ISAAC DE CAMONDO

Nota biográfica de uno de los más conocidos miembros de la familia Camondo, cuya colección de arte fue donada al Museo de Louvre.


Después de la Revolución Francesa, el patrimonio artístico, hasta entonces en manos de iglesia y nobleza, pasa a ser el codiciado objeto de deseo del estamento de la burguesía, o al menos de la alta burguesía, y así, entre 1789 y 1939, familias burguesas judías -a veces rozando el ennoblecimiento- serán nombres clave dentro de todos los numerosos pasillos por los que transita la Historia del Arte, desde el mecenazgo al coleccionismo, desde las galerías a la museística.

Tal es el caso de Isaac de Camondo, nacido en 1853 , en Constantinopla,  dentro del contundente linaje sefardí de los banqueros de Camondo; esta  familia,  pocos años después de la Revolución Francesa, en 1797 – cuando Napoleón y Austria se disputan la serenísima república de Venecia-  se instaló a orillas del Bósforo, en el muy judío barrio de Galata. Allí edificarán su gran imperio financiero y  allí recibirán de Victor Emanuele de Italia el título de conde, en agradecimiento a todo  lo que dieron de sí mismos a la judería veneciana y en especial a la línea de ferrocarriles del entonces Reino de Italia. Luego, en 1860, la familia se radicará en París, donde vivirá en el máximo esplendor de la Ciudad Luz hasta la oscuridad del nazismo en 1941.

En 1866, el hijo del patriarca, muere; la convulsión familiar hace que la familia abandone Constantinopla. Con 86 años de edad, el Conde de Camondo, con sus nietos -Abraham, Nissim y Rebeca- se trasladan a vivir en París. Pero  Abraham Camondo, de edad provecta,  fallece pronto y sus nietos, Abraham y Nissim, perecen ambos en 1889. No obstante, hay descendencia: Abraham, casado con Regina Barúj, ha concebido dos hijos, Clarisse (casada con el banquero León Alfasa) e Isaac de Camondo, que es quien hereda la dirección del banco. Nissim, casado con Elise Fernandez, serán padres de Moise, que es quien hereda el título y que convertirá el palacio familiar en la calle Monceau en un museo de arte dieciochesco

Isaac, nacido el tercer día de julio de 1851- no sólo llevaba las riendas del banco desde 1876, sino que además era cónsul general del Imperio Otomano en París; por otra parte, por la parte más personal, vocacional, su mundo es el del Arte, tanto el plástico, como el musical.

No vivía en el palacio de los Camondo, en la exclusiva rue de Monceau, sino que primero vivió en tres apartamentos contiguos del Distrito Nueve, en la calle Gluck, para vivir  enfrente de la Opera, otra de sus grandes aficiones: compuso una él mismo, «El payaso» y sostenía financieramente este institución. También era presidente fundador de la Sociedad de los Artistas, accionista de la Opera Cómica y financiador de la revista «Musica», que editaba su gran amigo Gabriel Astruc, bordelés, sefardí,  hijo del Gran Rabino de París ( y fundador de L´Alliance Israelite Universelle) A este Astruc le pagó la edificación del Teatro de los Campos Elíseos, (que está en la avenida de Montaigne , no el boulevard de mismo nombre) A los tres meses de su apertura allí se estrenó con escándalo supremo La Consagración de la Primavera, de Stravinsky, ballet para Nijinsky, que contó con la presencia de Marcel Proust, Jean Cocteau y la flor y nata de la cultura parisina de entonces.

Con el tiempo, dejó sus apartamentos y pasó a vivir  en un gran apartamento en los Campos Elíseos. (Además alquilaba el Château de Sainte-Assise, un castillo neo-clásico a las afueras de París, donde organizaba cacerías.) Habituado desde su nacimiento a la belleza, decoró sus aposentos con tapices de lujo oriental, muebles del S XVIII y esculturas de la Edad Media y el Renacimiento, además de una importante colección de estampas japonesas y de cuadros impresionistas. De hecho, una habitación de la casa estaba destinada a guardar 30 cuadros de Degas.

Retrato póstumo, por Henri Lebasque

Su conocida faceta como coleccionista de arte está ligada a dos nombres importantes : J. Pichon, cónsul en Esmirna, y el barón L. Double. Cuando éste último sacó a subasta el reloj de péndulo de las tres gracias, que perteneció a Maria Antonieta, Camondo no dudó un momento:  lo compró por una cantidad astronómica que comentó el tout Paris y que le consagró como uno de los mayores coleccionistas de su tiempo.  El mayor de todos los coleccionistas  de entonces  era Jerome Pichon, a quien compró en 1878 grandes piezas de plata de su colección.

En 1897, fue uno de los miembros fundadores de la Sociedad de Amigos del Museo de Louvre, creada para la ampliación de los fundos del museo a través de  las donaciones. Y dos años después, le Mad, el Museo de Artes Decorativas, una de cuyas tres sedes es el Palacio de Camondo en la calle de Monceau.

Le salon Degas

De su colección de pintura, destacan cinco Millet, un Delacroix, Puvis de Chavannes, Corot y muchos más grandes nombres, como los ya mencionados treinta cuadros de Degas, o de su amigo Monet, a quien visitaba habitualmente en Giverny, así como de Manet, Sisley, Cezanne, Pisarro, tres retratos de Renoir, etc. Comenzó a donar cuadros al Louvre en 1897, con la creación de la Sociedad de Amigos del Museo, y lo hizo en varias ocasiones hasta el día de su muerte, en 1911. En su testamento dejó estipulado que su coleccón completa sería cedida al Louvre por 50 años, y se abrió al público en una sala a su nombre en 1914.  Algunos cuadros se quedaron allí y otros pasaron a Orsay y al museo de Guimet,  el Museo de la Historia de Francia, el Museo de la Marina, ya que la dinastía de los Camondo quedó extinta con la llegada del nazismo. En el Louvre se quedaron, por ejemplo, los Delacroix.

Nunca se casó, pero con una soprano belga  tuvo dos bastardos  -Jean y Bertrand- que nunca reconoció y que por tanto no pudieron reclamar la herencia.

Entrada a la sala Issac de Camondo en el Louvre