LOS JUDÍOS DE GIBRALTAR

Fundamentos  generales de la historia de la comunidad sefardí en la colonia inglesa del Peñón de Gibraltar


Al sur de la Península Ibérica, en la Bahía de Algeciras -es decir, dentro del territorio de la Unión Europea- existe una colonia británica que, como tal, lo es desde 1713, con la firma del Tratado de Utrecht.  Este tratado se firmó después de que en 1704 la plaza fuera  tomada por una escuadra anglo-holandesa en apoyo del Archiduque Carlos (Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico) pretendiente de la Casa de Austria al trono  español, frente a la casa de Borbón,  durante la Guerra de Sucesión Española.

El conflicto hispano-inglés sobre la soberanía del lugar aún está en vigor y permanece irresoluto.

Pero la relación de Gibraltar con los judíos viene de mucho más lejos, como ya contamos en el artículo  que trata sobre CUANDO GIBRALTAR FUE COMPLETAMENTE JUDÍA

Ahora nos centraremos en conocer cómo se gesta la comunidad judía de la Edad Moderna.

  Inglaterra no invadió porque sí El Peñón de Gibraltar -por donde habían entrado, en 711, los musulmanes a la Península Ibérica. Tánger, al otro lado del estrecho, en 1471,  había sido conquistada por Alfonso V de Portugal y el hijo del Duque de Braganza. Pero a partir de 1580 Portugal está unido a España por la Casa de Austria, con lo que Tánger pasa a ser de dominio hispano-luso hasta 1661. Portugal, por su parte, al volver a ser reino independiente,  buscó una alianza con Inglaterra y casaron a Catalina de Braganza con Carlos II de Inglaterra. Tánger fue la dote de ese matrimonio.

Pero el sultán Ismaelí echó a los británicos en 1684 por haber destruido e incendiado el puerto y la ciudad de Tánger. Inglaterra, que apreciaba muchísimo sus dominios en el Estrecho de Gibraltar -te hace dueño de la entrada al Mediterráneo y la salida al Atlántico- no estaba dispuesta a perder semejante posición geo-estratégica. 20 años después, aprovecha la coyuntura, y con ayuda de los Países Bajos, entonces en guerra con con los españoles, atacan y conquistan una serie de localidades de la Bahía de Algeciras ( e incluso la isla de Menorca)  para desde ellas poder tomar el Peñón.

 Ahora bien, el avituallamiento general de la colonia británica, que sólo tiene frontera con España, generaba un problema logístico importante.  Lo más cercano está a 66 kms, de distancia y al otro lado del estrecho: Tetuán. Llevar por mar alimentos frescos desde Inglaterra era complicado y caro. Pocos años después de la toma británica del Peñón, ya hay una serie de comerciantes judíos, tetuaníes, en Gibraltar. Estos judíos de Tetuán estaban en contacto con los de Livorno e incluso los de Londres, llegados desde Amsterdam. Y es más, el naguid de los judíos de Salé, el presidente de la judería, Moshé ben Hatar, que era el tesorero del sultán ismaelí, usaba Gibraltar como mercado de las armas y la pólvora que el sultán deseaba tener en su reino… Pero el gobernador británico de la colonia exigía de los judíos el pago de unas altísimas tasas de impuestos; los judíos se negaron ante el abuso y los ingleses, entonces, expulsaron a los judíos. Destituido el gobernador, llegó otro, que quiso que los judíos  volvieran, claudicando ante la exigencia de los comerciantes hebreos: gratis, tanto para judíos como para moros.

 Pronto hubo una comunidad de unos trescientos judíos y una única sinagoga. Pero cuando las relaciones entre Inglaterra y España mejoraron, fueron los españoles quienes empezaron a suministrar lo necesario a los gibraltareños. Los ingleses, que ya no necesitaban a los judíos, los volvieron a expulsar en 1717. No obstante, volverían en 1719. Los judíos – con Ben Hatar a la cabeza-  volvieron a pactar: volvemos si firmamos que será de forma permanente.

 Isaac Nieto -el hijo del rabino de la sinagoga  londinense de Bevis Marks, David Nieto- recibió en 1724 permiso para construir la primera sinagoga permanente de Gibraltar. Puesto que el nombre oficial de Bevis Marks es kahal kadosh Saar Ha Shamáim -sagrada sinagoga de la Puerta de los Cielos- fue ese el nombre que dieron a la sinagoga de Gibraltar. Habían pasado 230 años desde la expulsión de los judíos para que hubiera una institución judía en la Península Ibérica. La principal consecuencia de ello fue que muchos cripto-judíos españoles del S XVIII encontraron allí refugio y alivio al miedo inquisitorial en el que vivían. Por ejemplo, rabí Abraham, de Sevilla (que pereció al poco de llegar) o Martino David Sánchez, que fallecío en Malta. Juan José Pereira, de Cádiz, fue circuncidado en Gibraltar. La comunidad también se vio engrandecida por más judíos de Tetuán, llegando a ser, en su mejor momento, a mediados del XVIII el 32% de la población total de la plaza. Algunas peculiaridades  de la comunidad fueron, por ejemplo, que en 1777,  el tetuaní de nacimiento Issac Aboab, tenía dos esposas, a pesar de que bigamia era ilegal en  Inglaterra en ese momento, pero aparentemente la ley no estaba en pleno vigor en Gibraltar.

Atuendo típico de judío gibraltareño en el S XIX

España no se resignaba ante la invasión británica de Gibraltar y, en 1779,  comenzó un asedio militar que llevó a los gibraltareños a sufrir grandes privaciones y penurias propias de la recesión económica. A partir de 1793 consiguieron reflotar su economía financiando las andanzas de corsarios. El interés aplicado para estas actividades era tan alto que se generaron algunas grandes fortunas. Aaron Cardozo, amigo personal del comandante Nelson, se construyó tal palacete, siendo proveedor de la Royal Navy,  que hoy su casa es el ayuntamiento de Gibraltar. Yehudá Benoliel, banquero y cónsul de Marruecos, tenía tal poder que consiguió impedir que los musulmanes destruyeran las sinagogas de Tánger en 1830. Durante esa época muchos judíos comenzaron a abandonar el lugar, emigrando a Inglaterra, e incluso a América y, más tarde a Israel.

Durante la Segunda Guerra Mundial, una gran parte de la judería declarada no combatiente fue evacuada a Madeira. Y no volvieron todos. Los que fueron llevados al Reino Unido tampoco quisieron regresar al Peñón en su gran mayoría. Los esfuerzos del rabino Josef Pacifici, nacido en Italia, que asumió el rabinato de Gibraltar y tomó el control de la educación, ayudaron a revertir esta tendencia. En 1984, el rabino Ron Hassid se convirtió en rabino jefe.

Varios judíos gibraltareños han ocupado puestos importantes en el gobierno; en particular,  Sir Joshua Hassan, quien se desempeñó como Ministro Principal de Gibraltar durante dos mandatos. Solomon Levy ocupó el cargo ceremonial de alcalde de Gibraltar de 2008 a 2009. En 2004, en una celebración de los 300 años desde la toma del poder por los británicos, los feligreses de la Gran Sinagoga interpretaron el himno «Dios salve a la reina» en hebreo, la primera vez que ocurre oficialmente.

Quedan muy pocos judíos sefardíes en Gibraltar, unos 600, pero tienen aún sus cuatro sinagogas, una escuela, comercios kasher y una residencia de ancianos. Saar Ha´Shamaím, que  fue muy dañada cuando el Gran Sitio, ha sido reconstruida. Veinte años después se construyó la de Netfusot Yehudá.  Desde 1820 existió también la sinagoga de Aburdaham, que fue también sede de las reuniones de la masonería.

Bibliografía:

  • Lamelas Oladán, Diego , 1990. «Asentamiento en Gibraltar en 1474 y expulsión en 1476»
  • מרדכי מרגליות (עורך כללי), «אברהם אירירה», אנציקלופדיה לתולדות גדולי ישראל, תל אביב: י’ צ’צ’יק, תש»ו,