Sacan a subasta uno de los códices tanájicos más importantes de todos los tiempos.
Codex es el término latino (Codex -icis) con el que la ciencia de la filología designa a los códices, manuscritos encuadernados anteriores a la invención de la imprenta. Unos de los códices más importantes que conocemos son los que presentan los más antiguos textos de los 24 Libros del Tanaj (La Torá, Los Libros de los Profetas y los Escritos) Aparte de los llamados Manuscritos del Mar Muerto -la más antigua prueba documental del texto tanájico- disponemos de tres códices de suma importancia, todos ellos datados alrededor de los ss. IX-X: el CODEX ALEPO, del cual sólo se conservan 300 hojas, de las 487 originales, es el más conocido; el Codex Leningrado, sin embargo, está completo, pero no es tan antiguo como el Codex Sassoon, que le precede en un siglo, y del cual sólo faltan doce hojas.
Esta joya de la filología semítica se denomina Codex Sassoon porque fue propiedad adquirida por un gran coleccionista de Judaica y manuscritos hebreos: David Solomon SASOON, fallecido en Londres en 1942. Nieto del patriarca del famoso y riquísimo linaje de sefardíes de Irak, India y Sanghai, David Sasson llegó a poseer gran número de incunables. Entre 1914 y 1932, cuando se publicó el Catálogo, se contabilizaron 1.220 manuscritos, de los cuales 1.153 fueron completamente descritos en el Catálogo. Muchos fueron subastados por Sotheby’s de Londres en sus sucursales de Zúrich y Nueva York, entre los años 1975 y 1994, con el fin de satisfacer las obligaciones fiscales británicas del patrimonio de Sassoon. Hoy en día, la mayor parte de lo que queda de la colección privada de manuscritos hebreos de David Solomon Sassoon se almacena en la Universidad de Toronto, en Canadá, aunque un pequeño grupo de manuscritos del patrimonio de David Solomon Sassoon se encuentran ahora en la Biblioteca Británica, ofrecidos en lugar de pagar impuestos, o comprados en subastas de Sotheby’s en la década de 1970.
El Codex Sassoon, que saldrá a subasta el próximo mes de mayo, con un precio de salida estimado en 50 millones de dólares, es de suma importancia no por su antigüedad, sino porque contiene no sólo el texto tanájico antiguo sino notas fieles de la Masora, ( glosas y comentarios que aseguran escrupulosamente sus valores lingüísticos para la recitación correcta del texto en el rito sinagogal.)
La obra, que podría convertirse en el documento histórico más valioso jamás subastado, ha permanecido inaccesible a la vista del público durante siglos; su última aparición fue hace 40 años. Pero antes de la subasta, se realizará una gira mundial desde el 22 al 28 de febrero en Sotheby’s en Londres, que luego pasará a Tel Aviv (donde se exhibirá en el Museo ANU del Pueblo Judío). Finalmente, se exhibirá en Estados Unidos (Dallas, Los Ángeles y Nueva York.)
Por notas del propio texto, sabemos que la obra fue vendida por Khalaf ben Abraham a Isaac ben Ezekiel al-Attar, quien luego transfirió la propiedad a sus dos hijos, Ezekiel y Maimón. En el s. XIII, el Códice se dedicó a la sinagoga de la localidad de Makisin, en la actual Siria, de la que se sabe muy poco, pero dado el costo de producir manuscritos tan preciados, debió haber sido prominente. La ciudad de Makisin fue destruida por la conquista mongola en el S.XIII y el Códice fue confiado para su custodia a Salama ibn Abi al-Fakhr, a quien se le pidió que lo devolviera una vez que se reconstruyó la sinagoga. Nunca se reconstruyó ese templo, y en 1929 David Sassoon compró el Codex.
La subasta se efectuará el próximo 16 de mayo de 2023, en Nueva York.
Observen que la especialista de manuscritos hebreos no tiene inconveniente en que la obra se tocada con las manos sin guantes o con un puntero, cosa que horroriza a cualquier filólogo que respete estos artefactos, que no son lo que son por lo que se pague por ellos, sino por lo que significan.