LOS 21 DÍAS DE ESTRECHEZ

Resúmen de los hechos que dieron lugar al período de las tres semanas de duelo por la pérdida de Jerusalén.


 ¡Cuán sola ha quedado la  populosa ciudad !
La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda,
La señora de provincias ha sido hecha vasalla.
Amargamente llora por la noche y hay lágrimas en sus mejillas.
No tiene quien la consuele de todos sus amantes;
Todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos.
Judá ha ido al cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre;
Ella habitó entre las naciones y no halló descanso;
Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.

Lamentaciones de Jeremías, 1, 1-3

Como bien sabemos, entre el día 17 del mes de tamuz y el 9 de av, median 21 días que el judaísmo rabínico, desde la composición del tratado talmúdico de  Eijá Rabá, relaciona con los días de estrechez que vivieron los habitantes de Jerusalén entre la irrupción de los romanos en la ciudad y la destrucción del Templo. Días, por tanto, de duelo, de constricción (constringere, en latín, significa ceñir; y ceñir es estrechar)

Jeremías, `por Rembrandt

  Ahora bien, al margen de normas y costumbres, lo que en estos días recordamos está enmarcado en un evento histórico del que, además de relatos más o menos fiables -«Las Guerras de los Judíos», de Flavio Josefo- hay también evidencias arqueológicas, como los sillares en el suelo junto al lienzo occidental a la altura del Arco de Willson. ¿Pero qué sabemos del desarrollo de los hechos? ¿A qué se refieren esas «estrecheces»?

  La respuesta sólo admite un adjetivo: complejo. Por lo tanto, pongamos orden: ¿cómo llegaron los romanos a hacerse con Judea?

  Roma, con Pompeyo a la cabeza, había iniciado en la Península de Anatolia una tercera guerra contra Mitrídates VI, rey del Ponto (Mar Negro) La madre de este gran enemigo de Roma fue una princesa, hija de Antíoco IV Epifanes -el déspota del Imperio Seléucida que profanó el Templo de Jerusalén en los eventos de Januká . Dos monarcas también de origen seléucida, Antíoco XIII y Filipo II, luchaban entre sí por el poder de la Siria; Pompeyo, preocupado porque Siria fuera territorio cercano a los partos -en las mesetas iranias- anexionó el territorio como provincia romana. Mientras tanto, en Judea, los descendientes de los macabeos, la dinastía jasmonea, habían degenerado hasta la guerra civil, enfrentándose por el poder Yojanán Horkanos y Aristóbulo II. Pompeyo mandó a su cuñado, Marco Emilio Escauro a mediar entre ellos, pero tomó partido por Aristóbulo (según Flavio Josefo por un soborno de 400 talentos) Cuando llegó Pompeyo a Judea, Aristóbulo dio muestras de reinar por su propia cuenta y Pompeyo, desairado, le retiró su apoyo. Aristóbulo reculó, prometió recompensarle entregándole Jerusalén, pero como esto no sucedió, Pompeyo ordenó apresarle. Los seguidores de Horkanos abrieron las puertas de la ciudad para que entraran los romanos;  los seguidores de Aristóbulo, temerosos de represalias,  se guarecieron en el Templo. Los romanos los asediaron durante meses, hasta que pudieron entrar a los patios. Pompeyo fue el único que entró en el Hejal; aunque su sola presencia era una grave profanación -allí sólo podía entrar el Sumo Sacerdote, Pompeyp no tocó siquiera ni uno de los sacratísimos objetos allí depositados: Judea se convertía así en una provincia romana. Horkanos, en etnarca -una especie de gobernador de provincias sin interés. Era el año 63 aec.

Años más tarde, Herodes El Grande, el etnarca que se creía rey de los judíos, en su política de adulación para asegurarse el poder, construyó en la costa una ciudad en honor de César Augusto: Cesarea Marítima -Keisaria, en hebreo. El mayor puerto del Mediterráneo. En el año 66 dec, a las puertas de la sinagoga mayor de Keisaria los romanos realizaron el  sacrificio de unos pájaros….. Los judíos no podían creerlo. Además, el  procurador de Jerusalén, Gesius Florus, había sustraído 17 talentos del tesoro del Templo. Eleazar ben Janania (ben Ananías)  hijo del Sumo Sacerdote y mayordomo del Templo, se negó al sacrificio diario en honor del emperador. Es el año 66 y comienza la Gran Revuelta  (Mered Ha´Gadol) El general  romano Vespasiano será, en principio, el encargado de sofocar el levantamiento.

Si -como antes decíamos- el contexto político es complicado, no nos estamos refiriendo sólo a los problemas con los romanos. Judea, para esta fecha, tiene graves  problemas internos y está al borde de una guerra civil.

 Los judíos tienen en este momento cuatro líderes políticos: Shim´on Bar Guiora, Juan de Guiskala, Eleazar ben Shim´on y Eleazar ben Yaír. El primero, Bar Guiora, había reunido un ejército de 40.000 campesinos a los que había prometido sacar de la esclavitud. Su radicalismo le hace odioso a ojos de Flavio Josefo, que a la sazón es un aristócrata jasmoneo. El galileo Juan de Guiskala, Yojanán ben Jalav, rival de Flavio Josefo por el gobierno en Galilea, era el líder preferido por el Sanhedrín. El pueblo estaba descontento con la cuota de despotismo de Juan y llamó a Bar Guiora a entrar en Jerusalén. Resultó una decepción, porque una vez en la ciudad, Bar Guiora se comportó como un tirano con sus hermanos judíos. Pero esto no era nada comparado con el problema entre los zelotes de Eleazar ben Yaír, los seguidores de Bar Guiora y los  seguidores de Juan. El resultado del enfrentamiento a tres bandas fue a favor de Shim ón Bar Guiora; el perdedor, Juan de Guiskala. Los zelotes, asesinos de todo colaborador con Roma -considerados terroristas por muchos historiadores-  se refugiaron en Masada.

Los romanos también tienen cuatro pretendientes al Imperio en Roma, pero a la vez mantuienen campañas en la frontera del Rhin, el Danubio , Escocia y Judea. En Jerusalén, extramuros, por orden del emperador Nerón, está Vespasiano, con cuatro legiones (unos 70.000 hombres de muy diversos orígenes) La V Macedónica venía de luchar contra los partos. La XII Fulminata se había hecho famosa con César en la Guerra de las Galias y fue con la que César derrotó a Pompeyo. Pero saldrá muy mal parada ante los judíos en Beit Jorón. La tercera era la XV Apolonaris, famosa por sus campañas balcánicas; comandada por el hijo de Vespasiano, Tito, fue la que apresó a Flavio Josefo. Por último, la X Fretensis, asentada en Keisaria, porque Nerón la quería para conquistar Etiopía; Keisaria era puerto ideal para llegar a Alejandría y adentrarse Nilo arriba. Cada legión llevaba un estandarte con el águila imperial, pero también otro con un distintivo de cada cohorte -por razones prácticas en la batalla- y luego, el imago, un busto del emperador.

Pues bien, en el año 26 los judíos ya habían quedado atónitos cuando en tiempos de Poncio Pilatos llegó una legíon a Jerusalén con esa estatua que contravenía La Halajá, y además en Jerusalén!! Los romanos no comprendían nada, pero estaban ganándose el odio de los judíos a manos llenas. Reclamaron a Pilatos que lo retirara y Pilatos los reunió en un patio de Keisaria donde pretendió masacrarlos. Los judíos se lanzaron todos al suelo a rezar el Shemá Israel para que quedara claro que estaban dispuestos a ser asesinados antes que permitir estatuas en Jerusalén. En el año 40 Calígula, autodivinizado en vida, exigió que en el Templo de Jerusalén erigieran una estatua de oro para adorarle. Nunca se llegó a montar.

Un año antes, en el 39, Herodes, el idumeo que se hizo con el poder jasmoneo,  tomará Jerusalén con la ayuda de dos legiones entrando por la parte más vulnerable de la ciudad: el lienzo norte de la muralla. Por ahí, digamos que por donde está hoy la Puerta de Damasco, es por donde también entrarán los romanos en el año 70 para acabar con la soberanía judía en Eretz Israel.  Por eso la parte norte estaba mucho más fortificada. Herodes El grande -hubo otros cuatro Herodes- para agasajar a Marco Antonio, construyó la Torre Antonia al norte de las murallas que recogían la Explanada del Templo que él había reformado para congratularse con los judíos, que no le querían. Esa fortaleza estaba en esa parte norte de la ciudad porque como hemos dicho era la más vulnerable. Para sí mismo se construyó un palacio excepcional sobre el cual los mamelucos construyeron la fortaleza  que hoy llamamos Torre de David, en la Puerta hoy llamada de Yafo.

 Después del escándalo del sacrificio de pájaros frente a la sinagoga de Keisaria, en el 66. los disturbios se extendieron. En Jerusalén hubo muertos en ambos bandos. La guarnición romana en la ciudad tuvo que acabar huyendo. Herodes Agripa abandona la ciudad para no ser asesinado y la rebelión se generaliza.: los zelotes y los sicarios (bandidos) saquean los arsenales del Herodium, cerca de Belén, de Masada, y de otra ciudad herodiana al otro lado del Jordán, Makeronte.

Vespasiano

Roma actúa rápidamente. Cestio Galo, gobernador de Siria,  deja tres legiones en este lugar -por si los partos atacan-  y  después de bajar por la costa hasta  recuperar Keisaira, sube a Jerusalén con la cuarta legión en la zona, con sus tropas auxiliares: unos  30.000 hombres. Y así irrumpe en Jerusalén contra la muralla norte y acampa frente al palacio de Herodes. Luego, junto a la Torre Antonia, trata de entrar en la explanada herodiana del Templo, sin saber que al otro lado los judíos se están muriendo de miedo. Y sin más, los romanos se retiran hacia atrás y vuelven por donde han venido. Los judíos, principalmente zelotes, armados de valor, atacaron la retaguardia en retirada y, en Beit Jorón, mataron a unos seis mil romanos. Además, se hicieron con importantes cantidades de material bélico romano, incluídas catapultas. (Intentaron probarlas atacando una cohorte en Ashkelon, pero fracasaron)  Dicen que Cestio Galo se suicidó al regresar a Antioquía, incapaz de asumir la vergüenza de aquella derrota en Beit Jorón.  Nerón, entonces,  mandó nuevo gobernador a Siria y ordenó sofocar la rebelión a un general al que odiaba : Vespasiano, a quien ayudara su hijo , Tito.

Tras lo de Beit Jorón, también el pueblo judío se reorganiza.  La Asamblea del Pueblo, La Kneset,  fue convocada  por Simeon ben Gamliel y  se formó el gobierno provisional de Judea en Jerusalén. El ex Sumo Sacerdote Janán ben Janán fue nombrado uno de los jefes de gobierno y comenzó a reforzar la ciudad con la ayuda de  Yosef ben Gurion.  Yehoshua ben Gamla asumió un papel de liderazgo. Josefo  fue nombrado comandante en Galilea y el Golán, mientras que Yosef ben Shimon fue nombrado comandante de Jericó y así sucesivamente en toda ciudad. Aislados en fortalezas no tenían ninguna posibilidad de comunicarse y eran fáciles puntos de ataque para los romanos.

Vespasiano saca de Siria la mitad de la guarnición provincial -dos legiones- que se reunirá con la Apolinaris que trae Tito desde Alejandría. Asolaron y masacraron Tsipori (Séforis), así como a los de Gadara, y reúne al resto de legiones, en total algo más de unos 60.000 hombres. Cuatro veces más que los efectivos que pueden tener los judíos. Una vez  sometió a los galileos cruzó la neutral Samaria para acercarse a Jerusalén, pero la rodeó tomando primero Jericó, Makeronte, y por el otro lado, Emaús y Jebrón. Todas las poblaciones van cayendo una tras otra. Es el año 68 y son los momentos en que se desarrollan intramuros los grandes enfrentamientos entre las cuatro facciones judías. Y en Roma, muere Nerón. Al poco tiempo, Vespasiano abandona la actividad bélica para regresar a Roma para hacerse con el trono imperial.  Será su hijo, Tito, quien se haga con la comandancia de la campaña en Judea.

Tito, en marzo del 70 aparece frente a Jerusalén con 60.000 hombres que hace acampar en Har Ha´Tsofim, el Monte Scopus, el monte del mirador, pues contempla toda Jerusalén. La ciudad, pertrechada tras tres murallas desde el norte de la ciudad, es rodeada por legiones. Una, en el Monte de los Olivos, frente a la muralla este; las otras tres las desplaza de la cima del Monte Scopus y las coloca en donde hoy está el Ayuntamiento y el Campo de los Rusos, y en la zona donde está hoy el barrio de Yemín Moshé y alrededores, frente a la muralla occidental. Las tropas judías se unen, tarde pero se unen: 10.000 seguidores de Bar Guiora y 5000 idumeos están en la muralla norte. Los de Guiskala y los zelotes, en torno a la Torre Antonia,  en la explanada del Templo, unos siete mil. Pocos pero valientes: lanzaron un ataque por sorpresa desde el Templo contra las tropas del Monte de los Olivos y casi matan a Tito. Pero es inútil: los romanos usan sus catapultas -piedras de unos 30 kgs- y asedian así la plataforma del Templo. Los zelotes tienen las catapultas adquiridas en lo de Beit Jorón, pero no saben usarlas bien y no les son prácticas. Algún desertor romano trató de instruirles en su uso. Mientras tanto las otras tres legiones entran por la muralla norte tras construir una rampa. Los judíos lanzan antorchas incendiarias pero el ariete Victor abre una brecha en el muro. Todo el barrio entre la primera y la segunda muralla está refugiado en el Templo. Y los romanos de Tito entran a caballo. Entre el quinto y el noveno día, consiguen derrumbar la segunda muralla. Es el 17 de tamuz.

Es entonces cuando entra el componente de la guerra psicológica. Llega el dinero para pagar a los legionarios y Tito ordena que se pongan sus mejores galas y formen fuera de la ciudad . Los judíos desde las atalayas de las murallas, al verlo, se estremecieron al ver a aquel enorme ejército perfectamente disciplinado. Seguidamente, en el tiempo récord de tres días se crea una línea de asedio alrededor de toda la ciudad. Los judíos, intramuros, viven en el caos. Han incendiado almacenes de ricos para obtener grano con el que poder amasar pan. Juan de Guiskala ha asesinado al Sumo Sacerdote. Las tensiones de ese grupo con los de bar Guiora se acrecientan. Algunos se atreven a salir de las murallas para ir en busca de comida, pero….los que son capturados van a ser crucificados. Pronto toda la ciudad está rodeada de judíos crucificados que los judíos vivos contemplan con horror, pues eran crucificados de distintas maneras, para divertirse. A estas estrecheces se refiere el lapso de tiempo entre el 17 de tamuz y el 9 de av.

Como los judíos no se rinden, Tito lanza un ataque contra la Antonia. Pero Juan de Guiskala construye un tunel por debajo de la muralla, luego lo llena de madera, lo prende fuego y se hunde la rampa construida por los romanos, que ha costado consruir 17 días.

Una brigada suicida consigue quemar los arietes de los legionarios frente al Palacio de Herodes. Entonces, Tito, harto, concentra todas las fuerzas en destruir la Antonia construyendo otra rampa que lleva 21 días tenerla finalizada.  Parte de la Antonia se derrumba, pues no olvidemos que los cimientos fueron socavados por Guiskala. No obstante, mientras tanto, los judíos han construido un segundo muro tras la torre, y los romanos no se atreven a traspasar. Tito ordena la demolición de la fortaleza, ensancha la rampa, y entran en la explanada del Templo por la parte de arriba de los pórticos de los patios. Abajo, entre los pilares, hay mucho material inflamable que prenden y los muros y los arcos se derrumban, matando así a muchos romanos. Un romano toma parte de ese fuego y lo arroja por un lateral de los muros del Templo propiamente dicho, ardiendo con los zelotes dentro. Una vez quemado el tiempo, desde la explanada entran en la Ciudad Alta tras dieciocho días de construcción de rampas por la parte que hoy es la explanada del Kotel.  Los pocos que  quedan con vida son asesinados en sus propias casas. Todo arde. Todo acaba. Jerusalén ya sólo es lo que Jeremías lloraba:

Judá ha ido al cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre;
Ella habitó entre las naciones y no halló descanso;
Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.

Bibliografía:

Guerra de los Judíos, Flavio Josefo

Destrucción de Jerusalén, Fernando Quesada, dr. Hª Universidad Complutense, Fundación March.