Dos pequeñas y antiguas juderías madrileñas de las que no por ello tenemos que olvidarnos,
No lejos del aeropuerto de Madrid, en la comarca conocida como La Campiña, se levanta una pequeña localidad muy antigua – ya estaba poblada por romanos. Cobeña, feudo medieval de la Casa de los Mendoza -y en concreto de D Pedro Glez. de Mendoza, mayordomo de Juan I- junto a Torrelaguna y Alcalá de Henares, formaba un gran eje de florecientes juderías medievales.
La de Cobeña fue aljama habitada por unas setenta familias -una cifra bastante elevada para una aljama de aquella época- dedicadas a la platería y el comercio o el servicio financiero. Tal era la comodidad económica en la que se vivía que se hizo muy popular y codiciado, sobre todo entre los mozos de Torrelaguna, casarse con judías del lugar, dando este hecho lugar a la expresión
«Mas vale Cobeña que Alcalá y sus tierras».
Estudiada por Cantera Burgos, esta judería, en los años cercanos a la expulsión del Reino de Castilla, fue patria chica de Juan de Cobeña, hijo del notario Diego García, funcionario de los Mendoza; en 1491, a Juan de Cobeña, converso y residente entonces en Guadalajara, se le abrió proceso inquisitorial en Toledo por judaizante: constan declaraciones de algunos vecinos de Cobeña sosteniendo haberle visto donando aceite de oliva a la sinagoga; además, había mantenido amoríos con una judía, pariente suya – su prima Clara, que le había dado un hijo; también se le había visto ayunar dos veces y tuvo un cuaderno de oraciones hebreas que acabó quemando. Puesto que el acusado admitió los cargos, unos años después de cárcel se le condenó a pagar 500 maravedíes. El expediente está guardado en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.
Torrelaguna, de donde salían los mozos casaderos para las doncellas hebreas de Cobeña, está a unos 30 kms al norte, en la misma provincia de Madrid. También antigua, allí en 1436 nació el cardenal Cisneros, tercer inquisidor de Castilla y regente de la monarquía castellana entre la muerte de fernando El Católico y la llegada de Carlos I de España y V de Alemania.
La aljama de Torrelaguna debía de estar bien poblada, como se desprende de los impuestos que pagaba: en 1472, 1000 maravedíes. En 1491, por la campaña contra Granada, 24.450. Pero quizás el hecho más elocuente es que tuviera nueve rabinos, de los cuales cinco eran médicos: Rabí Caqon, Rabí Lezar, Rabí Mose y Rabí Yuçe Afatel, son algunos de ellos. Se sabe también que con el decreto de expulsión, dos de ellos , al cambo de un tiempo, regresaron a Sfarad como cristianos nuevos: Rabí Abraham Qalama y Rabí Levy, que adoptaron los nombres de maestre Enrique de Torrelaguna y maestre Alonso de Torrelaguna respectivamente.
La Sinagoga de Torrelaguna estaba en donde hoy se levanta el edificio de la Casa de Cultura, en la Plaza de la Paz. La sinagoga, montada sobre una antigua mezquita, una vez expoliada, se convirtió en Hospital de la Stma. Trinidad. La entrada del edificio tiene una evidente huella mudéjar: vid. foto principal de este artículo.
Evidentemente, las calles aledañas a esta plaza es donde se habría ubicado la judería. Por ejemplo, el arco hoy llamado del Cristo da a la plaza del Matadero, donde se supone que estaba la carnicería hebrea.