CUANDO SHLOMO SE CONVIRTIO EN PABLO

Historia del más famoso rabino convertido al catolicismo.

LA JUDERÍA DE BURGOS, cabeza de Castilla, ya existía en tiempos de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid (S. XI) -recordemos, aunque sea literatura, el episodio del «Cantar de Mío Cid» con los prestamistas RAQUEL Y VIDAS. No en vano, Burgos fue capital de Castilla hasta que  se traspasó a Toledo en 1085.  Al socaire de su castillo vivieron sus judíos. Más tarde, en los últimos años del S XIV, las cosas empezaron a torcerse: tanto los judíos castellanos como los aragoneses fueron víctima de las consecuencias de la matanza de Sevilla en 1391, que será imitada extendiéndose por todo el territorio de la Península Ibérica, azotando hasta la destrucción y el asesinato a muchas aljamas y a sus moradores.

Cédula de Enrique III, 16/06/1391,

No se sabe a ciencia cierta qué dimensiones alcanzó este hecho en la la judería burgalesa. Hay dos teorías: por un lado, Amador de los Ríos, autor de la segunda «Historia de los judíos españoles» (obra de cariz antisemita en esencia) da por hecho que los judíos de Burgos sufrieron también la matanza de 1391. Sin embargo, por otro lado, historiadores más contemporáneos (con un método científico) como Fco. Cantera, sostienen que del único archivo municipal que queda en la ciudad del año 1391 (mes de septiembre) no es posible deducir que dicha masacre se hubiera producido; es decir, la afirmación de Amador de los Ríos  habría que ponerla en duda.

No obstante, sí  conocemos cierto papel de la aljama burgalesa en esos detestables hechos históricos: Enrique III de Castilla, El Doliente (descendiente de Pedro I de Castilla, el rey a cuyo bando se arrimaron los judíos cuando la guerra) veía como un problema económico la notable disminución de los impuestos que pagaban los judíos a las arcas reales. Tenía que detener aquella barbarie del populacho enfervorecido por los  rebeldes predicadores antisemitas. Así que el rey promulgó una cédula real pidiendo que la judería burgalesa no fuera atacada, pues en tanto que Cabeza de Castilla, sería ejemplo a seguir por otras ciudades.

Sepades que yo he sabido cómo agora en estos días pasados en las muy nobles ciudades de Seuilla e Córdoba, por endusimientos e predicaciones que fiso [el] Arcediano de Ecija, que algunas de las gentes menudas de las dichas ciudades, como omes rrósticos e de poco entendimiento […] fueron contra los judíos que estauan en las aljamas de las dichas ciudades e mataron pieça de ellos e a otros robaron e a otros por fuerça finieron que se tornaren cristianos

[porque siendo Burgos] cabeca de Castilla, todos los logares sosegarán del sosegó q. vos en esa cibdat pusieredes.

Pero los judíos tenían miedo a pesar de que la monarquía quería protegerlos y exprimirlos. Y de este miedo y de la realidad de eludir aquellos impuestos, nace una vez más, pero ahora con unas dimensiones colosales, una fuerte oleada de judíos que abjuran de la fe de sus padres para abrazar el cristianismo.

Una de esas conversiones  fue todo un escándalo, pues era ni más ni menos que la del rabino mayor de Burgos, r. Shlomo ben Yitsjak Ha´Levy, que el 21 de julio de 1391 recibió las aguas bautismales para pasar a tener el nombre de Pablo García de Sta Mª (según el historiador Bentsión Netaniahu en The origins of the Inquisition in fifteenth century Spain su esposa no quiso convertirse). Pero al menos uno de sus hijos sí lo hizo y, de mayor, sería ordenado por el papa romano obispo de Burgos, con el nombre de Alfonso de Cartagena. Un hermano del rabino también se convirtió, tomando el nombre de Alvar García de Sta Mª. Este vivió desde joven en la corte como consejero real e importante cronista del reinado de Juan II (S XV) Otro hijo, Gonzalo, fue promovido a obispo de Astorga.

Pablo emprendió su carrera eclesiástica formándose teológicamente en París, primero, y en la sede de los antipapas en Avignon, después. Fue arcediano de la localidad de Treviño y Enrique III le promovió a obispo de Cartagena (dependiente de la archidiócesis de Granada) Su papel dentro de la corte era tal que también se le nombró ayo del infante D. Juan, posterior Juan II. Aún escalaría puestos de mayor rango: en 1407 ocupó la vacante del Canciller Real -algo así como primer ministro. Su última etapa fue como obispo de Burgos. Falleció el 30 de agosto de 1435 y fue enterrado en un convento dominico ya desaparecido.

Tras su conversión, no abandonó del todo el judaísmo: se dedicó a atacarlo intelectualmente, sobre todo con debates con YOSEF ORABUENA y con Yehoshúa ibn Vives, Ha´lorquí, que también se acabará convirtiendo, pasando a ser Jerónimo de Santa Fe y protagonizando la Disputa de Tortosa con el antipapa el Papa Luna. Pablo también será el impulsor de las Leyes antijudías que promulgó en 1412   CATALINA DE LANCASTER . Por si fuera poca lucha antijudía, escribió obras como  Dialogus Pauli et Sauli contra judæos, que se hizo manual de antisemitismo de la época hasta llegar a ser usado por Lutero.

De sus descendientes conocemos a una nieta, Teresa de Cartagena, hija de su hijo Pedro; sorda,  se metió a  monja y se dedicó a escribir  dos obras que la colocan entre las primeras mujeres medievales escritoras en lengua española.

Bibliografía:

  • Serrano y Pineda, Luciano (1941) D. Pablo de Santamaría. Gran rabino y obispo de Burgos. Discurso leído ante la Real academia de la Historia al ingresar en ella. por el Excmo. Abad de Silos. Contestación al mismo del Excmo. Sr. D. Elías Tormo y Monzó, Académico de la Historia. Día 3 de noviembre de 1940, Burgos.