El objeto más importante del culto en la sinagoga e incluso en la Sucá.
La mitzvá de esgrimir un lulav en la fiesta de Sucot se decreta en Levítico 23:40 -no en El Talmud- con el siguiente versículo:
ולקחתם לכם ביום הראשון פרי עץ הדר כפת תמרים וענף עץ עבת וערבי נחל ושמחתם לפני ה׳ אלהיכם שבעת ימים
«Tomaréis, el primer día, fruto de árboles hermosos, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y de sauces del arroyo; y os regocijaréis ante H´ vuestro Dios durante siete días».
La tradición rabínica instituye estas cuatro especies como árboles cítricos, de donde la especial fruta de la cidra -el etrog- además de la palmera datilera (y sólo esa) de donde sale el timet -la geminación- el eje sobre el cual se entreteje el lulav- árboles frondosos – hadás, esto es , mirto- y sauce del arroyo.
La tradicional manera de armar el lulav entre los sefardíes es la siguiente:
Los judíos sefardíes colocan la primera rama de aravah , el sauce, a la derecha del lulav y la rama segunda de aravah a la izquierda; después, los cubren con las tres ramas más duras —una a la derecha, la segunda a la izquierda y la tercera sobre la columna de la lulav, inclinándose ligeramente hacia el derecho. El paquete se mantiene unido con anillos hechos de tiras de hojas de palma.
Todas las especies deben tomar la dirección en que crecieron (El etrog se coloca de modo que el extremo del tallo -el pitán- debe estar en la parte inferior y el extremo de la flor en la parte superior; esta es la dirección en la que el etrog comienza a crecer, aunque a medida que madura en el árbol generalmente cuelga en la dirección opuesta.
En La Mishná, el mandamiento bíblico de tomar el lulav junto con las otras tres especies es para hacerlo durante los siete días de Sucot sólamente y siempre alrededor del Templo (como especifica el versículo «en la presencia de Hashem, tu Dios, durante siete días»). Sin embargo, tras la destrucción del Templo, rabí Yojnán ben Zakai realizó una takaná -una ordenanza rabínica sobre un precepto ya existente que hay que reformar- para tomar las cuatro especies durante los siete días completos de la festividad en conmemoración de la catástrofe nacional de la destrucción del Templo. Es el origen de las hakafot, las vueltas que da la congregación sobre la tevá en la sinagoga esgrimiendo los lulavím (plural de lulav).
El lulav, como todos los objetos y alimentos destinados al culto de los hebreos, debe ser kasher (apto para su tarea litúrgica). Un requisito para cumplir con la kashrut del lulav es su largura: debe ser al menos de cuatro palmos (tefaj, unidad antigua de medida de cuatro dedos separados en su máxima posibilidad, sirve para medir por ejemplo las dimensiones del tfilín)
Para recitar la bendición sobre el lulav y el etrog también hay normas:el lulav se sostiene en una mano y el etrog en la otra. Los usuarios diestros sostienen el lulav en la mano derecha y el etrog en la izquierda. Las costumbres para los zurdos difieren para Ashkenazim y Sefardim. Según la costumbre askenazí, el lulav se lleva en la mano izquierda, pero según la costumbre sefardí, en la mano derecha.
Según la costumbre sefardí, la bendición se dice mientras se sostiene solo el lulav y el etrog se recoge una vez que se completa la bendición.
«Bendito seas, Señor nuestro Dios, Rey del universo, Quien nos ha santificado con Sus mandamientos y nos ha ordenado que tomemos el lulav»
Seguidamente, el etrog se gira hacia arriba (o se levanta) y el usuario junta las dos manos para que el etrog toque el paquete de lulav. Luego, las cuatro especies se señalan y se agitan suavemente tres veces hacia cada una de las cuatro direcciones, más arriba y abajo, para dar fe del dominio de Dios sobre toda la creación.
También se bendice en el recitado del Halél, y en Hoshana Ravá.
Las mujeres -así ha sido toda la vida- están exentas de bendecir, pero no obstante, en esta ocasión, si así lo desean, pueden esgrimir el lulav.