EL KAHAL KADOSH DE SALÓNICA EN CONSTANTINOPLA

De cómo la comunidad sefardí de Salónica se fundó después de 1492  desde cero.


Bizancio, o lo que es lo mismo, el lado oriental del Imperio Romano durante la Edad Media, con capital en la ciudad de Constantinus -Constantinópolis- sucumbió a los otomanos la madrugada  del 29 de mayo de 1453. Por la tarde, entró en la ciudad el sultán Mehmed II y ordenó que Haguia Sofía -Santa Sofía- pasara a ser una mezquita. Para Europa había acabado la Edad Media.

Salónica, el viejo e interesante puerto, había sido conquistada antes, en 1430, cuando  estaba en manos de los venecianos. Al igual que los judíos del reino toledano de los visigodos cuando llegaron los musulmanes, así los judíos bizantinos de Salónica recibieron con los brazos abiertos a los otomanos: como libertadores de la opresión y el prejuicio cristianos.

Los otomanos quisieron que Constantinopla brillara en todo su esplendor. Para ello, los casi 50.000 habitantes que no habían perecido por hambre o por asesinato, fueron trasladados a diferentes lugares del imperio, sustituyéndolos por judíos, cristianos y musulmanes que ellos creían que serán la mano de obra de ese esplendor. A esta transferencia poblacional planificada , una especie de repoblación,  la llamaron Sürgün.

La totalidad de la comunidad judía de Salónica -grecoparlante , romaniote-  fue trasladada a Constantinopla. Esto es, la comunidad judía que se desarrolló en Salónica con los expulsos de Castilla y Aragón parte de cero, sin ser recibida, acogida y asimilada por una comunidad precedente, como sí fue el caso en Marruecos, donde los judíos de Fez,  los mugrabím, ya viviendo allí durante siglos, acogen a los megurashím, los expulsos. En Salónica ,no, sino que las autoridades otomanas, en el marco de repoblación llamado Sürgün, trasladaron a los romaniotes salonicenses a Constantinopla porque los consideraban susceptibles de rendir en el progreso de la capital imperial, mientras que a los nuevos judíos, que a la sazón no los conocían, los trasladaron a Salónica, donde la comunidad judía ya había dejado de existir. Y esto tiene que ver con la legendaria postura del sultán cuando presuntamente dijo a los reyes de Castilla y Aragón que hacían muy bien en prescindir de lo mejor que tenían en el reino, pues engrandecerían su imperio.

Lo sabemos no sólo por los registros de las contribuciones fiscales, abstractos, pero también por vestigios arqueológicos concretos.

En Balat, barrio del Cuerno de Oro, ya en el S XII la mitad de los vecinos eran judíos.(Luego irían a la zona europea, a Galata) Allí, en Balat,, aún está en pie y en uso la sinagoga de Ahrid, del S XV, pero también, calle  de en la calle Demirhisar , uno de los más emblemáticos vestigios arqueológicos del mundo judío en Estambúl: el arco -sólo el arco- de la puerta de entrada a la sinagoga del kahal de Salónica tras el Sügrüm. Puede leerse con facilidad.

La ruina es un solar donde llevar escombros y basuras, pero en su tiempo fu edificio de no poca importancia. El muro principal de la sinagoga se derrumbó justo después de la fiesta de Purim, año 1893, cuando la comunidad terminó de rezar arvit y se fueron a sus casas. Poco faltó para que se derrumbara encima. Lo consideraron un milagro y por eso todos los Purim había una oración especial de acción de gracias. Se convirtió en que las sinagogas de Balat atendían las mejores fiestas de Purim en Estambúl.

Luego, en 1956, fue reformada. Lo decía una placa en la puerta, pero ésta fue robada en 1997. En 1975, volvió a ocurrir una desgracia. Nevó de tal forma que el techo cedió y se vino todo abajo. Se suspendieron sus rezos para siempre. Actualmente están tratando de ver si se puede recuperar el lugar para crear un centro cultural. Así lo cuenta Naim A. Smiley, hoy en Turquía desde ayer .