores; ciertamente, ellos eran jóvenes y ni siquiera se habían casado. “Pero toda la intención de ellos había sido en Nombre del Cielo. Ellos ofrecieron un fuego extraño delante de Hashem, que Él no les había ordenado, precisamente para evitar que los Hijos de Israel cometan transgresiones, para que no piensen que, por cuanto hay un Mishcán, se pueden cometer transgresiones, porque los korbanot de la mañana expían los pecados de la noche previa y los korbanot del atardecer expían los del día que culmina.
Siendo así, los Hijos de Israel podrían errar y pensar que pueden cometer pecados todo el tiempo, pues son expiados a diario. Por eso, el Mishcán fue consagrado con Nadav y Avihú, a pesar de que eran jóvenes”. Ahora se puede comprender bien el gran estudio que se obtiene de la muerte de Nadav y Avihú, tanto para el individuo como para la congregación. Pues, a pesar de que siempre estudiamos de los ancianos, y los ancianos son los que sostienen el mundo, de todas formas, también se pueden encontrar en la congregación de Israel jóvenes que les pueden enseñar una buena lección al público entero, como en el caso de Nadav y Avihú, quienes se entregaron con abnegación en Nombre del Cielo en favor de la congregación de Israel. Y por ello, el Mishcán del Testimonio fue consagrado con ellos, que fueron llamados “los que a Mí se acercan”, como dice el versículo: “En los que a Mí se acercan Me santificaré”.