
Breve nota biográfica de uno de los más emblemáticos rabinos de Marruecos.
En el año 5556 -1880 en el calendario civil -nació uno de los mayores rabinos de la judería de Marruecos, un tsadik que ascendió a la categoría de baal mofet (dueño de poderes sobrenaturales) y guilui Elihau (revelación de Elías, el profeta ) atributos ambos de supremo respeto entre sus numerosos seguidores.
El linaje hebreo de los Abu Jatsira desciende del rabino Shmuel Elbaz, jerosolomitano del S XVI que cambió su nombre porque, según la leyenda, voló en una estera desde Yafo a Constantinopla; el sobrenombre de Abu Jatzira significa , «el dueño de la estera». Discípulo de Jaím Vital en Tsfat , pasó a Damasco, donde murió y, en su sinagoga de Jobar, está enterrado. Elbaz significa halcón (de aquí viene Albaicín, el emblemático barrio de Granada la andalusí. Los descendientes del de la estera se mudaron primero a Azzaouia, de donde fueron expulsados, y algunos pasaron a Fez y, mientras que otros, a Sefrou e incluso en el oasis de Tafilatet, al oriente del reino de Marruecos, donde nació rabí Yaakov Abujatsira.
Allí era rabino su padre, r Mesaud, quien le instruyó directamente en Torá y Talmud, Jasanut y Mishná con tal aprovechamiento que a los 16 años ya dominaba el Pardés (literalmente la pradera, metáfora de Nuestros Sabios de Bendita Memoria para referirse al conocimiento de La Torá en sus más absolutos secretos) Tras la ordenación de su rabinato, se convirtió en líder y darshán de la comunidad de Tafilatet. Llegado a la treintena ya era conocido en el orbe de la judería marroquí como un ser superior en sabiduría y justicia, prueba de ello es que se publicaron las numerosas responsa que le solicitaban continuamente desde todas partes.
Según su hijo Aharon cuenta en una obra, el padre estudiaba cada noche dieciocho capítulos de La Mishná ( cuando hoy un talmid medio estudia uno al mes) No debemos olvidar que el número 18 – jet yud, en las esferas del mekubalismo es reflejo numérico de la prosperidad y la abundancia.) Otro de sus hijos, Yitzjak, cuenta que por las mañanas asistía al rezo de Shajarit sin haber dormido más que un par de cabezadas y que era muy frugal en su alimentación, aparte de que, cada dos por tres, ayunaba por Israel.
Estudiaba kabalá en aislamiento total y tal era su fama sobre Egipto y la Tierra de Israel, que muchas personas -incluso musulmanas- peregrinaban hasta él para ser bendecidas con palabras de su boca. Fue muy sensible ante la pobreza de los judíos y trabajó duro para recaudar fondos que aliviaran sus penurias terrenales, además de sostener las espirituales.
Su anhelo por mudarse a Israel era enorme; sólo sus más allegados discípulos lograron impedirlo hasta en seis ocasiones. A la séptima ocasión, en el año de 1879, consumó su aliá a Israel con un largo periplo por Argelia, Túnez, Libia, Egipto…En la luna llena de tevet de ese año, T´U be´Tevet, llegó a Alejandría, donde decidió residir un tiempo; y en una ciudad cercana, Damanhur, hospedado en casa de Moshé Sarousi, enfermó, de forma que el día Kaf de tevet, el veinte del mes de tevet, se reunió con sus padres. Y en Damanhur fue enterrado, z´´tl. (bendita sea su justa memoria)
El 20 de tevet quedó formalmente decretado día de su hilulá (su enaltecimiento, del verbo laalot, subir a lo alto) y durante muchos años los judíos egipcios y de otras partes peregrinaban a su tumba, hasta que las dificultades políticas lo fueron haciendo cada vez más imposible. Aún hoy llegan hasta allí algunos de sus descendientes, la mayoría de ellos rabinos radicados donde él no pudo, en Israel.
El más destacado de esa progenie fue su nieto, Israel Abujatsira, alias Baba Sali. (Baba , el abuelo) Sus hijos fueron cuatro, y su hija, una. Todos ellos fueron padres de rabinos mayores de ciudades de Israel, desde Naharia a Beer Sheva pasando por Ashdod.
En 2013 se lanzó una edición de su obra completa, a manos de su bisnieto, r David Jai, rabino de Nahariya.
El estado de Israel le honró dando su nombre a la localidad de Kojav Yaakov, literalmente «la estrella de Yaakov», en tierras de Benjamín. Además numerosas instituciones talmúdicas llevan su nombre en memoria suya.
