BENJAMIN DISRAELI

Lord B. Disraeli (1804- 1881), conde de Beaconsfield, caballero de la Orden de la Jarretera, miembro del muy honorable consejo privado de Su Majestad, tres veces ministro de Hacienda y dos veces Primer Ministro del Reino Unido, provenía de un linaje sefardí. O mejor dicho, de tres.

El abuelo Benjamin

Su abuelo -y tocayo- era un prestamista y artesano  italiano que hacía y vendía somberos de paja. Nacido en 1730, emigró a Inglaterra a los 18 años de edad, como muchos judíos italianos de la época, a la vera de la Banca veneciana de Treves en Londres (los Montefiore, por ejemplo, entran en este contexto) Disraeli entró a trabajar junto a Yosef y Pellegrin Treves en el banco de Frenchurch St. Allí conoció a Francisco Aaron Nuñez de Lara, que lo introdujo en los círculos sociales de su familia. Se casó con la cuñada de Lara, Rebeca Mendes Furtado, hija de un judío portugués, Gaspar Mendes Furtado y Clara Henriques de Lara. Disraeli pudo así independizarse com importador de sombreros de paja, mármol, alumbre, grosellas y mercancías varias de origen italiano. Pero él prefería las actividades de las tabernas de las calles de  Exchange Alley, hoy en plena City of London; las tabernas de Jonathan y Garraway se convirtieron en uno de los primeros lugares en Londres para el animado comercio de acciones y materias primas. Estas actividades fueron el progenitor de la moderna Bolsa de Valores de Londres. Tras cinco años de pérdidas, litigios y demás entuertos legales, su esposa falleció.

Isaac Disraeli

Pronto rehizo su vida con Sarah Shiprut de Gabay Villarreal, hija de un próspero comerciante y la cuñada del rabino mayor de Venecia. A partir de entonces le sonrió la fortuna, compró una mansión y murió dejando una herencia equivalente a dos millones setecientas mil libras actuales. También dejó un hijo, Isaac, nacido de su segunda esposa, en 1730. Educado en Eton y Oxford, desarrollará desde los 16 años una gran carrera en el mundo opuesto al de su padre: las letras, los ensayos y la bibliofilia. Se casó con una judía italiana, María Basevi, con la que tuvo cinco hijos. El segundo -pero el primogénito- fue Benjamin, alias «Ben». O también «Dizzy». Isaac mantuvo durante ocho años una disputa con la sinagoga de (la calle de) Bevis Marks y, en 1817, cuando Dizzy tenía 13 años, siguió el consejo de un historiador y  bautizó a toda la familia en la fe anglicana. El abuelo convirtió género en libras y el hijo convirtió a la familia al cristianismo.  Por eso Dizzy pudo ser, con el tiempo, Primer Ministro del Reino Unido. Pero como dice la historiadora Minna Rozen, «sus adversarios, ni en Inglaterra ni en el extranjero, olvidaron que Benjamin Disraeli era judío. Siquiera él mismo no lo olvidó nunca. «

Hughenden Manor, el epicentro del mundo Disraeli, donde él vivió y  falleció.
Disraeli jovem

La profesora israelí Minna Rozen sostiene que el análisis de  esos tres linajes -uno real y dos ficticios- ayudan a profundizar en el conocimiento de su visión política e incluso su percepción del Próximo Oriente. Disraeli sabe por dónde pisa y a dónde quiere llegar: sabe que sus aspiraciones políticas le obligan a desenvolverse en el mundo de la aristocracia e incluso la nobleza, donde el peso de los apellidos y las alcurnias son, en su época y en Londres, de vital importancia para medrar.Y en el mundo judeo-español, siempre atendido en función de demostrar que su estirpe ha sabido conservarse durante siglos sin contaminarse con elementos de otra fe.

Contarini Fleming es una novela psicológica  -y presuntamente  bastante autobiográfica- que Disraeli comenzó a escribir en 1830 en El Cairo. Publicada anónimamente en 1832. Luego escribió otra, titulada «Alroy», en donde narra la historia del falso Mesías del siglo XII, el judío kurdo llamado  David Alroy. El relato de sus historia se difundió en occidente gracias a los escritos de Benjamín de Tudela. Disraeli noveló su historia en la obra «The Wondrous Tale of Alroy», publicada en 1833. De donde se desprende que , en tan poco tiempo, tanta novela sobre sus orígenes, se debe a que tras los días que pasó en Jerusalén el viaje por Oriente fue un viaje iniciático, de reencuentro con el judaísmo que su padre no le permitió profesar poco antes de su Bar Mitzvá. En 1844 aún seguía diseñando su linaje en otra novela: «Coningsby», concebida en el momento en que batallaba con su gran opositor, el primer ministro Peel. En esa obra de marcada documentación política, según el biógrafo de Disraeli aparece un personaje, sefardí,  llamado Sidonia:  un híbrido literario entre el barón Lionel de Rothschild y el propio Disraeli. Incluso Moshé Montefiore. La convergencia del gobernante ideal judío en Inglaterra. Lo que Disraeli anhela ser. La novela es la primera de una trilogía formada por «Sybil» y «Tancred», páginas en las que fue diseñando no su autobiografía, sino su etopeya, usada como púlpito para explicar sus planes como Primer Ministro de Inglaterra.

Bibliografía:

  1. Minna Rozen, Jewish Discovery of Islam, Studies in honor of Bernard Lewis, Edition of  M. Kramer, The Moshe Dayan Center for Middle Eastern and African Studies, Tel Aviv University.
  2.  Cecil Roth (1941), A History of the Jews in England, ch. 10: The Reign of George III. Oxford University Press