
Parashá: Mishpatím, Sentencias, מִּשְׁפָּטִים . Exodo, 21:1–24:18. Haftará: Isaías 66:1–24. Darshán: Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita
“Moisés entró en medio de la
nube, y subió al monte; y estuvo
Moisés en el monte, cuarenta
días y cuarenta noches”(Shemot24:18).
Cuando Moshé Rabenu ascendió a las Alturas, los ángeles ministeriales quisieron quemarlo, y arguyeron: “¿Qué hace aquí entre nosotros un hombre nacido de una mujer?”. Hakadosh Baruj Hu le dijo a Moshé: “Respóndeles a los ángeles a su alegato, y quita de encima de ti la acusación de ellos”. Moshé le dijo a Hakadosh Baruj Hu: “Temo que los ángeles me vayan a quemar con solo el aliento de su boca”. Hakadosh Baruj Hu le respondió: “Aférrate de Mi Trono de Gloria, y dales una respuesta”. Así, aferrado del Trono de Hakadosh Baruj Hu, Moshé extrajo las fuerzas para acallar los alegatos de los ángeles acerca de su presencia en las Alturas (Tratado de Shabat 88b).
Es necesario analizar varios puntos acerca de este Midrash. Primero, ¿por qué Moshé tuvo miedo de responderles a los ángeles?, ¡si él había ascendido a las Alturas por orden de Hakadosh Baruj Hu Mismo! Él había santificado su persona, ascendido de nivel, y era como un ángel. Siendo así, ¿qué lugar había para temer de los ángeles? Además, hace falta meditar acerca de por qué Hakadosh Baruj Hu Mismo no les respondió a los ángeles al ver el miedo que se había apoderado de Moshé, sino que le pidió a Moshé que se aferrara a Su Trono de Gloria para que, en esa condición, pudiera recibir una influencia con la que poder darles una respuesta debida a los ángeles. Y, aún más, este Midrash resulta difícil de comprender, pues, ¿por qué Moshé tuvo que ascender a las Alturas a priori?, ¡si Hakadosh Baruj Hu podría haberle provisto a Moshé la Torá en el desierto, sobre la faz de la tierra, y, de esa forma, haber evitado todo aquel debate de los ángeles con Moshé!
Y, además, ya se ha dicho sobre la sagrada Torá que “no está en el Cielo”
(Devarim 30:12).
Siendo así, ¿por qué la Torá le fue entregada a Moshé en las Alturas? Pienso que se puede contestar a todas estas dificultades con una misma respuesta, la cual es muy sensata, y sienta bien tanto en el oído como en el corazón. Hakadosh Baruj Hu desde el principio tuvo en mente decirle a Moshé que ascendiera a las Alturas y recibiera la Torá, por cuanto Él quería darle a Moshé la sensación de que él era el predilecto de la Creación y de que no tenía por qué temer de los ángeles, pues cuando el hombre se aferra a la Torá y las mitzvot asciende y llega a un nivel muy elevado con el cual es considerado como si fuera un ángel. Y, asimismo, es sabido que, a priori, los ángeles fueron creados para servir al hombre y ayudarlo; pero desde que Adam Harishón pecó al comer del Árbol de la Sabiduría y fue desterrado del Gan Eden, el hombre descendió de su elevado nivel y aquel título del que gozaba como el predilecto de la Creación, lo perdió. Sin embargo, Moshé Rabenu, quien se había santificado con lo que le estaba permitido, se separó de su esposa para mantenerse puro, y no comió ni bebió todo el tiempo que estuvo en las Alturas, y ascendió de forma constante hasta llegar al nivel de los ángeles.
Por ello, él no tenía por qué temer de los ángeles. Es más, por el hecho de que la Torá le fue entregada a Moshé en las Alturas, Hakadosh Baruj Hu imbuyó en él el conocimiento de que aquel que se “mata” en la tienda de la Torá es como cualquier ángel o serafín sagrado. No obstante, Moshé, que todavía no estaba consciente de suelevado nivel, temió de los ángeles, y pensó que ellos lo excedían a él en rango, por lo que él no iba a poder responderles de la forma apropiada. Hakadosh Baruj Hu no les respondió a los ángeles y le pidió a Moshé que lo hiciera él por cuenta propia, por cuanto había en ello un mensaje paraMoshé y para todas las generaciones, respecto de que el hombre tiene que acostumbrarse a responderles a los ángeles y rebatir sus alegatos.
Después de los 120 años, la persona tendrá que subir a las Alturas y cuando su veredicto sea para bien, deambulará junto con los ángeles por el Mundo de la Verdad y tendrá que enfrentarse a las preguntas de éstos. Por ello, el hombre tiene que acostumbrarse a darles una respuesta. Y por el hecho de que Moshé Rabenu les respondió él mismo a los ángeles ministeriales, él imbuyó a todas las generaciones con el poder de proveer una respuesta a los ángeles. De la misma forma, podemos agregar que la Torá fue entregada precisamente en las Alturas debido al simbolismo de tal acontecimiento.
El hombre tiene que saber que, para recibir la Torá, tiene que desconectarse por completo del materialismo y “elevarse unos cuantos palmos del suelo”, por cuanto el materialismo y la espiritualidad no van juntos de la mano con la Torá. Para que la Torá pueda posarse en el seno de la persona, la persona tiene que desprenderse de las vanidades del mundo. Así, efectivamente, Moshé, que ascendió a las Alturas, no se introdujo alimento ni bebida a la boca durante cuarenta días y cuarenta noches, para demostrar al mundo que para poder recibir la Torá, hay que desprenderse y desconectarse de todo lo material.
Este asunto es tan importante y serio que incluso la Tienda de Reunión no era un lugar lo suficientemente santificado y espiritual para los propósitos de la recepción de la Torá. Esto se debe a que la Tienda de Reunión estaba elaborada a partir de elementos terrenales, y se entiende que, con el fin de recibir la Torá, es necesario que la persona se desconecte por completo de las vanidades de este mundo; solo entonces, tendrá el mérito de que la Torá permanezca en ella. Y he aquí que incluso Hakadosh Baruj Hu se le apareció a los Hijos de Israel sobre el Monte Sinai para proveerles la Torá allí, pues un monte simboliza la desconexión del suelo y la elevación por encima de lo material. Esto es un aprendizaje para los que quieren recibir la Torá en todas las generaciones por venir.