
En el mes de adar hay unas parashot adicionales a las habituales.
En el mes de adar -el mes de Purim, el mes de las suertes y el destino (Pur es dela misma raíz que Ki-pur)- además de las parashot correspondientes a las cuatro parashot mensuales, se leen también otrascuatro parashot adicionales, que son leídas como la porción de Torá que lee -canta- el Maftir en el servicio de Shajarit de Shabat, inmediatamente después a la parashá semanal pertinente.
«Shkalim» (Siclos) -(Números 28:9-15)- es la primera de esas cuatro parashot y se lee en el Shabat precedente a Rosj Jodesh Adar (R. Jodesh Adar Bet si el año es embolismal, esto es, cuando hay dos meses de adar: adar alef y adar bet). Para ello se sacan del Hejal dos Rollos de Torá: uno, para la lectura de la parashá correspondiente y otro para la parashá del maftir. Dado que la Haftará, o conclusión de la parashá, que siempre es es del Libro de Nebiím -Profetas- versa sobre el tema que leyó el mafir, en estos cuatro sábados el tema de la lectura de los profetas está vinculado al de la porción especial de ese Shabat, la que se leyó en el segundo Sefer Torá y no a la porción semanal que se leyó en el primero.
¿Y toda esta liturgia por qué?
En el calendario antiguo -el de La Torá- el primer mes del ciclo judío anual es el Primer Mes, que es el de nisán -el de la primavera, el de Pesaj. A partir de ese mes, la compra de animales para los sacrificios se debía de hacer con las nuevas aportaciones recibidas en el Templo. Adar, como sabemos, es el mes anterior a nisán, así que la ortodoxia talmúdica fijó que adar era buen momento para recordar al Pueblo de Israel que debía empezar a aportar su donativo. Hoy en día, con el Templo destruido, sustituido por las sinagogas, no tenemos el mérito de efectuar ofrendas rituales, pero para recordarlo y no olvidarlo, además de para hacer una donación simbólica, leemos la porción de «Shkalim» (ver Mishná Berurá 685:1, Mikraei Kodesh 3).
La parasha de Vaiekel, que es la correspondiente a la adicional de «Shakalim», nos relata la construcción del Tabernáculo; nos cuenta desde quiénes fueron las personas designadas como artesanos de esa obra de diseño divino hasta las más precisas instrucciones para darle forma. Para ello se solicitó que cada cabeza de familia aportara una donación económica de medio siclo, medio Shekel.
¿Y cómo se relaciona medio shekel con la fiesta de Purim? Cuando Hamán propuso a Ajashverosh la aniquilación de los judíos, el monarca ofreció pagar 10.000 “kikares” por el derecho a hacerlo (Ester 3:9). Dado que un kikar equivale a 3.000 shekels, Amán estaba tasando a los judíos en 30 millones de shekel.
Por eso, en el ayuno de Esther es costumbre dar un shekel de limosna. No olvidemos que la caridad, la tzdaká, צדקה, es mitzvá, mandamiento.
Esta donación de medio shekel instituye luego, en el Templo de Jerusalén, el impuesto de majatzit ha´shekel, el medio shekel, que servía para recaudar fondos con el que comprar los animales que serían sacrificados; o también para pagar el sueldo de los jueces, entre otras cosas. Este tributo pecuniario se entregaba el día Rosh Jodesh de Nisán, como hemos dicho, y en adar se recuerda que había que reorganizar la administración económica del Templo.
El siclo, en realidad, antes que nada fue una medida de peso. Lishkol, לשקול, pesar. Servía para las transacciones, pero cuando se empezaron a comerciar grandes cantidades, por ejemplo, hubo necesidad de crear la moneda que pesaba exactamente la cantidad del peso antiguo.
¿Por qué medio siclo y no más? Porque así dos judíos hacen un shekel, un peso, es decir, para que sepas que nunca puedes ser del todo individual. ¿Y esto que tiene que ver con Purim? Purim celebra la alegría de poder estar unidos como pueblo, no partidos por la mitad. Y contribuir juntos para tener posibilidad de realizar físicamente los sacrificios del Templo de Jerusalén. Así no hay diferencia entre rico y pobre, todos aportan lo mismo: iguala ante La Torá.
La segunda perícopa (parashá) del mes es la de «Zajor», (Deuteronomio 25:17-9), que significa «Recierda». ¿Recordar el qué?. El sufrimiento que nos infligió el pueblo de Amalek, el símbolo del mal humano por excelencia. Nuestros sabios de bendita memoria, Jazal, dispusieron en el Talmud la lectura de esta parashá porque en Purim celebramos la victoria sobre el malvado Amán, que era de descendencia amalecita. Según algunos de los sabios medievales ( de la era rabínica de los rishonim), el precepto de recordar lo de Amalek se cumple leyendo del rollo más bonito y preciado de la sinagoga y quien lee, debe de hacerlo de la mejor y más exacta manera posible, con suma escrupulosidad ritual en la dicción.
La tercera porción de lectura semanal es la de «Pará» (Números 19:1-22), en la que aprendemos el método de purificación de toda impureza, lo que habría de permitir ingresar al sagrado recinto del Santuario y realizar los sacrificios de manera kasher, esto es, apta (para los standard requeridos en los cielos). Es una forma de recordar que debemos empezar a ir pensando en los preparativos para el gran sacrificio de Pesaj.
La cuarta y última parashá «Hajodesh» , este mes, (Éxodo 12:1-20). En ella se tratan los temas de la consagración del novilunio -es decir, Rosh Jodesh- y leyes relativas a Pesaj. Esta porción se debe leer en vísperas del inicio del mes de nisán, pues al leerla se estimula e incentiva nuestra preparación para cumplir con la fiesta de Pesaj y sus distintos preceptos.
Ahora bien: ¿Qué ocurre cuando Rosh Jodesh Adar cae en Shabat? Entonces se sacan del Hejal no dos sino tres Rollos de La Torá; en el primero se lee la porción de la semana pertinente; en el segundo se lee respecto de las leyes del novilunio (lectura especial de Rosh Jodesh) y en el tercero la porción especial, «Shkalim» en el novilunio de Adar.