
Medina de Pomar, en la comarca de Las Merindades (hoy, provincia de Burgos) fue aljama famosa desde el S XI , que es desde cuando se tienen las referencias más antiguas.
Donde converge la meseta castellana con la cornisa cantábrica y el valle del Ebro -Castilla, País Vasco y La Rioja- se extiende la comarca de Las Merindades, una agrupación de 27 ayuntamientos con más de 300 localidades. Una de ellas es Medina de Pomar, nombre híbrido, semítico-románico, que traduce por «Ciudad de los Manzanos» , a una jornada de viaje de Burgos y a otra de Castro Urdiales -puerto final de la Ruta de la Lana hacia el norte de Europa- pero también a otra de Logroño y por tanto del camino francés de Santiago.

Alfonso VIII (1155-1214) que la repobló, fue quien llevó a los primeros hebreos a esta localidad -huidos de la invasión de los almorávides en el califato de Córdoba. Aunque aún seguían vigentes las normas antijudías de la legislación visigoda, ya los nuevos monarcas cristianos las ignoraban. En Medina se registraba la mercaduría de ultramar, gravada con el diezmo. Los muleros debían pasar por la calle del Rey (calle principal de la judería) para abonar el portazgo. De hecho, algunas calles de la villa refleja todo ese comercio: Herrerías, Platerías, Curtidores…Y en este ambiente florecían los judíos. Del primero que hay noticia , en 1289 , mencionado junto con otros judíos de Briviesca, es Mayor Abraham de Medina, que vendía propiedades en Moscardero.
Los Velasco, caciques lugareños, se servían de los judíos de Medina como recaudadores de impuestos. E incluso como asesores financieros para transacciones económicas de envergadura. De hecho consta que Isabel la Católica prohibió a los judíos medinenses comerciar con el señorío de Vizcaya.
Judío notable de Medina fue don Yusaf al Nayi, hábil financiero y con fama de mujeriego, rodeado de criados, tanto judíos como cristianos, que le acompañaron en sus constantes viajes por toda Castilla. Uno de los hechos más graves en los que se vio involucrado fue el «inducimiento y circuncisión de un hombre cristiano y otros crímenes deshonestos cometidos por los judíos» de la sinagoga de Medina de Pomar. La causa tuvo lugar en 1430, pero los hechos habían ocurrido tres años antes. En realidad fue una encerrona contra el poderoso Yusaf al Nayi para acusarlo de mantener relaciones ilícitas con mujeres cristianas y permitir el que Barcilay de Ribacardo circuncidara a cierto cristiano andaluz al que pusieron por nombre Raby Abraham.

La aljama medinense estaba extramuros, pero con la ampliación de la muralla, a comienzos del siglo XV, quedó intramuros, a un extremo junto al muro más occidental del nuevo recinto. Una puerta, antes llamada del Arco y hoy de la Judería, recuerda la salida sur de la calle Nuño Rasura (o antiguo barrio judío) que por entonces llevaba el nombre de calle del Rey; tras la expulsión, se le conoció por calle Nueva.

El cementerio, según los documentos que nos han llegado, se situaría a la derecha de la carretera que de Medina va a Incinillas, cerca del monasterio de Santa Clara, hacia el final de la Revilla. Este punto fue reducto fusilero durante las Carlistadas y después «Cementerio Viejo», clausurado en 1900. Con ese historial difícilmente puede confirmarse nada.
