PATRICK MODIANO, EL NOBEL DE LA RESISTENCIA

 Uno de los mayores narradores actuales en lengua francesa, voz que documenta para unas cuantas generaciones una etapa de la historia y la intrahistoria de aquel París de mediados del S XX.


P. Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945) nunca se durmió después de que su padre , Alberto, le contara un cuento, pues el padre se separó de su mujer poco después de haber nacido Patrick. Pero hasta el día de hoy, aun sin haber vivido aquellos días en los que el nazismo era dueño de París, Modiano está contándose a sí mismo todas las historias de su padre, que se dedicaba al estraperlo y la resistencia después de haberse negado a portar en la solapa de sus impecables trajes la estrella amarilla.

Los Modiano, que se sepa, son una estirpe de sefardíes afincados en la Toscana, pero el abuelo, el padre de Alberto, nació en Alejandría. No obstante, su hijo -huérfano a los cuatro años- nació en Salónica. En 1903, y haciendo uso de la nacionalidad española que poseía,  el abuelo se mudó a Caracas, donde las cosas no fueron del todo bien. Luego se fue a París, donde se estableció como anticuario en el Distrito IX. Según Patrick su padre Alberto nació en la calle Pétrelle en 1912. En 1942 conoce a una  belga, traductora en una productora cinematográfica creada por Goebbles, con la que tendrá dos hijos: Rudy y Patrick.

Madre, padre y hermano

Alberto Modiano, que conocía el mundo del comercio desde su época juvenil  en el mercado negro, abrió una perfumería en la rue de Malesherbes. Hizo caso omiso a la ley del 3 de octubre de 1940, por la cual en tanto que judío debía presentarse en la comisaría para recibir su estrella amarilla. En febrero de 1942, tras una redada, pasó a la clandestinidad en la Resistencia Francesa. Por medio de un banquero italiano o de la amante de un amigo, surte en el estraperlo para la Gestapo y hasta hace una pequeña fortuna con ello. Fue entonces cuando conoció a Luisa y  un año después de la Liberación de París nace Patrick.

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P. Modiano probablemente nunca se durmiera después de que su madre, Luisa, le contara un cuento, pues esa madre abandonada por el padre de sus hijos se metió a actriz con el nombre artístico de Louisa Colpeyn (Amberes en 1918) Al futuro premio Nobel y a su hermano, que morirá de leucemia a la edad de diez años, los cría la abuela materna. Luego, cuando ella se va de vacaciones a Biarritz, los deja dos años en un hospicio. Después,  los matricula en un colegio, alojados en casa de una amiga que es arrestada por hacer reuniones prohibidas en la casa. Y vuelve a otro internado. Sin padre, ni madre, ni hermano. Hasta 1982 toda la obra de Modiano está dedicada a ese hermano que vio morir en una semana. Hasta hoy sigue contando lo que le contaron sobre las perturbadoras historias de su padre y aquel mundo que, sin haberlo vivido,  conoce como nadie.
Recibiendo el Nobel

Fugitivo reincidente del internado donde le educan de forma marcial, es expulsado. Otro colegio en la Alta Saboya. El hambre. La sarna. La adición al éter. El amor cuando tienes 20 años y estás en París en 1965. Ibiza y los hippies. Matriculado en La Sorbona para no ir al ejército y no ir a clase. El Movimiento Pánico.La ruptura total con su padre. Mayo del ´68.

 Es a partir de entonces, y vía Queneau -amigo de su madre actriz – como entra en los círculos literarios. Los cócteles de la prestigiosísima editorial Gallimard, que le publica «La place de L´Etoile». Ya nunca dejará de escribir. El día que se casó con Dominique Zehrfuss, la hija del constructor del barrio de la Defense, en la boda en vez de bailar Andrè Malraux discutía con Raymond Queneau. Tuvieron dos hijas. El premio de la Academia de las Letras Francesas en 1972. El Goncourt -el mayor premio de la lengua francesa- en el ´78. El Nobel en 2014. Por escribir la ausencia, la superviviencia, la resistencia, incluso la resistencia a esa ausencia, de su padre, de su madre, de su hermano. La búsqueda de la identidad en la impotencia de la comprensión del desorden humano. La Ausencia dentro de la Ocupación de los nazis. Ese desorden del S XX, jamás ausente. Ocupándonos. Preocupándonos.