Así lo sostiene una tesis doctoral recién leída en la Universidad de de las Islas Baleares (UIB) sobre la constitución genética de esta comunidad de criptojudíos mallorquines.
Joana Feragut ha escrito una tesis -dirigida por Antònia Picornell y José A. Castro– que estudia el legado genético de la comunidad chueta (xueta) , durante siglos aislada cultural y socialmente, además de dada a la endogamia. La tesis concluye en que la comunidad chueta tiene una evolución genética única en el mundo , una mutación específica, que no tiene ningún otro grupo de población en todo el planeta: es una mutación específica propia de los chuetas (pero no de todos los chuetas)
La actual comunidad chueta se calcula en unas 20.000 personas y sólo desde hace unos años son reconocidos como judíos si son capaces de justificar el judaísmo por vía materna. La característica principal de la comunidad chueta son los 15 apellidos reconocidos ( Aguiló, Bonnín, Cortés, Forteza, Fuster, Martí, Miró, Picó, Piña o Pinya, Pomar, Segura, Valls, Valentí,Valleriola y Tarongí)
La Universitat poseía muestras de ADN de una investigación realizada sobre los chuetas en 1992. Y además, con la colaboración de la asociación Memòria del Carrer (que hace genealogías y también atesora muchos datos históricos)se han recogido nuevas muestras (de sangre o de mucosa bucal) de voluntarios chuetas. Asimismo, y para comprobar el origen sefardí y comparar con otras poblaciones judías (asquenazis, del norte de África, y de Oriente Medio) se han pedido muestras a una universidad de Tel Aviv.
Este estudio comparativo de Ferragut se ha fijado entre otras cosas en los datos referentes al cromosoma X. , viendo que en el proceso de mezcla con el resto de mallorquines existe una diferencia por sexo: los hombres han preservado más el legado genético judío mientras que más mujeres mallorquinas se han mezclado. La hipótesis de Ferragut es que como en el caso de las mujeres el apellido acaba ‘perdiéndose’ en dos generaciones no era tan llamativo ni preocupaba tanto si un hombre chueta se casaba con una no chueta, ya que el apellido de él, el chueta, se preservaba igual.
Los resultados de ADN mitocondrial analizados por esta investigadora muestran «unos altos niveles de diversidad».
La tesis recoge que aunque se han detectado líneas evolutivas europeas en los apellidos maternos, también hay «señales claras» de su origen en Oriente Medio. Lo más distintivo y único del legado genético chueta es que poseen un linaje muy raro y poco frecuente a nivel mundial: el ROa2m, que además presenta en el caso de los chuetas una mutación específica que define una variante de esta línea evolutiva que no se había visto antes en ningún otro grupo poblacional en todo el planeta. Un distintivo único de los chuetas.
Sobre las líneas paternas, la tesis certifica a partir de los resultados del cromosoma Y que los chuetas tienen una línea evolutiva muy similar a la de los judíos sefardíes, con altas frecuencias además de líneas propias también de Oriente Medio. Este trabajo también ha detectado el contacto de esta población con judíos norteafricanos y asquenazis.