R. YAAKOB BEN SHLOMO IBN JAVIV

Biografía de uno de los grandes talmudistas de Sefarad en tiempos de la expulsión y que,  con una sola obra monumental,  pasa a la historia del judaísmo.



Rabí Yaakov ben Shlomó ibn Javiv fue a nacer en la ciudad  casrellano-leonesa de  Zamora, entre los años de 1445-50, esto es, reinando sobre Castilla Enrique IV El Impotente. Durante su infancia se desarrollaron, así pues,  los eventos de la Guerra de Sucesión al Trono de Castilla, que desembocarían en que la corona recala en la hermana del rey, Isabel de Castilla, más conocida como Isabel La Católica.

En su juventud estudió Torá y Talmud con un discípulo de r. Yitsjak Campatón,  Shmuel Valensi (no sabemos si de Valencia de Alcántara o la otra Valencia) Luego, pasó a estudiar en  la cercana Salamanca , donde llegó a ser presidente de una gran yeshivá. Pero pronto llegó el dilema de 1492 -conversión o exilio- y su familia, como tantísimas otras totalmente incapaces para la abjuración de la fe de sus padres,  partió hacia Portugal. Cuando allí el monarca Manuel II impuso también la disyuntiva de la conversión o el exilio, Jabiv partió hacia Salónica, donde ya entonces se estaba formando una gran comunidad judía en distintas kehilot -comunidades- de expulsos como dimis -infieles- del Imperio Otomano.

A veces aparece con el título Ein Yisrael, como esta edición de Venecia , 1737

En Salónica,  se hospedó en casa de d. Yehudá Benveniste, nieto de Abraham Benveniste, de la notable estirpe de ese nombre. La casa de D. Yehudá tenía una gran biblioteca -ya existía la innovación total de la imprenta- y todos aquellos saberes impresos fueron puestos a disposición de Jabiv.

Fue así como escribió la obra que le hizo un gran lugar en la historia de la literatura rabínica: Ein Yaakov, «El Manantial de Yaakov». Se trata de una gran recopilación antológica de todos los comentarios de la Hagadá del Talmud (No confundir con la Hagadá de Pesaj, aquí estamos hablando del contenido mishnaico que no es ni Halajá -derecho- ni Midrash -exégesis- sino mero dato narrativo de la tradición oral de La Mishná) Junto al texto en sí, aparecen los comentarios de los grandes exégetas medievales: Rashi, Ben Sderet, Shem Tov de Sevilla, etc. La obra tuvo muy buena recepción,  fue considerada con gran aplauso entre los estudiosos que tenían dificultades para leer el arameo talmúdico, que cada vez eran más en esa época. Además, otra prueba del éxito y la importancia lo demuestra el que fuera traducida a muchas lenguas, empezando por el yidish; actualmente se le ha traducido al ruso.  Jabiv fue tan aclamado por los de su generación -primera generación de sefardíes- que recibió el título de gaon (título honorífico que hace referencia a los grandes genios de la era rabínica anterior a la que pertenecía Jabib, los rishoním, los primero (en estudiar el Talmud fuera de las yeshivot babilonias de Sura y Pumbedita.)

Edición de Vilna de En Yaakov,

El objetivo de la obra tenía dos esferas: por un lado, familiarizar a los judíos con las fórmulas éticas del Talmud, no fuera que con tanto vaivén socio-político como el que había en el S XVI, los judíos se olvidaran de los fundamentos filosóficos del judaísmo para la vida interior. Y por otra parte, era también su fin, refutar los comentarios desdeñosos de cierto sector de los conversos contra la propia obra talmúdica (que algunos, para aparentar profunda conversión y estar a salvo de la Inquisición pretendían ser más católicos que el papa, todo hay que decirlo, como por ejemplo el rabino mayor de Burgos, Pablo de Sta. Mª)

No conocemos siquiera el nombre de su esposa, pero hacia 1480, cuando aún vivía en Zamora, fue padre de un niño al que llamó Levy (ibn Jabiv), que fue obligado en el destierro portugués al bautismo, hasta que consiguió la familia salir hacia Salónica, donde estaba garantizada la libertad religiosa bajo las políticas del recientemente creado Imperio Otomano. En 1513, Levy ya aparece radicado en Jerusalén -por lo que fue testigo ocular de las batallas en que los otomanos tomaron Siria a los mamelucos, ya que también vivió una época en Damasco y Alepo. Tras su muerte, en 1545, decayó la vida judía en Jerusalén, dando pie a que se desarrollara la de Tsfat.

 Yaakov ibn Jabiv se reunió con sus padres en Saloniki,  en el año de 1516, más o menos a la entonces venerable edad de 66 años. Debió ser uno de los primeros judíos sefardíes de los enterrados en su cementerio, destruido en tiempos del nazismo en Grecia.

 Otra faceta de su rabinato fue la promulgación de takanot -ordenanzas rabínicas- para regular el fenómeno del cripto-judaísmo. El historiador Joseph Hacker, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, sostiene que diferenció entre los anusím (forzados) que continuaron viviendo bajo las leyes de los monarcas cristianos y los anusím que retornaron al judaísmo en tierras otomanas, bereberes e incluso en las rebeldes y protestantes provincias de los Países Bajos. Por supuesto, esto creó la consiguiente disensión con otros rabinos contrarios a Jabiv.

No confundir al rabino del S XVI con el poeta homónimo de Salónica Rapahel Yaakov ben Jabiv, que se carteaba con Bialik, el poeta nacional de Israel en el S XX,  a principios de los años ´30.