LOS JUDÍOS DEL LÍBANO

Algunas notas básicas de la comunidad judía en Líbano desde el principio hasta nuestros días.


La historia de los judíos en lo que hoy es Líbano comienza, por razones obvias, en tiempos tanájicos, pues las tribus de Asher y  Naftalí se expandieron hasta lo que hoy es  Sidón. Como tantas otras juderías de países de mayoría musulmana en el S XX, todo acaba en 1948 con la re-fundación  política del Estado de Israel ( y con la guerra civil libanesa)

Los puntos clave de la judería libanesa son,  hoy por hoy, y por este orden, Beirut y Tiro. Las sinagogas están inhabilitadas para el culto, y aunque estuvieran abiertas al rezo, no hay casi quien pudiera asistir a ellas.   En 1967, unos seis mil judíos emigraron, quedando unos 450.  La edad y la guerra civil ha dejado una comunidad de tan sólo 40 personas.

Sabemos que tras  de la revuelta de Bar Kojba contra Roma  (132 EC) , varias comunidades judías se establecieron en el Líbano. Y luego, con la llegada del Islam, el califa Muawiya, S VII, estableció una comunidad judía en Trípoli.  En el S X,  en Sidón. En  Tiro en 1071. En el siglo XIX, las hostilidades entre las comunidades drusas y maronitas (cristianos de la iglesia siríaca)  indujeron  a muchos judíos a abandonar  la población de Deir al Qamar, mudándose la mayoría a  Hasbía a fines de siglo.  Por iniciativa del barón de  Rothschild, algunos de los judíos de Hasía se mudaron a  Rosh Pina en 1888. El barón Rothschild también financió la renovación de la sinagoga en Khatsia y el salario de un maestro judío.

Sinagoga de Deir Al Qamar

En 1911, muy poco antes de que la Primera Guerra Mundial tumbara el Imperio Otomano, 6000 judíos de Italia, Grecia,  Siria, Irak, Turquía, Egipto e Irán se radicaron en Líbano. Prosperaron pronto, al acabar la guerra, con el Mandato Francés. Publicaban dos periódicos, uno en árabe (Al-Alam al-Israili ) y otro en francés (Le Commerce du Levant) y los hijos de familias con posibles de Yafo o de  Bagdad   estudiaban en el internado de Zaki Cohen, fundado en 1864.

En ese incipiente marco del Gran Líbano, se construyeron  el barrio judío de Wadi Abu Yamil, la Sinagoga Maguen Abraham (1926) y la escuela comunitaria Talmud-Tora Selim Tarrab (1927), además de los  servicios de asistencia social como las sociedades BiKur-Jolim, Ozer-Dalim y Mattan-Basseter. El financiamiento para todas estas instituciones provenía de  sustanciosas contribuciones de miembros de la comunidad , que contribuían a sufragar  fiestas y celebraciones judías.  Desde 1925 hasta su muerte en 1948, el rabino Shabtai Habot se desempeñó como el principal rabino de la comunidad.  De hecho, la comunidad era financieramente independiente y no dependía de la filantropía judía europea. Eso sí, por cercanía física y de corazón, mantenían estrechos lazos con lo que estaba sucediendo en Jerusalén; e ideológicamente la comunidad estaba alineada con B’nai B’rith a través de su representante local.  A diferencia de la Alianza, que principalmente aspiraba a empoderar al individuo judío a través de la educación moderna, los B’nai B’rith se esforzaron por empoderar al individuo y a la comunidad en general. Por supuesto, la escuela  de l¨Alliance era popular en la comunidad ya que se enfocaba en el francés  -y era la época administrativa del Mandato francés- y preparaba a los estudiantes para la educación superior.

Cementerio judío de Beirut

Unos pocos líderes comunitarios, como Joseph Farhi, apoyaron fervientemente la causa sionista, y hubo cierto  nivel de apoyo al concepto de un estado judío en Palestina, pero la comunidad  judía del país del cedro no estaba en general interesada en los circunloquios y laberintos de la política y no mandaba siquiera delegaciones a los congresos judíos (lo cual no gustaba  nada a la Agencia Judía, la Sojnut)  Los judíos libaneses sabían perfectamente lo que había pasado en Jebrón y Jerusalén con las matanzas de 1929; el gran mufti de Jerusalén se había refugiado en Libano.  Lo que hablaban los judíos  askenazíes de Nueva York les quedaba muy lejos a los judíos de Tiro y Beirut. Y en  noviembre de 1945, catorce judíos fueron asesinados en disturbios antijudíos en Trípoli, Líbano

Las manifestaciones  de odio antisionista comenzaron en 1947 y 1948, pero inicialmente no produjeron daños reales  a la comunidad judía. A medida que el conflicto árabe-israelí se iba desarrollando, la hostilidad hacia los judíos se fue intensificando, especialmente por parte de la población musulmana. La principal sinagoga en Beirut fue bombardeada a principios de la década de 1950;  la Cámara de Diputados libanesa fue testigo de acalorados debates sobre el estado de los oficiales del ejército judío libanés. Los debates culminaron en una resolución unánime para expulsarlos y excluirlos del ejército libanés.

Con el aumento de la influencia siria en el Líbano después de la guerra civil en 1958, la actitud hacia los judíos en el Líbano empeoró y comenzó un  éxodo de judíos libaneses  hacia América del Norte, Francia, Italia e incluso Israel. En 1971, fue secuestrado en Beirut por agentes sirios el l secretario de la comunidad judía libanesa, el profesor Albert Elia, de 69 años,  quien estuvo recluido en Damasco junto con judíos que intentaron salir de Siria y fue ejecutado allí mismo.

La población judía de Beirut, que era de 9,000 en 1948, se redujo a 2,500 en 1969.  Establecieron comunidades en ciudades  como Nueva York, Montreal, México, etc

Entre los nombres prominentes de los antiguos miembros de la comunidad se encuentra la familia bancaria de Safra, que comenzó a realizar operaciones bancarias en Beirut y desde allí expandió sus negocios al resto del mundo. Las comunidades judías libanesas generalmente están integradas con las comunidades judías sirias (ya que muchos judíos libaneses vinieron de Siria).