JAMETZ

 Algunas observaciones y recordatorios  para  proceder con los preparativos de la Fiesta de Pésaj.


La fiesta de Pésaj -también llamada Jag Ha´Aviv (la fiesta de la primavera) o  de las Matzot o de la Libertad (Jag Ha´Jerut)- es la primera fiesta de la independencia de la nación hebrea: se celebra la liberación de la estadía en Egipto, el retorno de los israelitas a la Tierra Prometida y la  posterior entrega de la Constitución en Sinaí. De la misma forma que el Angel de la Muerte «pasó por alto (pasaj) las casas de los hebreos, éstos pasaron de la esclavitud egipcia a su libertad, del desorden en un país extranjero e idólatra al orden como nación en su casa y en su Templo.

No es la fiesta más importante del ciclo anual judío -para eso está Yom Kipur- pero es una fiesta importantísima cuyos preparativos comienzan un mes antes, nada más acabar Purim. A las antítesisis antes mencionadas entre esclavitud y libertad, extranjero y nacional, caos y orden se les opone, de forma simbólica,  un binomio  antitético:  matzá y jamets (que son el mismo producto pero diferenciados por una cuestión de tiempo. Después de 18 minutos de elaboración, la masa de la matsá ya no es kasher, es jametz -fermento)

Durante siete días comeréis matzot, pero el día anterior (al primero de los siete días) anularéis la levadura de vuestros hogares; pues todo el que coma alimentos leudados, esa alma será cortada de Israel, desde el primer día hasta el séptimo día. (Shemot, 12:15)

La matsá,  el pan ácimo, como sabemos, es el epicentro de la fiesta durante todos sus días (ocho para la diáspora, para no cometer errores de cálculo en el calendario) Símbolo de la premura con que hubo que partir: sin que el pan tuviera tiempo de leudar. Así, jametz, es literalmente lo leudado, pero ahora bien, lo leudado en dos planos:  primero, el de la propia fermentación de las harinas de los granos que La Torá designa como no kasher para Pesaj (no aptos para esta fiesta) esto es: avena, cebada, centeno, espelta y trigo. Y, segundo,  el de los objetos susceptibles de haber estado en contacto con el propio jametz. Por eso es común en los hogares judíos que para el moed de Pesaj, el periodo pascual, en las casas se retire la vajilla habitual y se use una especialmente reservada para Pesaj.

Nuestros Sabios – Jaz´´l-  nos enseñaron en el Talmud que el Jametz representa los rasgos negativos del alma/personalidad. (Akeda) Así el Yetzer Hará , la inclinación al mal, es como la levadura en la masa , que entra en el cuerpo de la persona poco a poco para luego inflarse con orgullo y soberbia  hasta que todo el cuerpo se impregna de ella. (Zohar)

Pero el jamets es muy pequeño, a veces casi imperceptible. Así que desde Purim, por ejemplo, se evita que los libros estén en la cocina, no fuera que entre sus páginas se llegara a esconder jametz. Las casas son limpiadas de forma profunda, especialmente la cocina –nikayón bait– y el menaje de la cocina (excepto la cristalería, que sólo se lava concienzudamente) pasa por la ceremonia de la Hagalá; se lavan con agua y jabón los utensilios, luego se les deja sin usar durante 24 horas y se  sumerge la cubertería en un cubo de agua hirviendo  -suelen ser comunitarios y en se hace en la calle- para acabar hasta con la más remota mota  de jametz que pudiera haber.  No se suele hacer esto con los cuchillos, pues  este utensilio, en Pesaj,  es especial y se usan sólo cuchillos ex profeso para la fiesta. A los utensilios de cocina que están directamente en el fuego, como la sartén, se le hace un libún, que básicamente consiste en ponerlo al fuego sin nada dentro,  hasta que salten chispas.  Los de aluminio no soportan libún y hay que hacerles Hagalá.  La olla express no se usa en Pesaj porque contiene gomas. Los utensilios de barro o porcelana no se usan en Pesaj por ser porosos, como los de plástico. Se guardan para no correr el riesgo de usarlos por error.

Por supuesto, la tvilá, la inmersión en agua hirviendo, no se hace en Shabat o día de Yom Tov y requiere hacerse con la bendición pertinente: Baruj (….) tzivanu al tvilat keilim.

El día 13 de Nisán, al atardecer -es decir, cuando empieza el día  14- se realiza la comprobación del jametz , la B´dikat Ha´Jametz. Se realiza a la luz de una vela de cera y lo primero que se hace es bendecir el acto que vas a realizar ( «Baruj (…) al biur ha´jametz«) Muchas personas disponen diez pequeños trozos de pan sobre un papel -las diez tribus perdidas- luego los recogen sobre un papel con una pluma y una cuchara de madera o de plástico  para estar seguros de que no hicieron la bendición en vano (brajá le. vatalá)

Seguidamente se hace la ceremonia de Kal Jamirá, que se realiza para deshacerse psicológicamente de todo aquel jametz que no hay podido ser eliminado en la casa.  La amirá, la declaración propiamente dicha, y que algunos recitan tres veces seguidas,  es la siguiente:

Kal HaMirá, vehamiá deiká be´reshutí, dela hazité udla´biarté, udla yadana le´litvil ve´lehevé keafrá deará.

Toda levadura y jametz que se halle en mi poder , que no ví, que no eliminé, sea tomado por nulo como el polvo de la tierra.

Hacia las diez de la mañana, se lavan, secan y guardan todos los utensilios de menaje que no vamos a utilizar en los días de fiesta , nos sacudimos los bolsillos, y todo el jametz encontrado, si se ha encontrado, se quema.

¿Hay alguna forma de evitar la posesión de Jametz durante Pesaj, sin desprenderse del Jametz para siempre? es decir, usted es propietario de una cervecería, por ejemplo. Entonces se hace una venta simbólica a un no judío -incluso se puede hacer en internet- y al acabar la fiesta volver a abrir su negocio.

También hay que añadir que en Pesaj se suele regalar matzot y vino a otros judíos que estimemos.

 Jag Samej u´moadím le´simjá

(a lo cual se responde . U´zmaním la´Sason)