Nota sobre un poeta hispano-hebreo en el S XIV y en una importante parada del Camino de Santiago.
Carrión de los Condes se levanta en mitad de lo que hoy es la provincia de Palencia, concretamente al norte de la antiquísima comarca castellano-leonesa de los Campos Góticos -ayer la tierra de los vaceos y hoy Tierra de Campos- cortada por el río Carrión, frontera entre los suevos y los visigodos. La localidad fue creciendo por ser parada importante de la calzada romana por la que transitaban los peregrinos desde Burdeos a Santiago de Compostela -la Vía Aquitania- origen de lo que hoy llamamos El Camino Francés de Santiago. Señorío de los marqueses de Aguilar de Campoo y condes de Castañeda -descendientes del linaje real de Castilla- en Carrión se celebraron cortes y sínodos de no poca impotancia, se levantó un Hospital para peregrinos jacobeos y los artesanos proliferaron al calor de todo aquel esplendor medieval. Y a la sombra del monasterio cluniacense de San Zoilo. En Carrión nació el gran poeta D Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, tío de Gómez Manrique y pariente de Garcilaso de la Vega.
Los judíos probablemente llegaran a Carrión en el S X, con las repoblaciones efectuadas tras la reconquista la plaza. Pero no hay documentación que lo atestigue hasta el S XI, cuando se les menciona en los fueros de la villa, dados por Alfonso V. De esta época conocemos , por el provenzal rabino Abraham ben David -ferviente defensor del judaísmo rabínico de Ha´Rambám, que en la villa de Carrión había disputas teológico-litúrgicas con la secta judía de los karaítas, que no reconocen la centralidad del Talmud. Parece ser que Carrión fue la reserva espiritual karaíta en la Península Ibérica cuando fueron expulsados de Castilla por el médico judío de Alfonso VI. Cuando Alfonso VI muere , el primero de julio de 1109, su hija Urraca casa con el rey de Aragón, Alfonso I El Batallador, creando una inestabilidad política que se manifestó en revueltas en las que se produjeron ataques contra los judíos de algunas aljamas, como la de Castrojeriz, y también la de Carrión de los Condes. Los judíos estaban a favor de que el reino lo heredara el hijo de Urraca, Alfonso VII, nacido de su anterior matrimonio con el Duque de Borgoña.
Carta de perdón de Alfonso VII a los vecinos de Saldaña, Carrión, Cea, Cisneros…
[…]doy carta de perdón de los males que hicisteis a los judíos a los que matasteis y
robasteis sus tierras y contra mis palacios que destruisteis y de los que robasteis el pan y
el vino, el oro y la plata y otras muchas cosas y contra mis montes que quemasteis
matando y extinguiendo la caza.
En los libros de cuentas de Sancho IV -fallecido en 1295- consta que las aljama de Carrión (Carrión, Saldaña y Monzón) tributaba 33.493 maravedíes, lo que quiere decir que el número de judíos sometidos a impuestos era altísimo. Baer incluso dice que todos los judíos de Palencia vivían en esta aljama. Y en el caso de Carrión, preponderantemente en el barrio de San Zoilo (propiedad del monasterio)
Llegados al S XIV -el siglo que para los judíos termina con las grandes matanzas de 1391, punto de inflexión en el judaísmo hispánico- en Carrión florece la literatura castellana, pero no sólo la de los cristianos sino también la de los hebreos. De los que hubo recordamos , por ejemplo a Shmuel ben Yosef ibn Sasón, autor del Libro de las Piedras de Onice (que podría estar dedicado a su padre , Yosef ibn Sasón, ya que el ónice es en el pectoral del Sumo Sacerdote de Jerusalén la gema que representa a la Tribu de José)
Este poeta nació en Frómista -villa que para 1492 era la mayor judería de Palencia y en donde dicen pudiera haber habido una importante yeshivá; a pesar de esto, quien podía pagárselo, se formaba en la judería de Toledo (razón por la cual algunos dan por toledano Shmuel ben Yosef).
Conocemos de su pluma no poca obra: una elegía a Don Yosef de Écija -almojarife de Alfonso XI- al que dedicó unos versos donde lamenta su encarcelamiento y su muerte. También escribió una elegía a su tía Esther . Y nos consta que se le encargaron unas estrofas para la dedicación de una nueva sinagoga en Carrión de los Condes: diez años del estallido de la pandemia de peste , esto es 1338, sus versos fueron grabados en el interior del Héjal de la sinagoga -el lugar más sagrado del templo hebreo por contener los Libros de La Torá. El edificio donde se levantó la sinagoga, llamada de los Herreros, había sido donado por una judía llamada Dña. Mira. El mecenazgo femenino medieval entre los hebreos recibía el nombre de Kilusín. Tras este evento, el poeta de Frómista, que ya había acabado los estudios en Toledo, se radicó en Carrión. La sinagoga de los herreros, una de las varias que debía haber, se identifica tradicionalmente como la hoy ermita de La Cruz (del s XVII), donde se guardan los pasos de Semana Santa. Y fue el mismo poeta quien nos informó del encargo del Hejal, al comentarlo en su obra «El Libro de las piedras de ónice»
Shmuel ben Yosef cultivó la amistad de quien es hoy por hoy el judío más conocido de Carrión de los Condes, r Shem Tov ben Yitzjak ibn Ardutiel -mal trasliterado en castellano como Sem Tob– autor de los conocidos «Proverbios Morales». El título real de la obra -nunca mejor dicho , pues es para Pedro I- es Consejos y documentos al rey don Pedro. Toda una obra de ingienería en verso con puentes tendidos al Talmud. Y autor, dicen, de la oración de Vidui (Confesión) para el rezo de la mañana.
Shmuel ben Yosef describe a Shem Tov de la siguiente manera:
Caballero eminente en la senda de la sabiduría, que pesa y sopesa sus versos y con su
saber confunde a los sabios. Es tan experto en la cría de ganado como en la poesía. Es un
escritor que rompe las rocas y habla desde el hisopo hasta el cedro, y sus poemas son
hábiles y asombrosos. La vara de los gobernantes está en sus manos y está difundido por
todo el reino. (Alarcos, 233-234)
Los judíos carrioneses sufrieron , dicen el cronista Ibn Verga, las matanzas y saqueos de 1391, provocando la huida de muchos y la conversión al cristianismo de otros tantos. Sin embargo, algunas familias se quedaron en la villa como judíos, pues consta el nombre de algunos recaudadores de impuestos de la judería y algunos procesos judiciales abiertos a prestamistas que no acababan de cobrar las deudas que con ellos habían contraído los cristianos. No obstante, de los más de trenta mil maravedíes que se llegaron a tributar ahora la cifra se reduce a 1000 y ya no en calidad de aljama. Para sufragar la Guerra de Granada los judíos de Carrión aportaron entre 1486 y 1491 2.000 mrs. Con la expulsión , partieron hacia Portugal.