LOS JUDÍOS DE TETUÁN Y LOS ALAUÍES

Recuerdo de una de las más trágicas efemérides de la judería tetuaní, que a fines del S XVIII se vio abocada al sufrimiento por parte del nuevo sultán alaui.


El tercer día del mes de Iyar -nada más acabar el mes de Pésaj, NIsán- en el año gregoriano de 1790, la judería de Tetuán sufrió la violencia de las desavenencias familiares de la dinastía alauita ya reinante. Los judíos de Tetuán, que eran los sefardíes que habían llegado  en 1492 a Fez -donde estaban los judíos que hablaban bereber, los toshabím- sufrieron una gran humillación: fueron llevados todos presos, y en la prisión, de forma violenta, obligados a desnudarse por completo, tanto mujeres como hombres como niños; abandonados así, sin ropa ni comida, durante tres largos días, la pesadumbre era enorme. Mientras que algunos consiguieron escapar de la cárcel para ir a rezar por la vida de sus hermanos, otros fueron decapitados. Entre ellos los consejeros del anterior sultán, que había beneficiado mucho a los judíos, en especial a los de Mogador. Bendita sea su memoria, que nadie recuerda hoy.

¿Y  todo esto a cuenta de qué?

Lo cuenta Shmuel Romanelli en su libro «Masha B’Arab» , Viaje por Arabia.

Viaje por Arabia, publicado en Berlín en 1792

El sultán Muhamad III, al morir, provocó un conflicto dinástico entre sus hijos. Sobre todo con el más rebelde de ellos, Muley Yazid, que ya en vida del padre tuvo que sufrir su carácter levantisco y sus amagos de golpe de estado. Muhamad III, el primero mandatario internacional en reconocer a los Estados Unidos de América, murió luchando contra España, pero a su muerte se generó una especie de guerra civil por la sucesión en el sultanato alauita: Yazid contra Suleymán. Los judíos, por razones de conveniencia, apoyaban la sucesión de Suleymán, pero quien se autoproclamó sultán fue Yazid.

Su sultanato  supuso un  radical cambio de dirección en relación a la política desarrollada por su padre, al que el hijo detestó en vida de forma continua; como ejemplo de los cambios de idiosincrasia política en su sultanato,  decir que aisló al país por completo, impidiendo relaciones internacionales con Europa y expulsando a la delegaciones extranjeras (con la única y notable excepción de la delegación  británica, con intereses en Gibraltar, es decir, en contra de España)  En represalia al apoyo que los judíos proporcionaron a su padre en vida de éste , fue por lo que dudó en que tenía que masacrar cruelmente  a los judíos de Tetuán, que a la sazón eran los más conectados con España.

Y después cargó contra la plaza de Ceuta.

El sultán Yazid sólo gobernó dos años -murió en 1792- y su sucesor, Moulay Slimane, dio cierto respiro a la comunidad judía, si bien fue el que los confinó dentro de los llamados melajs, las juderías marroquíes.