
Historia de un rabino viajero entre Jebrón, Londres, el Caribe y EE.UU.
Carrigal es el nombre de una pequeña parroquia del norte de Portugal, no lejos de la actual frontera con España. Pero Rafael Jaím Carrigal no nació allí, sino en Eretz Israel, concretamente en la ciudad santa de Jebrón, en 1733. No sabemos cuándo la familia llegó a la ciudad, pero sí que el futuro rabino estudió en la yeshivá de «Jesed Le´Abraham», fundada en 1659 por un judío nacido en Madrid, Avraham Pereira, que emigró a Amsterdam, donde hizo una gran fortuna; afin al sabateísmo, viajó a Gaza y luego a Jebrón, donde donó el dinero para la yeshivá.
Rafael, a la temprana edad de 17 años -aunque en aquella época ya eras un completo adulto- fue ordenado rabino. A los 21 años de edad le fue encomendada una shlijut, una misión, para recaudar fondos con los que mantener la comunidad jebronita a cambio de entregar a los judíos de la diáspora los frutos del estudio de la Torá y el Talmud a la sombra de la Tumba de los Patriarcas. Su primer destino fue Constantinopla, a la sazón capital del Imperio Otomano, de quien era súbdito. Allí estuvo dos años, sin que sepamos en qué se ocupó. En 1756, cuando los otomanos no pasaban por buen momento, enfrentándose a los rusos de Catalina La Grande, abandonó Constantinopla y en 1761 aparece al cargo de la oficina del rabino de Curaçao, en las Antillas Holandesas. Allí permaneció dos años, pero sin que sepamos por qué -quizás por haber recaudado suficientes fondos- regresó a Jebrón. Dos años más tarde volverá a partir, esta vez hacia Londres, donde consta que fue profesor del Beit Midrash que los sefardíes habían construido desde que llegaran oficalmente un siglo antes. Por su dedicación a la docencia rabínica se le pagaban cien libras de entonces, que hoy serían unas trece mil. Sin duda influido por los sefardíes que mantenían negocios en Jamaica, en 1771 partió de nuevo hacia el Caribe.
De Jamaica pasó a las Colonias Británicas, hoy EE.UU. Por allí estuvo en varias localidades, como New York y Filadelfia, pero de donde tenemos más información es de New Port, Rhode Island, donde fue expresamente invitado por su comunidad judía, que recibía encantada sus sermones en español. Dos de ellos pasan a la historia del judaísmo estadounidense como los primeros en haber sido publicados. Además, sabemos que mantuvo mucho contacto con Ezra Stillies, quien llegara a ser presidente del Yale College, y que empezó a estudiar hebreo con Carrigal. La correspondencia que ambos mantuvieron acerca de disquisiciones teológicas están conservadas en Yale. Stilies invitaba a su casa a Carrigal junto a Aaron Lopez, comerciante neoporteño, el hombre más rico de la ciudad (del que un día habremos de hablar) En la UNiversidad de Yale se conserva el retrato que usamos como foto principal. Obra de Samuel King.
Tras su estancia en Norteamérica decidió volver a los trópicos, esta vez a Surinám, donde pasó dos años, y luego a Barbados, donde pasó un año. Seguidamente retomó rumbo a su casa en Jebrón, donde falleció el cinco de mayo de 1777. Alav Ha´Shalóm.