YEHUDÁ JAIM PERAJIÁ

Nota biográfica de quien es considerado como el último narrador y versificador  en judeo-español.


I a vosotros caros amigos, pocos restantès Djidios aki
Vos répéto lo ké vengo dé dézirvos al Beth Ahaym ansi:
Téned confiansa en el Dio alto. Dias mijorès ké estos
Van à espountar para mozotros i alora sérémos kistos!

Xanti, la ciudad del norte de Grecia en la que nacieron Demócrito o Protágoras, fue el lugar donde el 25 de julio de 1970 murió Yehuda Jaím Perajia, a quien la Historia de la Literatura considera la última pluma de la narrativa en judeo-español. Nosotros además diríamos que la mejor entre los de su generación   Ahí está, por ejemplo, «Bimba» para demostrarlo.

Los Perahiá son una estirpe de sefardíes tesalonicenses bien conocidos en Tesalónica y su órbita cultural inmensa ;  aportaron  un gran número de rabinos,  mekubalím,  o presidentes de congregaciones, como rabí Yehoshúa Ha´Koén,  fundador del sanatorio de  Bikur Jolim de Salónica o  de la academia rabínica llamada Midrash de la Plaza. O Ribí Aharón Ha´Kohén Perahiá, dirigente de todas las comunidades de Oriente. Existe una obra, encargada por  los hermanos Semtov y Yehudá Perahiá a Michael Moljo en 1930, Essai d’une monographie sur la famille Perahiá a Thessaloniki, donde seda buena cuenta de los anales de la dinastía.  De esto está hecho el sefardismo y no de limitarlo y minimizarlo al floclore manoseado de la bureka y la romanza.

 Perahiá (hijo de Aharon y de Esther Albo) fue a nacer en Tesalónica en el año de 1886, cuando la ciudad , entonces de  más de  cien mil habitantes -48% judío- aún estaba bajo administración del Imperio Otomano. En los años inmediantamente  antes de su nacimiento se habían tirado las murallas de la ciudad y la ciudad se expandía no sólo en tanto a barrios sino que  había entonces conocido  el transporte ferroviario, conectando la ciudad con Belgrado  o lo que aún se llamaba Constantinopla.

Es decir: Perahia , naciendo en 1888 y muriendo en 1970, va a ser testigo intelectual de las Guerras Balcánicas, la desintegración del Imperio Otomano, la integración en el entonces Reino de los Helenos, que no de Grecia, el incendio, la liquidación genocida de la comunidad sefardí de Salónica o la creación del Estado de Israel. Todo está en sus páginas, sosteniendo pequeñas y grandes historias de sefardíes a pie de calle , sometidos a las vicisitudes de la historia  mientras son testigos de cómo se desvanece un mundo perdido. Una obra con cierto aroma de proustificación, de irremediable despedida que sólo puede ser aprehendido a través de la palabra impresa y que queda perpetuado en sus palabras para que nosotros lo podamos recrear, entender y nunca olvidar.

Vos mando con esta lettra copia dactilografiada dé mi ovrajé
 Bimbaké kiéroké vozotros meldech con attention afin ké vos penétrech bien bien dé lo kéfouéron los 4 o 5 oultimos générassiones dé los Djidios dé Salonique

 Alumno de l´Alliance y del rabino Cobo -una cultura poliédrica- pronto conoció el mundo del sionismo político  y llegó a ser el editor responsable de la asociación  Agudat Or Tzión  durante los años 1913-1919. También fue  representante del Keren Kayémet y presidente del Keren haYesod, entidades políticas  del movimiento sionista. A partir del año 1914 fue corresponsal de los periódicos salonicences L’Independent y El Liberal. Además de su labor en el ámbito del periodismo, su tarea literaria también se expresa en la traducción de obras francesas judías.

Tras la IIª Guerra Balcánica, por la cual Salónica pasa a ser parte de Grecia, y tras  la Iª Guerra Mundial, por la cual se desmantela el Imperio Otomano, Perahia pasa a vivir en Xanti, donde va a trabajar como clasificador y catador de de una tabacalera de la familia judía de Salónica de los Allatini. Allí se jubiló como administrador general.

 Dos  décadas después,  allí le sorprenderá el nazismo y la consiguiente  deportación de aquellos primeros días de marzo del´43. El tuvo suerte y escapó en una barcaza para luego conseguir llegar a Atenas y refugiarse en casa de unos parientes de quien había sido su sirvienta, Anastasia. Allí permaneció hasta el día de la Liberación. Seguidamente fue a Kavalla como rabino. Nunca se casó ni dejó otra descendencia que su obra literaria.

En la notche dél 3 al 4 dé marzo 1943 los bulgaros tomaron a todos los djidios dé estos civdades ké eillos sé ajevaron en la Vieja Bulgaria. Dizen ké eillos foueron aougados en el Danoubio. Non ouno de eillos poudo salvar. A mi non me tocaron. Me resfouji alora a Olympiada de Chalcidique

Perahiá, esto es digno de decirse, no fue un escritor profesional, sino un escritor aficionado, pero cuyo valor literario, aun ajeno a la cirujía de la crítica filológica, es de gran valor testimonial, docuemental y hasta antropológico. El último presidente de la comunidad judía de Kavalla donó sus papeles -sus cartas, su biblioteca, etc.- al Instituto Yad Tsví, donde pueden consultarse.

La primera obra que publicó, en 1913, fue «Debora» , un cuento en el que se  relata lametamorfosis de una muchacha judía, tan culta como asimilada,  que  tras conocer y seguir los deroteros del famoso caso del antisemitismo  del capitán Dreyfus en París decide dedicar su vida a la casa sionista.

Seguidamente, publica la primera parte de  «Bimba», que fue escrita en 1911 pero publicada en 1957 por el periódico «El Tiempo» en Tel Aviv . La segunda parte, que llevó el título de «Recodros»,  la escribió en 1930. Cuenta la historia de una muchacha de 1890  llamada Beatriz, alias «Bimba», huérfana, pero criada por unos tíos, a la que van a casar con su primo Meir, de quien concebirá un hijo. El relato es líneal y sigue una tradicional estructura de trama , nudo y desenlace, pero nos enseña por dentro el mundo sefardí de la época. En la segunda parte , el tío Yehudá hace un flash-back sobre la estirpe salonicense de los Perahiá, descubriendo a los sobrinos las costumbres y rituales de antaño, hasta llegar a la decadente situación por la que pasaba la comunidad en el tiempo de la novela.

También escribió, además de una recreación sobre la revuelta de Bar Kojbá, unaa serie de  nueve relatos cortos sorbe personajes reales que encontró en su vida, como Marco Avigdor o Alberto Assael, Rozina Carasso o Margueritte Goulema. O Estrellika Ellion, en donde narra los hechos del tremendo incendio de Salónica en 1917. Y al menos se han publicado una  veintena  de poemas suyos sobre el tema de La Shoá , editados por Isaac Levy y Shmuel Refale y también estudiados por Sussy Grus, del Instituto Salti para la investigación del ladino en la Universidad de Bar -Ilán.

Non pouedé dingouno estar bivo i pénétrar en mis sécrétos.
En partida, solo antès dé mourir lé mostro fatos concrétos.
Piédré couidado. Tou ora va à venir. Tou sira va vinir con boueno
Té espartiré dé esté moundo ké te parece forno dé fouego.
Asta estonsès ten passensia, ama à la vida con gousto
Coualo ké digas, este moundo apartiéné solo a los Djoustos