TOMÁS DE TREVIÑO

Notas sobre la judería del Condado de Treviño y sobre el converso Tomás de Treviño.


En la hoy provincia vasca de Álava – a unos 14 kms de su capital, Vitoria-  hay un municipio que tiene una particularidad: no es alavés sino castellano, de la provincia de Burgos, y más concretamente de la diócesis de Miranda de Ebro, de la que dista 17 kms.  Su nombre, el Condado de Treviño ( <lat. trifinium  «límite de tres regiones»y no «más allás de las viñas» como sostiene la etimología popular  )  La localidad, fundada ,por Sancho VI de Navarra en 1161, ya la desvincula de Álava. Siempre ha sido un cruce de caminos que comunicaba la costa del mar Cantábrico con el valle del río Ebro y por eso fue lugar escogido para crear una aljama.

 Los datos sobre esa aljama no abundan, pero eso no significa que no existiera y que, incluso, fuera una aljama bastante  importante, de unas 35 familias, según los registros fiscales. En 1479 llegaron a pechar 3.500 maravedíes, y en 1491, un año antes de la expulsión, 1.700. No queda rastro de la sinagoga, es verdad , pero Rabí Yehudá interpuso una querella el 17 de julio de 1476 contra unos vecinos de Burgos. También consta que un tal Salomón fue obligado a pagar en 1490 los maravedíes de un préstamo que recibió y no saldaba. Por otra parte, en el Archivo de la Ral Chancilleria de Valladolid consta el nombre de 23 tributarios judíos de 1450 : Symuel Abalyd, Dabyd de Albella, Yuda Cobo, Yuda de Pancorbo, Ysaque Panero, Yaco Arama, Abaraham Ason, Rabi Sentó. …En el de 1480 constan muchos de los anteriores pero también nombre nuevos: Barsilay, Ysaque Nieto, Yako Enbalyd, y algunos sin nombre: el hijo de Abraham Vides, el «fijo» del platero, que en posteriores documentos parece ser le llamaban Dabý y al hijo Moshé. Las mujeres aparecen como La de David de Myjancas, la de Ysaque Panero, tejedor.

Pero Treviño también pasó a ser apellido de conversos. El más famoso de todos fue Tomás Treviño de Sobremonte (que es un localidad de Huesca, Aragón, en las faldas de los Pirineos)

Casa del Judío, en el barrio de S. Pablo,. Fue abandonada y hoy es un colegio.

Tomás Treviño nació en 1592,  en Medina de Ríoseco, hoy en la provincia de Valladolid; sus padres ,   D. Antonio Treviño de Sobremonte y  Dña. Leonor Martínez de Villagómez,  conversa; educaron , así pues,  a sus hijos en el judaísmo secreto. Tomás , en 1611, es decir, con 19 años, abandonó la Península Ibérica y se fue a Nueva España, posiblemente huyendo de la presión inquisitorial, pues la madre y el hermano mayor  fueron quemados por el Santo Oficio en 1623, es decir, habrían sido arrestados unos cuentos años antes, para la época en que Tomás cruzó el Atlántico.

En México, Tomás Treviño – también conocido como Jerónimo de Represa- tuvo suerte y se convirtió en un comerciante de éxito que además parece ser que tenía mucho éxito con las mujeres. Según la tradición, la hoy ya inexistente Casa del Judío era su casa. Cuentan que en su tienda tenía dos entradas, y que en una de ellas había enterrado un crucifijo. Quien entraba por la otra le cobraba más barato. Su comercio iba viento en popa.

Hasta que fue denunciado a la Inquisición y fue detenido. En su proceso, admitió haber tenido bastantes relaciones ilícitas con mujeres casadas y haber sido enseñado en su infancia, por su madre, en el culto judío, pero aseguraba que aquello eran cosas del pasado.  La Inquisición lo dejó en libertad y él, entonces,  se casó con una conversa castellana de Guadalajara, María Gómez,  con la que tuvo hijos -Rafael de Sobremonte y Leonor Martínez-  a los que, además de circuncidar, educó en el judaísmo, mientras iba a misa los domingos.

Dicen que lo más probable es que se convirtiera en el líder de los conversos de su época en México.  Fue detenido porque primero lo habían sido su suegra y su cuñado, , Ana Gómez y Francisco López de Blandón.  El 11 de Abril de 1649, Tomás Treviño de Sobremonte, fue quemado hasta la muerte en la estaca, en el quemadero de la Ciudad de México,  situado entre el convento de san Diego y la Alameda.

Francisco de la Maza, en La Ciudad de México en el siglo XVIII , dice que  Tereviño, en la hoguera, llegó a exclamar: «Echen más leña, que mi dinero me cuesta».