MEGUILAT ESTHER

La Meguilá de Ester, una de las cinco meguilot que se leen a lo lago del año, tiene sus propias normas de lectura. 

El acróstico TaNaJ, (Torá , La Ley,  Nebi´ím, Profetas,  y Ketuvim, Escritos) tiene un ciclo de lectura: en Shabat se lee, por episodios, La Torá (Parashat Ha´Shavúa) y al terminar, la Haftará, la conclusión (pasajes de los Libros de los Nebi´im , Profetas)

¿Cuándo, entonces,  leemos los Ketuvim, los (otros) Escritos? En determinadas fiestas.

  • El Cantar de los Cantares (Shabat de Pesaj)
  • El Libro de Rut (Oración matutina de Shavuot)
  • El Libro de las Lamentaciones, (9 de Av)
  • El Eclesiastés (Shabat de Sukot)
  •  Libro Esther (Purim, dos veces: en la tarde Purim y en la mañana siguiente, en la sinagoga)

Parece una perogrullada, pero a veces hay que recordar que la fiesta de Purim no tiene nada que ver con el carnaval cristiano, sino con un evento tanájico escrupulosamente detallado en El Talmud con cuatro básicas mitzvot -las cuatro Mem de Purim:

  • Enviar Mishloaj Manot a nuestros seres queridos y amigos,
  • realizar un Mishté, un banquete festivo,
  • dar Matanot Laévionim, es decir, hacer un tsdaká para quien no tiene medios de celebrar
  • y asistir en la sinagoga para la audición de la lectura de la Meguilá de Esther.
Meguilá de Fez, S XIII

En el Talmud, el décimo tratado del orden de Moed (Fechas) -que trata sobre las festividades –  se llama Meguilá, literalmente «Rollo» (como antes se guardaban los escritos, en forma enrollada).

El tratado talmúdico de Meguilá contiene 33 mishnayot (artículos), divididos en cuatro capítulos. Esos cuatro capítulos del texto están dedicados a definir las formas halájicas en que se lee una Meguilá de Purim.

Así pues, tenemos que entender que su importancia dentro de la liturgia hebrea es muy grande. Y como tal, requiere hacerse con una escrupulosidad halájica directamente proporcional a su importancia.

Según todas estas prescripciones de  Nuestros Sabios – Jaza´l-  la Meguilá de Esther se lee dos veces : una por la noche de Purim, y otra en la mañana del día siguiente, en el rezo de Shajarit, siempre en la sinagoga. Y esa es la regla que seguimos en nuestra actual era rabínica, pues así quedó constatado: (Shulján Aruj – 687:1)

Es importante recalcar que la Meguilá debe escucharse en la sinagoga, en comunidad, porque el evento de Purim -del destino, es del destino del Pueblo Judío. “Be’ Rov Am Hadrat Melej” – “En la multitud del pueblo está la gloria del Rey” (Proverbios 14:28). Esta audición general es tan importante que la Mishná incide en que hasta mujeres y niños mayores de seis años -generalmente exentos-  deben asistir a la lectura pública. Escucharla de otra forma o incluso en tu casa solo, no tiene valor de mitzvá;  si se hacen vídeos es por asunto didáctico,  nada más.

La meguilá en sí misma debe ser Kasher y por tanto no sirve leerla en un soporte otro que el pergamino de vitela y caligrafiada con tinta por un sofer stam, un escribano apto para la caligraf’ia sagrada.   Toda la meguilá se desenrrolla y pliega y el baal koré, el lector,  anuncia su lectura.

 Antes de comenzar la Kriá – la lectura- el Baal Koré -el lector- se pronuncian las bendiciones pertinentes:

  • על מקרא מגילה., al mikrá meguilá, por la lectura del rollo,
  • נסים לאבותינו בימים ההם בזמן הזה.», nisim le avotenu be´yamin ha´ele bé ´zman ha´ze, por los milagros que hiciste a nuestros padres en aquellos días por estas fechas,
  • y she´ejeyanu.

Antes de la lectura de la Meguilá, los sefardíes entonan el piut Korei Ha´Meguilá, Los lectores del rollo, de Ben IBN EZRA ( o Purim Lanu, en otras ocasiones) Aquí una lectura en la sinagoga de Shabat Ajim en Guivat  Shmuel,

Otras cosas a tener en cuenta: el público escucha sentado, pero el baal koré lee de pie. Hacer ruido con las matracas cuando se pronuncia el nombre de Hamán es una costumbre muy asentada para cumplir con el mandamiento de borrar la memoria de Amalek (Deuteronomio 25:17-19). El Baal Koré hará pausas cuando esto ocurra para que una vez repuesto el silencio puedan seguir todas y cada una de las palabras de la Meguilá. Puesto que en este Rollo no aparece la palabra «D-os» se hace especial hincapié en la entoncación de algunas alusiones.“levadó avtá Vashti hamalká”(1:16), “hi, vejol hanashim itnú” (1:20), “iavó hamelej veHamán hayom” (5:4), y “ze einenu shové li” (5:13) El Baal Hakoré también eleva la voz al  llegar al versículo  “Nadedá Shnat hamelej” : “y el sueño del Rey fue interrumpido” .

Tras la  lectura de la Meguilá decimos las bendiciones de Harav et riveinu, en acción de gracias por la salvación.

Según la tradición, el texto a leer está escrito por la Gran Asamblea entre la época de Nehemías y Shimon Ha´Tsadik, que fueron los sabios que ordenaron el canon tanájico, siendo el último libro en ser admitido «El Cantar de los Cantares». Hay quien dice que fue escrito por la misma Esther ayudada por su tío Mordejai, pero en el mismo texto dice que la historia pasó de generación en generación, por lo cual ellos no pudieron ser los autores. Los filólogos han convenido que el estadio de la lengua es de finales de la época persa y principios de la griega. Entre el 400 y el 200 aec.

El Libro de Esther tiene variantes. Por un lado está el texto del cánon hebreo -que es el original y el que consolidó la Gran Asamblea de Jerusalén como canónico- y,  por otro lado, está -por un lado-  el  de la  traducción nefasta de la Septuaginta, con adiciones libres no canónicas para los judíos, y  -por otro lado- la versión, también nefasta, de Luciano de Antioquía, que le añade ni más ni menos que seis secciones, denominadas deuterocanónicas (que significa de canonicidad posterior) Cuidado con lo que leen si leen en español!! (Los protestantes, a diferencia de los católicos y ortodoxos no admitieron estas adiciones)

Y a continuación una demostración de cómo suena la lectura