
Notas sobre la población judía de esta localidad madrileña en la que nació el Cardenal Cisneros, regente de Castilla.
A unos cincuenta y pico kms al norte de la provincia de Madrid, en donde la sierra ya toca las provincias de Guadalajara y Segovia, se levanta el municipio de Torrelaguna. La villa, que fue reconquistada en 1085 por Alfonso VI de Castilla – incorporándola a la diócesis de Toledo- fue plaza de no poco poderío en el S XIV y en ella hubo también una judería; pero nadie se ha interesado aún en estudiar a fondo el hecho judío de esta localidad. Cobeña, feudo medieval de la Casa de los Mendoza -y en concreto de D Pedro Glez. de Mendoza, mayordomo de Juan I- junto a Torrelaguna y Alcalá de Henares, formaban un gran eje de florecientes juderías medievales.
Torrelaguna era de donde salían los mozos casaderos para las doncellas hebreas de Cobeña; y allí , en 1436, nació el cardenal Cisneros, tercer inquisidor de Castilla y regente de la monarquía castellana entre la muerte de Fernando El Católico y la llegada de Carlos I de España y V de Alemania.
Conocemos el alcance de esta aljama por las cantidades de maravedíes que Torrelaguna tenía que aportar a fines del S XV; así, entre 1464 y 1482, se aportaban entre 800 y 1000 maravedíes, cifra que se dispara en la entrada de 1488 e incluso la de 1491, elevándose en esos años a más de 24.000 maravedíes (pues había que sufragar la campaña de los Reyes Católicos contra el Reino nazarí de Granada)
La primera noticia que se tiene de los trasiegos y avatares hebreos en Torrelaguna, no obstante, se deben a un escueta mención de Baer en su indispensable Historia de los judíos , en donde hace referencia al proceso inquisitorial abierto contra Fernando de Madrid, cripto-judío acusado de enviar aceite de oliva a la sinagoga. Para la época, semejante y bondadosa atención con el templo hebreo -que no ubicamos del todo – era suficiente prueba de la falsedad de su conversión al credo cristiano. Al proceso inquisitorial acudió en calidad de testigo el carnicero, Yaco de Biilhiraco, que por el nombre debía ser el responsable de la carne kasher de la comunidad.
No constan asedios a la aljama en las campañas de Enrique II contra su hermanastro, Pedro I (a quien el primero llamaba «Rey de los Judíos» ) ni consta sufrieran las violencias de las matanzas generales de 1391, lo cual no quiere decir que no las padecieran. Pero sí hay fuente de existencia de la judería en la Carta de Apartamiento de moros y judíos, promulgada en las Cortes de Toledo en el año de 1480, y en la que se dio un plazo de dos años para que las comunidades no cristianas se retiraran a vivir en barrios exclusivos para ellos y así no ejercer el proselitismo sobre la población cristiana. (Cosa rara porque el judaísmo no gusta del proselitismo e incluso lo condena y hasta tiene mucha estudiados reticencia y escrúpulo a la hora de aceptar conversiones) No se sabe en donde los judíos «se apartaron», pero se cree que la calle Santa Fe pudiera ser la calle principal de la judería, pues es muy habitual que las calles judías, tras la expulsión, fueran nombradas con conceptos muy cristianos. Otros sostienen que la sinagoga de Torrelaguna estaba en donde hoy se levanta el edificio de la Casa de Cultura, en la Plaza de la Paz. La sinagoga, montada sobre una antigua mezquita, una vez expoliada, se convirtió en Hospital de la Stma. Trinidad. La entrada del edificio tiene una evidente huella mudéjar
Se calcula que el número de judíos de esa judería rondaría los doscientos. El 10 % de la población total. Conocemos por el Archivo de Simancas, los nombres de cuatro matrimonios: Abenpex era la esposa de rabí Moshé , Azí Buena había casado con Yuka d´Aya, Qinha se desposó con Buda (Yehudá) Kohén, y Ecter (Esther) casó con Abram Xetevi (de Xátiva, Játiva, en el reino de Valencia) Luego se sabe del oficio desempeñado por catorce de ellos, incluido el de rabino ya mencionado, el nombre de unos cuantos médicos: rabí Abraham Salama, rabí Ley, rabí Uçe (Yosef) -estos dos regresaron tras la expulsión y reclamaron sus viñedos – ibn ben Amen y rabí Yusef Bueno. Había también tejedores , como Heradillo y Huda (Yehudá) Cohén, zapateros como Suleyman ÇaÇon (Sasón)