SEUDAT MELAVÉ MALKÁ

En recuerdo del Rey David a la hora de su fallecimiento en el Yom Ha´Shabat de aquel Shavuot-


 La desaparición del Rey David de este mundo fue concertada para un Shabat que coincidiera con Shavuot -que era el día en el que también había nacido, pero en el año  2854 a.e.c. Se reunió con sus padres en el año  2924  a.e.c. David ben Isai, el belenita, el pastor que reinó sobre todo el Pueblo de Israel, como mortal que era, no sabía esto. Aunque sí sabía que  se reuniría con sus padres  en Shabat. También tenía conocimiento de que había un obstáculo para el Angel de la Muerte: susurrar versículos de La Torá -según el mundo kabalístico- actúa como una especie de abrigo espiritual, como una burbuja de luz,  que impide al Angel de la Muerte poder agarrarte, como una especie de Cúpula de Hierro que inhabilitara la muerte su temido acto.

Así que, durante todos los Shabat de su vida, desde el principio al final – así cuenta La G´mará-  el Rey David susurraba con devoción versículos de La Torá. Cuando el Yom Ha´Shabat finalizaba, en el palacio se realizaba un banquete -una seudá- que se llama Seudat Melavé Malká (de Acompañamiento al Rey) o Seudat Reviit (Cuarta colación) Según el Talmud, un banquete lleno de redenciones. Como sabemos, las tres seudot de Shabat -la de Erev Shabat, la de la mañana de Shabat y la de la tarde de Shabat se corresponden con nuestros patriarcas Abraham, Yitzjak y Yaakov. El Rey David fue considerado la cuarta rueda de la Merkavá y el Zohar Ha´Kadosh , el sto libro de El Resplandor , nos dice que los siete años que David reinó en Jebrón existieron  para vincular al monarca  con los patriarcas enterrados en la Cueva de Majpelá. Por eso el Rey David pidió al Soberano del Mundo que , de igual manera que se dice Elokei Abraham, Elokei Yitzjay e Elokei Yaakov dijeran también Elokei David….Ha´Shem le dijo que eso era imposible porque no estaba a la altura de sus patriarcas. David, que tenía las manos manchadas de sangre,  insistió proponiéndole que le pusiera pruebas como las que habían pasado los patriarcas. Con el tiempo, David se arrepintió de haber dicho esto, como deja constancia en un versículo de sus Tehilím.

 Y entonces, o mientras tanto,  llegó aquel Shabat que coincidía con la fiesta de Shavuot ( y con el septuagésimo cumpleaños del monarca que reinó sobre el Reino Unido de Israel) La  tradicional Seudat Melavé Malká , en aquella ocasión, iba a ser,  esa noche,  muy especial, pues a esos dos motivos  primigenios se unía la santidad de la seudá en sí misma:  la santidad inherente a las tres comidas de Shabat (que no es una santidad que esté en las comidas del resto de los días de la semana )  pasa a santificar al resto de los días ,  si haces S. Melavé Malka. Es un poco el asunto de los aromas en nuestras Havdalot, que sirve de enlace para que el sentido del olfato recuerde que  la hermosura del Shabat mientras se disipa en el ambiente, es fiel y regreserá al cabo de unos días….. La Seudat Melavé Malka, según el Zohar, también ayudará a que las mujeres tengan fácil parto. (No olvidemos que David también nació en Shavuot) Según jajamím, para que toda esta gracia del rey David recaiga sobre tu casa, durante esta cena especial se encienden cuatro velas: una de ellas es por David. Puesto que en verano Shabat sale muy tarde -el sol se pone tarde- hay una solución para no cenar a altas horas de la noche: primero, la seudá tercera se adelanta un poco (sobre las cuatro de la tarde) , es decir, se reza Minjá más pronto, para que a eso de las nueve tengas apetito ; se toma un kzait (lit. como una aceituna, 27 grs) de algo que nos guste mucho, vestidos elegantemente, con mantel y servicio de mesa fiestivo ;  y por supuesto haciendo antes Netilat Yadáin (lavado ritual de manos)

 

 Pero el Rey David en aquel Motsei Shabat no disfrutaría de su Seudat Melavé Malká. Según La G´mará, por la tarde llegó junto al palacio El Angel de la Muerte a cumplir su misión. David leía La Torá a media voz y, por tanto, no podía apoderarse de su alma. El Angel de la Muerte comenzó entonces a zarandear un árbol con mucha fuerza. Cuando el rey escuchó el ruido, se acercó a una ventana para ver qué pasaba -sin dejar de murmurar psukím– y , como no vió nada,  decidió salir afuera y para ello debía  bajar por las escaleras. El Angel de la Muerte sacó uno de los peldaños de esa escalera. David tropezó:  con el traspiés se asustó y,  en mitad de esa confusión, se calló (y se cayó, aunque no murió por la caída , sino por el silencio, la caída fue una consecuencia de la muerte) En ese momento,  el alma del rey abandonó su cuerpo. Nótese el juego de simbolismos entre Shavuot, la fiesta de La Torá, La Palabra, y el silencio real de un monarca músico y poeta. Algunos estudiosos ven en el árbol zarandeado un eco del Arbol de Adán y Eva en el Gan Eden y el pecado original, explicando que el Angel de la Muerte hacer recordar que el pecado roigianl no ha sido redimido y por tanto sigue habiendo muerte sobre la Tierra. Incluso es más, eco de la primera batalla de David Rey contra los  filisteos, cuando los esperaban bajo los árboles esperando la señal de los ángeles soplando sobre las ramas. David ganó esa batalla, pero en un terebinto de la zona también perdió a su hijo Absalóm, cuya cabellera se enredó con las ramas de ese árbol.

 Su hijo Shlomó no sabía qué hacer. Ha´Shem entonces envió águilas para rodear el cadáver del rey David: con sus alas abiertas cubrieron el cuerpo hasta que el sol hubo dado paso a la luna. Pero pervivie entre el Pueblo de Israel con su legado

Bibliografía: (en hebreo) r. Eliahu Amar, «David Ha´Melej»