Reseña sobre el Sefer Ha´Bahir, de Rabí Nehunya Ben Ha´Kaná, tana y zelote de Emaús en la época del IIº Templo.
Kabalá, en hebreo, קַבָּלָה, es un sustantivo que viene del verbo Lekabel, לקבל , recibir . Es decir, kabalá sería literalmente , recepción. No entrega, sino recibimiento. Recepción de una sabiduría que tú recibes (de la Torá y por tanto de D-os) No es algo hacia lo que tú vas y tomas. Es algo que, si sabes a dónde ir, te será dado para que lo recibas. ¿Y cómo es el proceso para uno hacerse merecedor de esa entrega de sabiduría mística? Básicamente, una competencia lingüística notable en lengua hebrea y una desenvoltura sobresaliente en judaísmo. Y después, el estudio de los clásicos de la literatura kabalísitca.
Una de esas obras es El Zohar , de R. Shimon Bar Yojai. Otra, El Sefer ha ´Yetzirá, el Libro de la Creación. La otra, es «El Libro de la Claridad», de Rabí Nejunia Ben Ha´Kaná.
Y en español impecable, bilingüe, editado recientemente por Obelisco -ya por segunda vez- con un interesante prólogo de Mario Satz, una de las plumas hispánicas más autorizadas para hablar de Kabalá hoy en día.
R. Nejunia ben Ha´Kana fue un rico habitante de Emaús que vivió en los últimos tiempos del II Templo. Fue tanaíta -uno de aquellos sabios de bendita memoria que participó en la composición del Talmud, pero conocido entre el gran público por dos cosas: una , por ser el compositor del maravilloso piut Ana Be´Koaj, que cantamos en la ceremonia de Kabalat Shabat, y por ser el redactor del Sefer Ha´Bahir. No era hijo de Kana sino que quiere decir que era zelote -Kanaím- especie de partido político nacionalista del S . I d.e.c. , opuesto a los fariseos y saduceos, y estos opuestos entre sí. Zelotes eran los judíos que se refugiaron del acoso romano en Masada. La versión literaria , no obstante, parece ser que se compuso en Provenza, y Ha´Rambán (Najmánides de Gerona) en el S XI, fue uno de los primeros difusores y comentaristas.
Su estilo -destacado por el uso de grandes parábolas- adopta la forma de midrash clásico y se estructura en seis secciones diferentes para hablarnos, por ejemplo, del Libro del Génesis, del alefato hebreo y sus concomitancias místicas, las Diez Cuentas (Sfirot) los Misterios del Alma, entre otras muchas cosas que siempre habrá de buscar por sí mismo el lector de estas esplendorosas obras de la tradición judía en su ámbito místico.