Sale a la luz que un conocido periodista tergiversó datos de la autobiografía escrita por el cura español Edgardo Mortara, secuestrado de niño por el Vaticano.
El incalificable pero deleznable caso de Edgardo Mortara, del que nos hicimos eco recientemente (¿Qué fue de la película sobre Aita Mortara? ) vuelve a la actualidad para acrecentar el escándalo:
Edgardo Mortara, niño judío de seis años de edad -año de 1858- fue secuestrado de su propia casa, ante los ojos atónitos de sus padres y de gran número de periodistas de medio mundo que se hicieron eco del triste hecho. Recluído en el Vaticano por orden inquisitorial de un dominico afín a Pío IX, acabó siendo cura y , puesto que tenía intereses filológicos sobre la lengua de los vascos, ejerció su ministerio en una localidad guipuzcoana. Allí fue donde, en español, escribió su autobiografía.
Esa autobiografía fue traducida por uno de los mayores periodistas italianos, Vitorio Messori. Pero no dudó en manipular el texto original, permitiéndose añadir y suprimir párrafos enteros del relato de Mortara para convertir lo que es una historia de antisemitismo lamentable en un triunfo de la ley de la Iglesia sobre las libertades civiles. Así lo denuncia el historiador David I. Kertzer, quien sostiene que la traducción al italiano, realizada desde una versión de inglés, resulta ser «una historia reconfortante de un niño de seis años encantado de que le quiten de sus padres para que se pueda convertir en católico»
Más bien, las autoridades «secuestraron de forma violenta» a aquella criatura -así dice el propio Mortara en el original castellano , de 1888.
Vitorio Messori es el periodista especializado en asuntos católicos más traducido del mundo, además de un defensor intelectual del Opus Dei, para quien escribió una dudosa obra de investigación destinada a limpiar el estigma de la Obra.
La obra que tradujo , Io, il bambino ebreo rapito da Pio IX, del año 2005, que es la que ahora critican como manipulada en la revista de Historia «The Atlantic», dicen que está escrita para ensalzar como modelo papal a Pío IX y por extensión denigrar así al actual Papa.