Parashat «Toldot» , תּוֹלְדֹת, Generaciones, Génesis 25:19-28:9. Haftará sfaradit: Malaquías 1:1–2:7. Darshán, Adi Cangado
La historia de las andanzas de Isaac comienza con las palabras:
» Ve-elé toledot Yitsjak ben Abraham “Estas son las generaciones de Isaac hijo de Abraham. Abraham holid et Yitsjak “Abraham fue el padre de Isaac” (Gen. 25:19).
Pero, ¿suele ser este el modo en el que sigue la Torá cuando comienza diciendo elé toledot “estas son las generaciones”? No
Cuando la Torá utiliza esta introducción nos encontramos con dos estilos diferentes. En unas ocasiones a las palabras elé toledot “estas son las generaciones” lo que sigue es el nombre del personaje y su descendencia.
Así, en Gén. 10:1 dice : «Ve-elé toledot bené Nóaj Shem Jam va-Yáfet“ Y estas son las generaciones de los hijos de Noé: Shem, Jam y Yáfet”.
En Gén. 11:10 dice Elé toledot Shem Shem ben meat shaná vayóled et Arpajshad shenatayim ajar a-mabul “Estas son las generaciones de Shem: Shem tenía cien años cuando le nació Arpajshad, dos años después del diluvio”.
En Gén. 11:27 dice Ve-elé toledot Téraj Téraj holid et Abram, et Najor ve-et Harán, ve-Harán holid et Lot “Y estas son las generaciones de Téraj: Téraj fue el padre de Abram, Najor y Harán, y Harán fue el padre de Lot”. En Gén. 36:1 dice Ve-elé toledot Esav hu Edom “Y estas son las generaciones de Esaú, que es Edom”, a modo de aclaración y en 36:9 dice Ve-elé toledot Esav abí Edom be-har Seír “Y estas son las generaciones de Esaú padre de Edom en el monte Seír”.
Los dos versos incluyen una aclaración sobre quién es Esaú, pero en los versículos siguientes se recuerdan los nombres de sus hijos (36:2-5, 10). En sentido metafórico, durante el relato de la Creación, también se utiliza esta fórmula.
En Gén. 2:4 dice Elé toledot ha-shamayim ve-ha-árets behibaram “Estas son las generaciones de los cielos y la tierra cuando fueron creados”.
Sin embargo, otra veces la Torá utiliza esta expresión para darnos información sobre cómo fue la vida del personaje en lugar de decirnos quiénes fueron sus hijos. Lo citamos hace unas semanas para el caso de Noé, en donde el texto dice : »
Elé toledot Nóaj Nóaj ish tsadik tamim hayá bedorotav et ha-Elokim hit-halej Nóaj “Estas son las generaciones de Noé; Noé (era) un hombre justo, perfecto en su generación; Noé caminó con Dios” (Gén. 6:9).
En Gén. 37:2 dice Elé toledot Yaakob Yosef ben shebá esré shaná hayá roé et ejav ba-tson “Estas son las generaciones de Jacob; cuando José tenía diecisiete años, (y) era pastor, (fue) con sus hermanos con el rebaño”.
Aquí lo que sigue no son los hijos de Jacob sino la historia de su hijo José, porque es en la historia de José en donde hallaremos las claves para entender la figura de Jacob y cómo el pueblo judío al final emigrará a Egipto al final de la historia de Jacob (que es Israel). En la PArashá de Toledot ocurre algo similar. ¿Cuáles son las generaciones de Isaac? La Torá nos responde: Isaac es el hijo de Abraham, Abraham fue el padre de Isaac. ¿Por qué?
Como emigrante de segunda generación, Isaac está asentado en los frutos obtenidos y luchados por su padre. A lo largo de su vida Isaac sigue los pasos de su padre, pero con un perfil más humilde. Al igual que Sara, Rebeca no puede concebir pero al final tiene dos hijos. En la rivalidad entre estos dos niños, Esaú y Jacob, se escucha un eco de la rivalidad de las mujeres de Abraham respecto a los suyos (Isaac e Ismael). Si Isaac y su hermano eran, en el fondo, muy parecidos, estos dos niños en cambio son distintos en su carácter y aspecto físico. Al igual que había sucedido a Abraham, también Isaac sufre el hambre en Canaán y, como su padre, emigra al sur a las tierras de Abimélej. Al igual que Abraham decía de Sara ajotí hi “ella es mi hermana”, lo mismo Isaac dice de Rebeca.
Si la historia de Abraham es rica en aventuras y experiencias, la de Isaac es una vida tranquila. A diferencia de su padre, él no ha llegado a Canaán desde tierras lejanas ni tampoco se va con su familia a Egipto para huir del hambre. Él se queda en los límites de Canáan. Abraham no siempre fue Abraham, pues había sido Abram. Isaac, en cambio, siempre ha sido y será Isaac, y su nombre permanece inalterado. Tendremos que esperar a Jacob para toparnos de nuevo con un personaje complejo. Isaac es un israelí tranquilo, obstinado: paciente.
El capítulo 26 nos da un buen ejemplo del carácter de Isaac, de cómo es su vida. Todos los pozos que había cavado su padre y que los filisteos llenaron de tierra, él volvió a abrirlos. Cuando Abimélej le expulsa, se asienta en Guerar y de nuevo se pone a abrir los pozos que su padre hizo y los filisteos llenaron de tierra. E Isaac les pone a esos pozos los mismos nombres que su padre les había dado. Y cava otro pozo (v. 26:19) y otro pozo (v. 26:21) y otro pozo (v. 26:22), y Dios le promete prosperidad y bendición. Isaac alza un altar, hace su oración, establece allí su tienda y a continuación … (¿cómo no?) ¡cava otro pozo (v. 26:25)! Pasados los años hace las paces con Abimélej y después del banquete, ¿qué hace Isaac? Cavar un pozo (v. 26:33).
© Adi Cangado