R. YOSI SARAGOSI

Historias y leyendas de un rabino zaragozano por La Galilea de principios del S XVI.


R. Yosi Saragosi -literalmente, Pepe el zaragozano- nació en 1460 en la importantísima judería de Zaragoza, entonces en el Reino de Aragón. Su padre fue r. Abraham, pero de él no sabemos sino su nombre. El hijo, cuando la disyuntiva de la conversión o el exilio, decidió refugiarse en Sicilia (que entonces pertenecía a la Corona de Aragón con el nombre de Reino de Nápoles y las Dos Sicilias). Pero no se quedó allí mucho tiempo, pues en tanto que judíos aragoneses, los sicilianos (y todos los del Reino de Nápoles) también fueron obligados a someterse al Edicto de Granada.

De Siracusa pasó, entonces, a Beirut y, luego, a Sidón, pero decidió irse a Egipto -posiblemente a Alejandría, donde vivió tres años y donde fue el maestro de otro sefardí de primera generación, DAVID BEN SALOMON IBN AVI ZIMRA. Fue en Egipto donde se hizo un rabino famoso.

Pero tampoco se quedó a vivir allí, sino que decidió establecerse en la ciudad santa de Tsfat.  Allí escribió un comentario a «Mishné Torá» del Rambám y fue muy reconocido rabino y mekubal en  el impresionante círculo kabalístico  de Tsfat.

Una leyenda cuenta que, un día, yendo a rezar a la tumba del tana r. Yehudá bar Hilaí, se le apareció Elías, que le enseñó lo oculto de lo oculto en la ciencia mística de la Kabalá. La leyenda no se queda ahí, sino que cuenta que el r Yosi pidió que, después de 120 años de su muerte -y murió en 1597-  fuera enterrado en el mismo sitio en el que se le había aparecido Elías, por lo cual hoy está enterrado no en el viejo cementerio de Tsfat, sino  en Ein Zeitím,  una localidad a unos 2 kms.  al norte de la ciudad santa.

Sobre él se contaron muchas otras  leyendas. La más famosa, quizás, es la que explica que se le diera el nombre del Rabino de los Pollos ( y también el Rabino Blanco) Cuenta esa leyenda que un día al pachá de turno se le antojaron unos pollos blancos -animal entonces bastante raro- y ordenó que fueran los judíos tsfatíes quienes se ocuparan de la empresa de encontrarlos o de lo contrario habría consecuencias. Los judíos, asustados por las amenazas contra la comunidad,  subieron a la tumba de r Yosef y rezaron por su destino. Fue así como aquella noche, r Yosef se apareció en sueños a uno de los rabinos que habían estado rezando aquel día en su tumba y le dijo que tomaran pollos de cualquier color, que él los haría milagrosamente blancos.