La Hª de la comunidad sefardí de Chile – apenas dos mil almas hoy en día- discurre paralela a los tres grandes momentos históricos del propio país: conquista española, colonización e independencia.
En 1535, cuando Diego de Almagro deja Nueva Castilla y se interna en las tierras al sur de los Incas, lleva consigo un contingente de 500 hombres; entre ellos, Rodrigo de Orgoños, teniente general de la expedición, hijo de un zapatero judío de la localidad toledana de Oropesa, donde su madre, que lo parió en 1490, tuvo un proceso inquisitorial , aunque por hechicera, no por judía. El mimso gobernador de Chile, Fco. de Villagra era nieto de una judía llamada Isabel Mudarra; y así mismo, Diego García de Cáceres era hijo de conversos y albacea del testamento de Pedro de Valdivia. (De la neocristiandad del de Cáceres -que era de Plasencia- no se supo mientras vivía, pero en 1619, con la publicación de una obra genealógica -La Ovandina- quedaron al descubierto los linajes conversos del Perú; la Inquisición requisó la obra, porque era un escándalo de la sociedad limeña, y no se recuperó hasta tres siglos después. De Diego García de Cáceres descenderán importantes políticos chilenos de la Edad Contemporánea, como Diego Portales y José Miguel Carrera. Se calcula que el nº de descendeintes de conversos en Chile ronda los 175.000 personas)
En 1570 se instauró la Inquisición, dependiente del virreinato de Perú. Conocemos casos como el de Luis Duarte, de siete años de edad cuando su padre, desterrado del Brasil por judaizante, tuvo problemas con los inquisidores en Buenos Aires, donde a pesar de llamarse ya Luis Noble, fue denunciado por cuatro personas, pero consiguió escapar y llegar al Perú, desde donde pasó a Chile. Otro caso es el de Fco. Maldonado da Silva, que con nueve años vió cómo la Inquisición se llevaba presos a su padre y sus hermanos, por judaizantes, y condenados a vivir en el Callao (porque allí había escasez de médicos) Maldonado a los 18 años fue al Perú, estudió medicina, aclaró con su padre el asunto de sus orígenes y pasó a vivir en Chile como judío. Sus hermanas, devotísimas cristianas, pasaron a vivir a su cargo; pero cuando Maldonado les contó sobre el judaísmo, ellas le denunciaron a la Inquisición y Maldonado huyó a Concepción, hasta que el Tribunal confiscó todos sus bienes, dejando a su mujer e hijos en la más absoluta miseria. Fue sacado de Valparaíso y llevado al Perú, donde fue quemado en el gran auto de fe de 1639.
El también médico Rodrigo de Fonseca, natural de Santiago, junto con su esposa, fueron entregados a la hoguera en 1644 por su pertinaz fidelidad al judaísmo. El cuñado del doctor no fue quemado vivo porque se suicidó en el presidio inquisitorial.
A fines del S XVII, la Inquisición de Lima recibió la acusación de un grupo de 28 judíos en Santiago de Chile. Alc apitán León Gómez de Oliva le confiscaron todos sus bienes por estar acusado de crptojudaísmo. Es la última víctima del Tribunal, porque a partir de entonces no se detectan chilenos con procesos abiertos. La Inquisición se abolirá en 1813, pero la libertad de culto no llegó hasta 1865. No obstante, a principios de S XX fueron descubiertas comunidades de judaizantes indígenas de carácter mesiánico. Cuando se les interrogó en dónde habían aprendido esas prácticas hebras -hasta ayunaban en Yom Kipur- contestaron que de los criptojudíos. Estos indios solicitaron ser reconocidos como judíos y bajo la denominación Hijos de Sión, participaron en el Primer Congreso del Judaísmo Chileno, en 1919; algunos, tras la conversión pertinente, incluso emigraron a Israel.
La comunidad sefardí propiamente dicha se fraguó con emigrantes de Esmirna, Estambúl, Monastir y Salónica tras los eventos de la disolución del Imperio Otomano tras ser vencidos por el Imperio Británico en la Primera Guerra Mundial. En 1916 se organizó el Centro Macedónico y, luego, la sociedad Jesed Ve´Emet, así como el Centro Sionista y la Asociación Colegio Hebreo. Los sefardíes que provenían de la Argentina se instalaron en Santiago, y los otros, en el interior – La Serena, Los Angeles, Ovalle- donde ya quedan muy pocos, porque la mayoría vive en Santiago. En 1924 queda constituída oficialmente la comunidad, que levanta su sede al año siguiente y en 1926 ya tiene un cementerio. En 1928 se funda el Talmud Torá, que en 1955, tenía 38 niños. La sinagoga de Maguén David se funda en 1945, creando un gran número de asociaciones deportivas, sociales y culturales, pero a fines de los años ´50 hay un receso en las membresías comunitarias hasta que a mediados de los´60 se crea la Central Sefardí. En 1969, la comundidad se afilia al movimiento conservador a través del Consejo Mundial de Sinagogas y años después, en 1972 , la CIS participa en la creación de la Federación Sefaradí Latinoamericana (FESELA), y se crea el Instituto de Estudios Sefaradíes . En 1978 contrataron a un rabino askenazí , Angel Kregman, abriendo así la comunidad a no sefardíes; luego, en los años 90, le rescindieron el contrato.
Bibliografía básica:
«Cuatro siglos de presencia judía en Chile», Günther Bhom, Revista Chilena de Humanidades, VOl IV, Facultad de Filosofía, Humanidades y Educación de la Universidad de Chile, Santigo, 1983.
«Los judíos de España», Editorial Quinto Centenario, Criptojudíos y Sefaraditas en la América Española, Leonardo Senkman.