Historia de uno de los más emblemáticos rabinos de la mítica Porat Yosef, epicentro del sefardismo de Jerusalén.
Los Levy de Arám Tsobá (Alepo para Occidente) provienen todos de Toledo. Se refugiaron en Salónica y en Venecia en 1492; tres generaciones después, una rama de la familia pasó a Amsterdam -donde la comunidad es de talante veneciano en origen- y allí , por cuatro generaciones, lideraron la vida espiritual de los sefardíes del norte. Desde las Provincias Unidas, que así se llamaba Holanda, en 1695, r Abraham Levy emigró a Siria, concretamente a Arám Tsobá, donde funda uno de sus más importantes linajes rabínicos. Su bisnieto fue r. Eliahy Shmaa Levy -rabino jefe de Aram Tsobá hasta 1814- que fue abuelo de una mujer llamada Lea.
Esta tal Lea se casó, hacia 1880, con r Yitzjak Atía, que descendía de r. Shem Tov Atía -discípulo r. Yosef Caro. Lea, como si se hubiera convertido en Rajel, durante años, anheló poder ser madre, y dejar de sentir que H´no la bendecía. En 1886, decidió suplicar a Ha´Shem de forma seria en la sinagoga de Ezra El Escriba, en la localidad de Tadef, a unos cuarenta y tantos kms de Arám Tsobá. Este lugar era punto de peregrinación para los judíos de Alepo, sobre todo antes de Shavuot; en ese lugar, según Isaac Elfarra de Málaga, que estuvo allí en 1414, se había detenido Ezra (Esdrás)) en su viaje de retorno del cautiverio de Babilonia a la destruida y abandonada Jerusalén. La sinagoga se erigió junto al manantial que Ezra usó como mikve. Lea fue caminando hasta la sinagoga y prometió que si a su vuelta quedaba embarazada y paría un varón, la criatura se llamaría Ezra y estaría consagrada desde el día de su nacimiento a La Torá. Y así nació r Ezra Atía el 17 de shvat de 5647, que fue 11 de febrero de 1887.
Ya en la adolescencia los grandes rabinos de Arám Tsobá se dieron cuenta de que el chico era un genio en el conocimiento de El Talmud y La Torá, capaz de enfrentarse a los tratados más complicados. Cuando tenía 16 años, en 1893, la familia decidió abandonar Siria y radicarse en Jerusalén. Pese a la extremada situación económica familiar, Ezra no fue enviado a trabajar para ayudar con el sustento de la familia, pues la madre recordaba que había hecho un voto sagrado en la sinagoga de Tadef. Los rabinos Ezra Harari, Shalóm Adaya y Abraham Jaím Ades, se comprometieron a apoyarle económicamente a través de los más adinerados miembros de la comunidad de Aram Tsobá en Jerusalén para que pudiera dedicarse a los estudios.
Comenzó a estudiar en la yeshivá de Ohel Moshé, que luego pasaría a llamarse PORAT YOSEF cuando la dirigían Leniado y Levy. Ezra era considerado un hilui, un alumno destacado, elevado (de laalot, subir) Cuando ocupó el puesto de director de la yeshivá, fue padre espiritual de r Ovadia Yosef. Y durante 20 años, principal juez del rabinato sefardí en Jerusalén.
En 1909 se casó con Bulisa Salem, la hija del rabino Abraham Salem, con quien tuvo una hija y seis hijos. Uno de ellos, David Atía, levantó un Beit Midrás en memoria de su padre, «Hejal Ezra».
Murió al acabar el día de Lag ba´Omer de 5730 (1970) y está enterrado en el cementerio de Har Ha´Nemujot del barrio de Givaat Shaul, Jerusalén.
Todos sus escritos y demás papeles estaban en la yeshivá de Porat Yosef, pero se perdieron cuando fue bombardeada por los jordanos en 1948, en la Guerra de Independencia.
En 1967 recibió el premio del Rab Kook.
Bibliografía:
- Josef W. Meri (2002). El culto a los santos entre musulmanes y judíos en la Siria medieval . Oxford University Press EE. UU.
- Walter P. Zenner (2000). Una comunidad global: los judíos de Alepo, Siria . Prensa de la Universidad Estatal de Wayne.
- Joseph AD Sutton ( 1988). Crónicas de Alepo: la historia del único sefardí del Antiguo Cercano Oriente, en sus propias palabras .