
Parashá: «Naso» , נָשֹׂא , Censa. Números, 4:21–7:89 . Haftará : Jueces 13:2–25. Darshán; Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita
“Ordena a los Hijos de Israel que
envíen del campamento a todo afligido
de tzaráat y a todo afligido de zav y a
todo impuro por haber estado en contactocon un muerto”
(Bamidbar 5:2).
En su estancia en el desierto, el campamento de los Hijos de Israel se componía de tres campamentos: el de la Shejiná, el de los leviím y el del resto de los Hijos de Israel. El de la Shejiná se encontraba en el merocentro de todos los campamentos. Rashí Hakadosh esclarece que, en el campamento de la Shejiná, la Shejiná se posaba dentro de las cortinas que lo delimitaban; alrededor de ese campamento, estaba el de los leviím; y alrededor de ése, se encontraba el de Israel, que se extendía, de acuerdo con sus banderas y tribus, hacia los cuatro puntos cardinales.
Hakadosh Baruj Hu se dirigió a Moshé y le instruyó acerca de la necesidad de cuidar de la santidad del campamento. Por lo tanto,toda persona afectada por tzaráat, zav o impura por [haber estado en contacto con] un muerto tiene que alejarse del campamento para no causar un defecto en éste. Además, existen distintos niveles de impureza, y, mientras mayor sea la gravedad del nivel de impureza de la persona afectada, mayor tiene que ser el distanciamiento de la persona respecto del campamento; mientras más grave sea la impureza, de más campamentos la persona tendrá que alejarse.
Aquel que medita acerca de estos versículos, llegará a asombrarse y formular una gran objeción: ¿de dónde surgieron en el desierto personas afectadas con tzaráat?, ¡si aquello había sido en el segundo año de la salida de Egipto, mucho tiempo después de que ya habían recibido la sagrada Torá, en cuyo evento,
se habían sanado todos los enfermos o con defectos! Por eso, aquello representa una gran dificultad, pues ¿de dónde aparecieron metzoraím en el seno del Pueblo de Israel, después de la entrega de la Torá, cuando todos ya estaban curados?
Nuestros Sabios, de bendita memoria (Bamidbar Rabá 13:8), dilucidan este tema explicando que con la transgresión de la construcción del becerro de oro retornaron las enfermedades y los defectos de los que
se habían curado con la entrega de la Torá. Y me parece que se puede agregar otra explicación: los metzoraím que había en medio del seno del pueblo habían sido afectados con tzaráat debido al pecado de lashón hará, al cual estaban muy acostumbrados. Lashón hará, lamentablemente, es un pecado muy frecuente en medio de la congregación. Por ello, a pesar de que todo el pueblo se había sanado en el evento de la entrega de la Torá,un grupo de personas del pueblo llegó, en un breve período de tiempo, a enfermarse con tzaráat, ya que vivían apegadas al chisme, que es una transgresión muy grave.
Una prueba de la gravedad de dicha transgresión queda demostrada con lo que le sucedió a la Profetisa Miryam, quien, apenas si habló acerca de su hermano Moshé —y toda su intención era completamente para bien—, de todas formas, ella recibió el castigo de tzaráat y tuvo que permanecer fuera del campamento. Y encontramos en los escritos que todo lo que Miryam había hecho había sido solamente ir donde Aharón, su hermano, y objetarle:
“¿Por qué Moshé se divorció de Tziporá, apodada cushit (‘negra’) debido a su extrema belleza, y a sus bellas acciones? Si me vas a decir que se separó de su esposa debido a que la Shejiná habla con Moshé, he aquí que la Shejiná también habla con nosotros (Bamidbar 12:2), y, aun así, cada uno de nosotros permanece casado con su cónyuge, y no nos hemos separado o divorciado”.
Miryam solo buscaba el bien de su cuñada Tziporá, y también el bien de la congregación de Israel, pues, como es sabido, el rey y el dirigente de una nación sirven de ejemplo para todo el pueblo. Por el camino que éstos anden, marchará el pueblo detrás de ellos. Por lo tanto, Miryam temió que, si Moshé Rabenu iba a divorciarse de su esposa, entonces, todo el pueblo iba a ver aquello como un ejemplo de que eso es lo que se debe hacer y así uno debe conducirse; e iban a comenzar a divorciarse de sus esposas, o, por lo menos, iban a utilizar ese ejemplo como excusa para hacer algo así. Y como Miryam sabía que Hakadosh Baruj Hu desea que haya armonía entre el hombre y su esposa, se dirigió a su hermano Aharón, quien se destacaba en su extenuación en conseguir la paz, y le expuso la dificultad de por qué Moshé se había conducido de esa forma, ya que ella temía que el pueblo llegara a emularlo. Aparentemente, las palabras de Miryam estaban bien justificadas, ya que expresaban su preocupación por la congregación. Y encontramos que, a pesar de que sus intenciones eran buenas, al final recibió un castigo.
Esto se debe a que Hashem fue meticuloso con ella por el hecho de que ella se equivocó al no ir directamente donde Moshé para hablar claramente con él sobre aquel asunto. Más bien, se dirigió a Aharón y lo inmiscuyó en sus pensamientos. Si en efecto ella estaba preocupada por el bien de la congregación, ella debió haberse dirigido a Moshé Rabenu y reprocharlo en privado por lo que él había hecho y expresarle las posibles consecuencias de su acto, el cual podía acarrear un desastre social en el seno del Pueblo de Israel. Pero, en lugar de eso, Miryam se dirigió a Aharón, lo que provocó una gran consternación en el Cielo, y por ello, fue castigada.
De este asunto, aprendemos que aun cuando lo que se quiera decir sea verdad, de todas formas, si en ello hay algo denigrante, está prohibido pronunciarlo. No importa en absoluto si la persona que va a decirlo está en lo cierto o no. Debemos prestar atención al hecho de que las palabras denigrantes, aun cuando sean verdad, se encuentran en condición de lashón hará (‘chisme’), mientras que las palabras denigrantes que no surgen de la verdad son aún mucho más graves que el simple lashón hará, y son consideradas como el pecado de calumnia, que es mucho peor. Si Miryam, que tenía todas las mejores intenciones, y lo que dijo era verdad, fue castigada con todo el rigor recibiendo tzaráat, y tuvo que habitar siete días aislada fuera del campamento, entonces, con más razón, aquel que habla palabras de forma denigrante y que no tienen el menor indicio de verdad y no producen ningún beneficio, su pecado es mucho, pero mucho más grave.
Asimismo, si una persona tiene que hacerle algún reproche al compañero, tiene que dirigirse directamente a ese compañero y no hablar a sus espaldas. De esta forma, no tropezará con el pecado de lashón hará. Este pecado es tan grave y duro que nuestros Sabios, de bendita memoria, nos instruyeron, entre otras leyes, no alabar mucho a cierta persona, no sea que entre los que escuchan se encuentre alguien que odia a la persona de que se habla y se apresure a hablar ante ese público en su contra, revelando aspectos negativos. Así, aquel que alabó al principio habrá provocado que se escuchen palabras denigrantes, y de esa forma, habrá transgredido con lashón hará.
Luego de que el Mishcán fue establecido, Hakadosh Baruj Hu se apresuró a ordenarle a Moshé que todos los que habían sido afligidos con tzaráat por hablar lashón hará debían alejarse del campamento, por cuanto ello representaba una lección de moral para toda la congregación de Israel, que enseñaba que la Shejiná no puede soportar en su proximidad personas engañosas, provocadoras de peleas y que hablan lashón hará. Y para que el campamento fuera santo y la Shejiná de Hakadosh Baruj Hu pudiera posarse en la Tienda de Reunión, todo el campamento tenía que estar limpio del grave pecado de lashón hará, ya que la sagrada Shejiná no puede residir estar cerca de ella.
Y pensé que ésta es la razón por la que la parashá se llama Nasó (אשנ ;(y de esta palabra en hebreo se puede obtener la palabra sin-á (האנש’ :odio’), con lo que se insinúa que el hombre debe odiar todo aquello que puede llegar a molestarlo en su servicio a Hashem, o en su armonía con los compañeros; y entre las cosas que debe odiar, se encuentra el pecado de lashón hará, el cual aleja al hombre de sucompañero y de Hashem, su Dios.