Historia del rabino de Atenas bajo la ocupación de los nazis y de cómo salvó a miles de judíos.
En el censo de 1928, en toda la región griega del Atica (que incluye la capital, Atenas) se contaron 1.800 familias judías. Tras la ocupación de los nazis, muchos judíos de los territorios ocupados, principalmente de Salónica, se refugiaron en Atenas; en septiembre de 1943, unos 3000. Todos ellos bajo el liderazgo espiritual del rabino de Atenas, r Elías Barzilai.
R. Barzilai había nacido en Salónica en 1891. Su padre, r Pinjas Barzilai, era el presidente del Beit Din de Salónica. Todos los Barzilai tienen sus raíces en un árbol trasplantado de Pumbedita (Babilonia) a Barcelona (Sefarad) con Yehudá ben Barzilai (Barzilai proviene de Barcino, el nombre romano de Barcelona) Barzilai era hijo de David Ha´Nasí (título equivalente a príncipe de una judería) quien era hijo de r Yizkihau ben David, también conocido como Ezequías el Gaón, presidente de la academia talmúdica de Pumbedita, en Babilonia, asesinado en 1040, y cuya desaparición marca el fin de la era rabínica de los Gaones. Los tres hijos de Ezequías emigran a Granada, pues eran amigos de Shmuel Ha´Naguid; pero abandonan Granada con la invasión de los almohades, para retirarse a los reinos cristianos del norte. Ezequías el Gaón era bisnieto de r David ben Zakai, que descendía de Zerubabel ben Shaltiel, quien a su vez descendía de uno de los últimos monarcas de la Casa de David en Jerusalén, el rey Joaquín de Judea.
R. Elías Barzilai fue uno de los últimos alumnos del Gran Talmud Torá de Salónica, destruido en el gran incendio de 1917. Fue ordenado rabino en la yeshiva Beit Yosef. En 1914, antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, formó parte de un grupo escogido para estudiar en el Beit Midrash Ha´Ivri de Jerusalén. Después fue el rabino, mohel y profesor de hebreo de la comunidad de Skopie, hoy capital de Macedonia del Norte. Luego, en Belgrado y en Tel Aviv. En 1936, cuando ya era famosa su sabiduría rabínica, fue contratado como rabino de la comunidad de Atenas.
El 21 de julio de 1941 la Gestapo le nombra responsable de la Judenrat, los consejos judíos de gobierno de los guetos establecidos por los nazis. Ese mismo verano, no sin esfuerzo, y con ayuda de la policía italiana, consiguió salvar la sinagoga y las oficinas comunitarias, víctimas de un ataque perpetrado por la ESPO, la Organización Patriótica Nacional-Socialista. Tras el atentado, consiguió de la policía alemana un documento que acreditaba la quema de los archivos. Este documento sería vital unos años después para la salvación de miles de judíos.
El 21 de septiembre de 1943 llega a Atenas Dieter Wieslitzny. Lo primero que hace es llamar al responsable del Judenrat. A continuación , el propio rabi Barzilai nos da testimonio de ese encuentro:
“Me ordenaron ir a la Gestapo; cuando llegué a la calle Loukianou, fui rodeado por cinco oficiales de la Gestapo, todos vestidos de negro y empuñando pistolas; me ordenaron hacer todo lo que me dijeran, sin cuestionar ni dudar. Me ordenaron que preparara, en 12 horas, una lista de todos los judíos: sus nombres, domicilios (listas separadas para judíos griegos y extranjeros) sus bienes, las direcciones de sus puestos de trabajo, las de todas las oficinas de la comunidad y todas las cuentas bancarias. Al salir de la oficina de la Gestapo, prometí que todo se haría como me pedían. Esto los tranquilizó y me dejaron ir .
Para mí esa noche fue una noche de parto. A pesar del peligro que representaba para mi propia vida, tenía dos tareas muy importantes que completar. Primero, quemar todos los expedientes de los nuevos miembros de la comunidad y, segundo, convocar una reunión de todos los judíos en la sinagoga para explicarles que debían abandonar sus hogares de inmediato, salvando lo que pudieran y alejarse sin dejar que los alemanes ni sus vecinos griegos supieran adónde iban . Llamé por teléfono a los que no vinieron, utilizando una clave codificada (para que los alemanes no lo entendieran) La clave era : ‘el paciente está muy enfermo y los médicos recomiendan que deje la ciudad y se vaya a la montaña’ ”.
“ A la mañana siguiente fui a la Gestapo y les informé que no tenía ninguna lista. Enojado, el despiadado Wisliceny dio un gran puñetazo sobre la mesa de su despacho. Fue entonces cuando saqué el documento oficial emitido en 1942 por la Policía Especial Alemana que certificaba que los ladrones habían irrumpido en las oficinas de la comunidad y habían robado los registros [sobre el ataque de la Organización Patriótica Socialista Helénica (ESPO)]. Agregué que desde entonces no se había compilado un nuevo registro y que su plazo de 12 horas no había sido suficiente para recordar todos los nombres de los miembros de la Comunidad. Entonces, me dieron 48 horas más ”.
Nada más salir de allí , fue a realizar dos visitas, acompañado de miembros de la comunidad. Primero, el arzobispo Damaskinos; el segundo, el primer ministro Ioannis Rallis.Del arzobispo de la iglesia ortodoxa griega piedió ayuda y refugio en las iglesias; del primer ministo, que intercediera por la salvación de los judíos . Rallis hizo vagas promesas, mientras que Damaskinos se ofreció a facilitar la huida de Barzilai a Oriente Medio. Tenía una amistad personal con el rabino, pero explicó que como los alemanes no respetarían la santidad de las iglesias, no tenía sentido que los judíos se escondieran allí.
Damaskinos procedió a solicitar de Altenburg «que no impusiera medidas de deportación a los judíos de Atenas y las provincias del sur de Grecia, que habían quedado bajo la administración alemana como resultado de la rendición de Italia». Altenburg respondió que era «absolutamente imposible para él intervenir» ya que la orden de expandir las deportaciones raciales había venido de Adolf Eichmann. Damaskinos suplicó a Altenburg que excluyera al menos a los niños pequeños y a los inválidos de guerra, pero solo recibió promesas como tácticas dilatorias. Después de eso, Damaskinos emitió una circular secreta a todas las iglesias instando a los sacerdotes y comulgantes cristianos a ofrecer toda la ayuda a los judíos perseguidos. Además, su secretario, Ioannis Georgakis, solicitó, en nombre del arzobispo, que sacerdotes y monasterios ayudaran a los perseguidos.
El rabino también se puso en contacto con la Resistencia. El Frente de Liberación Nacional (EAM) se comprometió a ayudar a aquellos judíos que huyeran a las montañas. Su «secuestro» , totalmente ficticio, fue orquestado ese mismo día. El 8 de octubre de 1943, los alemanes emitieron una orden para que todos los judíos regresaran a sus hogares y se presentaran en la comunidad todos los días bajo pena de muerte. Los alemanes también se hicieron cargo de las oficinas de la comunidad e intentaron establecer una red comunitaria para atrapar a la mayor cantidad posible. A medida que pasaba el tiempo el miedo disminuyó. Como resultado, unos 800 judíos fueron capturados y deportados el 24 de marzo de 1944.
Después de trasladarlos de un lugar a otro, la EAM finalmente llevó a la familia Barzilai a una aldea remota y de difícil acceso, Krokylio, en la Fócide. La familia permaneció allí, bajo el cuidado de EAM, alrededor de seis meses. Luego fueron trasladados a Velouchi y, finalmente, a la aldea de Petrino, en Karditsa, cerca del cuartel general del Ejército Popular de Liberación de Grecia (ELAS), donde permanecieron hasta la Liberación.
Tras la guerra, fue rabino de Atenas hasta 1962, año en que dimitió. Escribió sus memorias , que fueron publicadas en Tel Aviv pocoa antes de fallecer en 1972. Bendita sea su memoria, que seguro l oes en los miles de judíos que con sus arriesgadas acciones salvó.