Nota biográfica del médico que consiguió devolver la vista a Juan II de Aragón, padre de Fernando El Católico.
Se llamaba Cresques Abiatar, pero todo el mundo le conocía por su apellido, Abenrabí (El hijo del rabí) Desconocemos cómo es que nació en la ciudad de Lérida a mediados del S XV, pues el linaje está ligado a las localidades de Zaragoza y de Hijar, donde ya en 1365 aparecen documentos en los archivos de la Real Cancillería de Aragón (la joya del archivo de la Corona de Aragón) en donde aparecen noticias de entuertos acerca del encarcelamiento de Sol, esposa de Ismael Abenrabí, y de un posible hermano, Açach Abenrrabi, etc.
Cresques Abiatar (se llamaba como el Sumo Sacerdote de tiempos del Rey David) desde pequeño tuvo inclinación a la medicina y los movimientos de los astros en la bóveda celeste. Pero tuvo que abandonar los estudios siendo muy joven, cuando la reina María ejerció una nefasta influencia sobre su marido, Alfonso V de Aragón, y se restringieron notoriamente los derechos de los judíos de Lérida. La reina María era una amargada , epiléptica, de rostro destrozado por cicatrices de la viruela, que sufría horrores por ser estéril, mientras que la concubina de su marido paría un heredero. Por su influencia su esposo decretó restricciones tan absurdas como que un médico judío no podía curar a un cristiano , ni siquiera administrarle medicación alguna.
Como consecuencia de todo esto, la aljama leridana -el call de Lleida- fue despoblándose. Los Abenrabí se mudaron a Zaragoza, posiblemente por la existencia de los parientes antes nombrados. Junto al Ebro conseguirá terminar los estudios de medicina en 1459, un año después de la muerte de Alfonso V. Abenrabí , entonces, solicitó del nuevo monarca, Juan II, permiso para examinarse y reciir la licencia pertinente para el ejercio de la medicina. Examinado por el protomédico real, Juan Vesach, consigue sus propósitos y comienza a ser un médico más en la aljama zaragozana. Sin embargo, al poco tiempo, y puesto que las condiciones de la judería leridana habían mejorado con el nuevo monarca, Cresques Abiatar decide dejar Zaragoza y mudarse a Cervera, para luego pasar a su ciudad natal. En Lérida, tras haber conocido a un médico judío francés en Cervera, se especializa en el mundo de la oftalmología y sobre todo en el delicado arte de la cirugía de cataratas.
En 1461, Juan II, inmerso en la guerra civil que atenaza a su corona, comienza a tener graves problemas de visión. Un par de años antes de emprender la toma de Barcelona, en 1468, decide mandar llamar a Abenrabi, cuya fama le precedía por todas partes. Juana Enriquez , la reina consorte, se entrevista con el médico, que tras una primera evaluación decide que la única solución es la cirugía. Pero la reina tiene miedos y no consiente. Abenrrabi decide operar a dos personas de la misma edad del rey con el mismo problema, que recuperan la visión casi de inmediato; pero la reina no claudica y sigue sin dar su consentimiento. Entonces el médico explica que gran parte del éxito de sus operaciones quirúrgicas se deben a que estudia en los astros el momento idonéo para operar. Pero no hay nada que hacer. Sin embargo, entonces sucede que en el mes de febrero la reina Juana fallece, víctima de un cáncer de mama. El rey pide ser operado por Abenrabi ( a quien el rey trata en todo momento con el respetuoso trato de rabí) La operación del ojo derecho se llevará a cabo en una fecha propicia para ello, el once de septiembre de ese mismo año. Resultado: éxito total. El rey, entusiasmado, pide que le opere el ojo izquierdo, pero según los cálculos astrológicos, no podrá realizarse la operación hasta dentro de muchos años…Ante la insistencia real se acaba fijando como fecha propicia el doce de octubre de ese mismo año. Resultado: éxito total. El pueblo creyó que aquello sólo podía ser obra de algún tipo de milagro y decidieron que había sido intervención de Sta. Engracia, mártir de Zaragoza. El rey ordenó que construyeran un monasterio de los jerónimos en el lugar donde fue martirizada.
El 20 de enero de 1479, Juan II abandona este mundo, heredando la corona de Aragón su hijo Fernando, más conocido como Fernando El Católico. Cresques Abiatar Abenrabi fue la persona elegida para pronunciar el sermón el funeral real del rey de Aragón, Navarra, Sicilia, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Corcega, conde de Barcelona, del Rosellón y de la Cerdaña, y duque de Atenas y Neopatria.