Algunas consideraciones básicas sobre las matsot de Pesaj.
La matsá -el pan ácimo, el pan que no leuda- tiene una etimología que, aunque con reservas de los grandes semantistas de nuestro tiempo (Even Soshán y Ben Yehudá), ya trató en el S XVI el insigne sefardí r. Moshé Cordobero; la raíz de este término, según este jajám tsfatí, es la misma que crea el verbo Limtsots -succionar- y esto se debe a que en las cuatro décadas de errabundez por el desierto, los israelitas estuvieron envueltos en un penar que Ha´Shem «succionó» para liberarlos. No obstante otros dicen que proviene de la misma raíz que desecar.
La matsá es un producto horneado que se elabora con una de las cinco clases de cereales -trigo, cebada, avena, espelta y centeno- sin dejar que esas harinas lleguen a fermentar. El tiempo trascurrido entre el amasado y el horneado, es decir, entre que el agua y la harina entran en contacto, es la clave: el proceso no debe superar los 18 minutos en total. De lo contrario, no es kasher, no es apto (para el consumo preceptivo de los judíos en el moed de Pesaj). Debido a esto es por lo cual la fiesta de Pésaj (salto) se llama también la fiesta de las Matsot, (Jag Ha´Matsot). En tiempos del Segundo Templo, cuando no había aún Talmud, se llamaba la Fiesta del Sacrificio de Oblación, Korbán Minjá, porque no había sacrificio animal alguno.
Una de las principales mitzvot de la celebración de Pésaj es, como dice Shemot, 12, en el Leil Ha ´Seder, la primera noche de Pesaj, en recuerdo de la salida precipitada de Egipto, comer Matsá. El hecho de que se especifique que la mitzvá se realiza esa primera noche va a ser decisivo para comprender la existencia de distintos tipos de matzá, porque de facto, en los días de jol ha´moed, los días que median entre el principio y el final de la fiesta, no habría en teoría que comer matzá. La preocupación por el tiempo respecto a la matzá es importante también porque, como nos indica Ha´Rambám, la tarde del Leil Ha ´Seder queda totalmente prohibido comer matzá: sólo se puede comer -y en una cantidad que también está regulada- en el momento indicado de la lectura de La Hagadá y nunca -jas ve´jalila- antes, porque de contravenir lo reglamentado en La Halajá se precipitará sobre esa persona la desgracia.
Ahora bien: hay dos tipos de matsá kasher le´Pesaj. Una, dígamosle regular, y otra llamada «Shmurá» (guardada).
La regular, o normal, tiene un proceso que comienza mucho antes del amasado: la harina que vayamos a utilizar en el horneado ha debido de ser conservada de modo especial, para que ni el más pequeño ápice de humedad pueda entrar en contacto con esa harina, ya que eso provocaría una micro-fermentación. El agua que se use debe estar a una temperatura ambiente, porque si estuviera caliente se aceleraría el proceso de leudado. Y toda la mezcla y horneado debe hacerse con rapidez, porque de lo contrario estaríamos ante «jamets» y quedaría inservible.
La matsá shmurá es distinta. Su proceso comienza en el hecho de que la harina debe provenir de un campo que ha estado en barbecho -shmitá- y en el momento de su cosecha se revisa grano a grano para que no haya ninguno roto, pues eso también afecta a la fermentación. Así mismo, además de la conservación «en seco», también se cuida mucho del transporte y el almacenamiento, por eso se le aplica el adjetivo «shmurá, guardada».Evidentemente, todo esto encarece el producto, no piensen que los alimentos kasher son más caros porque sí.
¿Y por qué hay esta diferenciación entre matsá regular y shmurá? La Halajá -el reglamento de lo apto para el consumo de un judío que se precie de serlo- indica que la matsá shmurá es la que debes de comer en el Leil Ha´Seder. (En la diaspora, en las dos primeras noches del moed, en Israel sólo en la primera) La Torá es clara cuando en Exodo, 12 indica que la mitzvá es esa noche y no el resto. Como las otras noches no es mitzvá, comemos la barata, por así decirlo, pues sigue vigente el no comer «jamets».
Pesaj, el festival de la escrupulosidad, de la purificación implícita en el paso de la esclavitud a la libertad, de la inexistencia de Torá a las normas de Sinaí, la fiesta de la Kashrut como norma de vida, sin embargo, en demasiadas ocasiones ha sido también objeto de atención por parte de no judíos -la hostia de las misas cristianas, por ejemplo, es una matsá que también parten en dos. Pero también la preparación de matsot ha provocado la deleznable costumbre del Libelo de Sangre, en que en distintas épocas y lugares se acusaba a los judíos de haber raptado a un niño para que su sangre….fuera usada en la elaboración de matsot. Pero esa es otra historia.