
Especial Shabat Shira. Darshán: Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita
Sobre el versículo (Tehilim 114:3): “El mar vio y escapó”, nuestros Sabios, de bendita memoria (Midrash Tehilim 114:9), dijeron: “¿Qué fue lo que vio el mar? Vio el sarcófago de Yosef”. Podemos formular la siguiente objeción: nuestros Sabios, de bendita memoria, (Bereshit Rabá 5:4) citaron a Ribí Yojanán: “[Cuando] Hakadosh Baruj Hu [llevó a cabo la Creación] le puso al mar como condición que se partiera delantede los Hijos de Israel, como dice el versículo (Shemot 14:27): ‘y volvió el mar a su fuerza’, y no leas la expresión leetanó (לאתנו’ :a su fuerza’) sino letenaó (לתנאו : a su condición’), es decir, regresó a su condición original”. Siendo así, aun sin ver el sarcófago de Yosef, el mar debió haberse partido ante los Hijos de Israel, pues así Hashem le había puesto como condición desde la Creación.
Además, encontramos (Shemot Rabá 23:12) que el mar se partió ante los Hijos de Israel debido a que vio que habían observado la mitzvá de berit milá (‘circuncisión’). Y ya había objetado al respecto el autor de Netivot Shalom que aun sin esta razón (la circuncisión) el mar debió haberse partido, pues así Hashem le había condicionado, desde la Creación, que debía partirse ante los Hijos de Israel cuando éstos salieran de Egipto. Siendo así, ¿por qué de pronto cuando el mar vio que habían cumplido con la circuncisión se partió para ellos? Para explicar este tema podemos preceder un par de asuntos. Es sabido que Avraham Avinu, alav Hashalom, cumplió con todas las mitzvot de la Torá, aun antes de que ésta fuera entregada,y cumplió las mitzvot por voluntad propia, a pesar de que aún no le había sido ordenado aquello, como dice el versículo (Bereshit 26:5):
“Debido a que Avraham escuchó Mi voz y observó Mi encargo y Mis preceptos, Mis estatutos y Mis leyes”.
A simple vista, esto presenta una dificultad. ¿Acaso es una novedad que Hakadosh Baruj Hu amó a Avraham Avinu y que Avraham Avinu atendió la voz de Hashem y observó Sus mitzvot? ¿Y cómo se podría aducir que Avraham Avinu transgrediera un precepto deHashem, si todavía él no había recibido la orden? Se puede decir que uno podría inclinarse a pensar que Avraham Avinu no observó las mitzvot por cuanto él todavía no se había circuncidado, ya que solo un hombre circuncidado, que entra a formar parte del pacto con Hashem Yitbaraj, tiene el poder de cargar el yugo de la Torá y las mitzvot, sentirlas y ser meticuloso en cuidarse de no ser dañado espiritualmente. Esto es así, por cuanto el berit milá es la señal del pacto sagrado y el símbolo del judaísmo.
Como alusión al respecto, se puede decir que, en la Guemará (Tratado de Nedarim 32a), los Sabios proveen dos disertaciones acerca del versículo (Yirmeiá 33:25): “Si no fuera por Mi pacto con el día y con la noche, los estatutos de los cielos y la tierra no habría puesto”: la primera se refiere al pacto de la Torá —pues sin Torá no existe el mundo—, y la segunda se refiere al berit milá —pues sin berit milá tampoco puede existir el mundo—. Siendo así, se puede comprender que la circuncisión y la Torá están interrelacionadas, ya que el que está circuncidado tiene el poder de observar las mitzvot y estudiar la Torá de Hashem Yitbaraj.
No obstante, Avraham Avinu, a pesar de que aun no se había circuncidado, cumplió la Torá y las mitzvot con gran abnegación —y no con el fin de recibir algún premio—, y se sacrificó siempre en favor del cumplimiento de la voluntad de Hashem. No solo eso, sino que Avraham Avinu hizo que el mundo entero se uniera al Creador; acercó a la humanidad hacia Él, como dice el versículo (Bereshit 12:5):
“y las almas que hicieron (Avraham y Sará) en Jarán”,
sobre lo que dicen nuestros Sabios, de bendita memoria (Bereshit Rabá 39:14), que Avraham Avinu albergó a las personas bajo las alas de la Shejiná, y los convirtió en creyentes de Boré Haolam. Avraham Avinu pasó exitosamente todas las pruebas que Hashem le puso, aun cuando, aparentemente, no había ningún pacto entre él y Hakadosh Baruj Hu. Esto causó que Hakadosh Baruj Hu lo escogiera y que de él surgiera el pueblo atesorado.
De acuerdo con lo esclarecido, se comprende bien la condición que Hakadosh Baruj Hu le estableció al mar en la Creación, de que debía partirse ante los Hijos de Israel. Esta condición se refería exclusivamente a los Hijos de Israel circuncidados —a quienes se les podía llamar por el nombre de Hashem—, y no a otros hombres incircuncisos. Pero muchos de los que formaban el érev rav que aun no se habían circuncidado, obviamente, estaban junto con los Hijos de Israel; o quizá había entre los Hijos de Israel algunos que no se habían circuncidado pues recién habían nacido o teníanalguna enfermedad que los eximía de la circuncisión. Entonces, aparentemente, esto requiere de una elucidación, pues ¿cómo, en verdad, el mar supo diferenciar entre los judíos incircuncisos y los judíos circuncidados como para partirse delante de éstos?
Podemos responder que a esto es a lo que se refiere el versículo (Tehilim 114:3): “El mar vio y escapó”; es decir, el mar vio el sarcófago de Yosef. Como Yosef había cuidado de su circuncisión en Egipto y no la había impurificado con pecado (Vaikrá Rabá 32:5), cuando el mar vio su sarcófago siendo transportado por los Hijos de Israel, entonces, comprendió que eso era una señal de que todos ellos observaban la señal del pacto sagrado y todos estaban circuncidados. A pesar de esto, el mar todavía no había accedido a partirse, hasta que Najshón ben Aminadav saltó con abnegación al agua y se adentró en el mar hasta la altura de su berit milá. Entonces, el mar percibió que los Hijos de Israel estaban circuncidados, y que tenía enfrente a aquellos sobre quienes Hakadosh Baruj Hu le había puesto la condición de que se partiera delante de ellos.
De esta forma, se comprende muy bien por qué Hakadosh Baruj Hu quiso que los Hijos de Israel estuvieran circuncidados antes de salir de Egipto, para que cuando llegaran a la orilla del mar, éste se partiera ante ellos. Pues si hubieran llegado incircuncisos —lo que insinuaba que no estaban dispuestos a
servir a Hashem Yitbaraj con abnegación—, ¿cómo podría el mar partirse delante de ellos, pues del mar también se exigió abnegación cuando se partiere delante de los Hijos de Israel? Y a pesar de que había una condición impuesta —de que debía partirse ante los Hijos de Israel—, de todas formas, aquella condición era precisamente solo si los Hijos de Israel observaban la Torá y las mitzvot con abnegación. Por lo tanto, Hakadosh Baruj Hu exigió que los Hijos de Israel se circuncidaran; de esa forma, el mar vería la abnegación en el cumplimiento de la Torá y las mitzvot, y se partiría ante ellos.