BOSTANAÍ

 Repaso genealógico que une la Casa de David con el Reino de Aragón.


 En farsi, la lengua de los persas, el término «Bustán» designa a los fragantes y frescos  huertos de árboles frutales (en oposición a Gulistán, que se refiere al «jardín de flores») Bostanaí es la forma aramizada del adjetivo de Bustán, es decir, que traduce por algo así como «ajardinado». Y ese es el nombre que se le dio a Bustanaí ben Janinai, nacido en el año 618, que sería el Rosh Galuta -Presidente de la Diáspora- en Babilonia,  cuando los mahometanos llegaron a Bagdad. Su estirpe se extenderá hasta Fernando El Católico.

 Lo que sabemos de Bostanaí es una mezcla entre la leyenda -las agadot y los midrashím de la Mishná-  y la realidad histórica de las crónicas.  El vigésimo segundo rey del Imperio Sasánida, Cosroes II, después de perforar los ojos a su padre, Hormuz IV, reinó entre el año 590 y el 628. Asedió Jerusalén en el 614 y dicen que asesinó a todos los descendientes de la Casa de David, incluyendo al padre de Bostanaí, Janina. Una noche, Cosroes soñó que tomaba un hacha y talaba todos los árboles. Cuando iba a cortar el último se le apareció un hombre pelirrojo, de hermosos ojos, que le arrebató el hacha y se la clavó en la frente. Cosroes despertó angustiado de tan perturbadora pesadilla. Ordenó que trajeran a quien pudiera interpretar el sueño. Y el intérprete fue el abuelo de Bustanaí, el suegro de Jananaí, pues había tenido el mismo sueño en la misma noche. Le dijo a Cosroes que el pelirrojo de hermosa mirada era el Rey David advirtiéndole de lo que le pasaría si osaba destruir al único descendiente de la casa real de Judea. Cosroes, muy impresionado, ordenó investigar si había alguna mujer  de la Casa de David  embarazada para ver cómo poder arreglar la profecía. La única mujer embarazada  que apareció fue la esposa del ya difunto Janinai. El rey perdonó la vida al niño, lo acogió,  y en recuerdo del huerto de la pesadilla del Rey David lo llamó Bustanaí. (Historia recogida en Otsar Midrashím, «El Tesoro de los Midrashím», de Judah Eisenstein, 1915)

Bostanaí, llamado también r. Juna,  fue ya de niño sabio en todos los saberes propios de los judíos. A los 16 años vio entrar a los mahometanos en Bagdad y sin miedo alguno se presentó ante el califa Omar -conqusitador de Jerusalén, en donde aún está en pie la mezquita que construyó. Omar le nombró exilarca -gobernante de los judíos de la diáspora. Luego, cuando Bostanaí tenía 35 años, Alí, primo y yerno de Mahoma, le entregó la mano de una de sus cautivas: Ishdaduar, también llamada Dara, que era ni más ni menos que la hija de Cosroes II. Bostanaí aceptó la mano a condición de que la novia se convirtiera al judaísmo. Muerto Bustanaí, surgió un problema: los hijos de la esposa judía de Bostanaí no estaban de acuerdo en que los hijos de la conversa persa -considerados esclavos- heredaran la exilarquía; el proceso fue muy polémico y  largo; al final, los dos hijos fueron aceptados como herederos legales según el Derecho Hebreo y  educadísimos con suma excelencia por el mayor sabio judío  del momento: el  Gaón de la Yeshivá de Sura. La aceptación continuó generaciones después: el hijo del rabí Juna, Gaón de Sura, casó a su hija con un nieta de los hijos de Dara. El hijo de este matrimonio, Zakai bar Ha´Junaí,  fue designado exilarca,  pero no todos lo aceptaron: rabí Natrunaí bar Jabibaí impugnó el nombramiento y ante la frustración, dejó Babilonia para siempre y se radicó en Sefarad.

 En Sefarad, por aquella época, principios del S  IX, había rabinos -dicen que los de la comunidad de Barcelona- que tenían dudas a la hora de saber el orden de las oraciones diarias, por lo cual escribieron una carta a Babilonia solicitando  instrucciones. Un descendiente de Zakai, el gaón Amrám, les compuso el famoso Sidur de Amrám para que rezaran apropiadamente.

 La estirpe llegó a Ezequías, último representante de la era rabínica de los gaones, presidiendo la yeshivá  de Pumbedita durante los años 1038-1040. Para esa época ya estaban instalados en Al Andalus otros descendientes de Bostanaí: Samuel ibn Nagrella, poeta y visir en Granada, como su hijo, Yosef. Ezequías, hijo de David, hijo de Zakai, fue calumniado por la dinastía generada por los descendientes de Natrunaí, y acabó siendo ajusticiado en la horca. Excepto dos hijos, toda la familia se refugió en Sefarad, en casa de su pariente Yosef ibn Nagrella. David ben Jizkiyahu (Ezequías) logró escapar de Bagdad y radicarse, según dice Abraham Zacuto,  también en Sefarad, donde fue padre del poeta Jiya Al Daud. También fue consejero del rey Alfonso I de Portugal (la familia debió huir a tierras lusas cuando la invasión de los almohades o los almorávides) Su hijo, Yaish Ibn Yahya (muerto en 1196), también estuvo en la corte portuguesa como mayordomo (en el sentido cortés, no en el de gestor de casas en Inglaterra) y puesto que ayudó al rey en la reconquista contra los musulmanes, se le concedió la Villa de los Negros, por lo cual fueron llamados de ahora en adelante «El Negro»; Yaish  fue el padre de  Yahia Ben Rabbi -Yahía El Negro- que tuvo cinco hijos: Yaish, Yaakov, Yosef, Yehudá y Yahía (todos empiezan por la letra yud) Yosef, el tercero, muerto en 1264, fue padre de Shlomo El Viejo, muerto en 1299, dejando tras de sí tres hijos: Yosef, Guedalia, Daniel el rabino, y una hija, llamada Yona (Paloma) amante de Fadrique Alfonso, Primer Señor de Haro, bastardo de Alfonso XI de Castilla. Con este señor, Paloma tuvo una serie de hijos ilegítimos, como Alfonso de Enriquez, Primer Señor de Medina de Río Seco, de quien desciende la tremebunda Juana Enriquez, segunda esposa de Juan II de Aragón … y madre de Fernando El Católico. Con lo que el rey que firmó el decreto de expulsión de los judíos era descendiente, muy lejano, pero descendiente, del Rey David.

Bibliografía:

  • בוסתנאי, ב»אנציקלופדיה יהודית» באתר «דעת»
  • י. ד. אייזנשטיין, מעשה בוסתנאי ובת המלך באוצר מדרשים