R. SHMUEL DE MEDINA

Uno de los primeros rabinos sefardíes que hubo en Salónica, de gran importancia en el estudio halájico.


La familia Medina es originaria de la población vallisoletana de Medina del Río Seco; esta  localidad de la comarca de la Tierra de Campos,  que ostenta el título de muy leal y muy noble,  es conocida como la ciudad de los Almirantes, que no son otros sino Alfonso  y Fadrique Enríquez (entre otros) descendientes de Paloma Bat Guedalía, judía que con Fadrique Alfonso de Castilla, primer señor de Haro, sería tatarabuela del mismo rey Fernando de Aragón.

En tiempos de la expulsión de los judíos de Castilla, era rabino del lugar R. Moshé de Medina, quien en 1506, en Monastir, hoy Macedonia del Norte, fue padre de un niño al que llamaron Shmuel. Este, estudió Torá ni más ni menos que de uno de los grandes jajamím  de la época, r. Yosef  Taitatsak – hijo de una gran estirpe de talmudistas nacidos en Sfarad y radicados en Salónica, entre cuyos discípulos se encontraba el mismísimo r. Yosef Karo, el rabino que significó el paso de la era rabínica de los Rishoním a los de la era de los Ajaroním.

Las ordenanzas halájicas de r. Shmuel de Medina, Ha´mahaRashdam, en forma de responsa, fueron  famosas e influyentes a través de todas las comunidades mediterráneas. A los 25 años ya era el rabino de Salónica. Creó una importante yeshivá, en  la que aprendieron un método exclusivo de estudio – heredero del método del rabino zamorano Isaac de Campantón – que animaba a sus alumnos a estudiar de forma independiente, escribiendo novelas de Torá y fomentando el pensamiento crítico.  Entre sus alumnos se encontraban el rabino Avraham Di Botton y el rabino Menachem Di Luzano. Todo pagado en gran medida por La Señora: doña Gracia Nasí.

Copia de 1798

Sus avatares vitales fueron de mucho penar. Su padre, r. Moshé de Medina, falleció a edad muy temprana. Luego, cuando r. Shmuel rondaba la cincuentena,  fallecieron sus dos yernos, R. Yosef Tsarfati y R. Yitsjaq Hayoun,  quedando  Medina a cargo de las dos  respectivas viudas,  además de sus dos únicas hijas, madres  de numerosa prole.  Por si fuera poco, al cabo de unos años,  también falleció su hermano, que fue quien lo había  educado  y quien lo ayudaba financieramente. También se hizo cargo de su cuñada y sus hijos. A pesar de todas estas dificultades, nunca abandonó el estudio de la Tora y continuó escribiendo y enseñando, y a pesar de estar necesitado de dineros con los que mantener a tanto pariente, jamás aceptó dinero por enseñar La Torá. Porque así debe ser. Es más, a pesar de que como rabino estaba exento de pagar impuestos a la comunidad, los pagaba con prontitud.

Junto a su intensa actividad halájica, Medina ocupó ciertos cargos comunales. Fue rabino de las más importantes y numerosas congregaciones de comunidades ibéricas de Salónica, entre ellas las de «Gerush» (es decir, de los exiliados) y Lisboa, y fue  enviado a Constantinopla en misión,  en nombre de los judíos de  Salónica para solventar las graves disputas que surgieron en Salónica y otras comunidades, evitando cismas y disenciones . Su autoridad se ve en el hecho de que su firma aparece en la mayoría de los reglamentos comunales (haskamot) que se han dictado en la época. A diferencia de muchos de sus contemporáneos de procedencia española, Medina no se dedicó a la Cábala, ni se adentró profundamente en la filosofía y los estudios seculares. Era  hombre de La Halajá y el líder comunitario  por excelencia.

Medina murió en Salónica en el año de  1589. Su hijo también fue rabino, r.  Moshé De Medina -como su abuelo- y llegó  a ser un rabino muy importante y un exitoso comerciante,  además de filántropo, pues ayudó a fundar una nueva imprenta hebrea . Entre estos libros estaba, por supuesto, el libro de su padre «Pisqe Rabbí Shemuel De Medina (שו”ת מהרשד”ם)» , una obra que contiene  956 preguntas y respuestas sobre todas las áreas de la ley judía, con una introducción de su propio hijo, Moshé.

Moshé tuvo dos hijos, Judá y Shmaia. El primero, un dayan en Salónica, fue asesinado por un sicario contratado por un judío a causa de un veredicto en su contra. Esta tragedia hizo que su hermano, que también era erudito y líder comunal de Salónica, se mudara a Venecia, donde se convirtió en uno de sus eruditos. Publicó el Ben Shemu’el, en memoria de de su abuelo .

Una descendiente de esta dinastía, la sra. Frida Cobo Medina, fue superviviente de Auschwitz  y se radicó en Tel Aviv, donde tuvo dos  hijas que le dieron nietas. Una historia por sí misma que os contaremos en otro artículo.