
Nota biográfica del empresario sefardí que inventó el teatro moderno norteamericano .

Abraham H. Belasco, nacido en Londres en 1830 era hijo de Israel , un frutero de Whitechapel, descendiente del célebre púgil Abraham Belasco. Casado en la sinagoga de Bevis Marks con Reyna Nunes Martínez, en 1853 -es decir, con apenas veinticuatro años- desearon formar parte de la aventura de la Fiebre del Oro y embarcaron hacia los Estados Unidos , vía Panamá, para radicarse en S. Francisco, California. Fueron padres de doce hijos. En 1853, el mismo año que se casaron, tendrán uno al que llamarán David.
David comenzó su vida laboral muy joven -como todos en aquella época- realizando diversas tareas en distintos teatros de S Francisco: por ejemplo, call boy, el muchacho que avisaba a las estrellas cuándo debían salir a escena. Pronto fue ascendiendo y se hizo actor en 1873. Y director y secretario en la Ópera de Piper en Virginia City, Nevada, donde encontró «más mujeres temerarias y desesperadas por metro cuadrado … que en cualquier otro lugar del mundo». Quizás por eso regresó a S. Francisco, pero por poco tiempo, pues se fue a Nueva York en 1882 para trabajar como director de escena del Madison Square Theatre (y luego el antiguo Lyceum Theatre) mientras escribía obras de teatro. Para 1895, era tal el éxito cosechado que se estableció como productor independiente.
Su carrera, que finalizará en 1930, se compone de cien títulos emblemáticos de la historia de Broadway, convirtiéndole en el hombre más poderoso del teatro neoyorquino, creando estrellas de la escena que pasarían al cine, pero sobre todo su nombre se recuerda por haber adaptado Madame Butterfly como ópera por su gran amigo personal G. Puccini. También lo era de Toscanini.
También era amiguísimo de Cecil B. de Mille, quien tras graduarse en Arte Dramático, comenzó su andadura artística guiado por David Belasco. Sus más allegados colegas eran Mary Pickford o Grifiith mismo, el más aclamado cineasta de su generación. O Morris West, su yerno, casado con su hija Reyna, fruto de su matrimonio por más de cincuenta años con Cecilia.
Fue propietario de varios teatros en N.Y. El primero, en el 229 de la famosa calle 42., entre las avenidas 7 y 8, en el distrito de Times Square de Manhattan. Belasco se hizo cargo de la gestión del teatro y lo remodeló por completo en 1902, solo dos años después de que Oscar Hammerstein (el abuelo del famoso letrista) lo construyera como la República del Teatro. El segundo Teatro Belasco está ubicado en el 111 de la calle 44, entre las avenidas 6 y 7. Fue construido en 1907 como el Teatro Stuyvesant y renombrado como Belasco en 1910. El teatro fue construido según los deseos de Belasco, con iluminación Tiffany y paneles de techo, carpintería de madera y murales. Su oficina de negocios y su apartamento privado también estaban alojados allí. El Belasco todavía está en funcionamiento como un lugar de Broadway, con gran parte de la decoración original intacta. En 2010 se sometió al edificio a una restauración profunda por valor de 14,5 millones de dólares para retornarlo al esplendor de los días en que vivía en él su propietario.

También fue propietario de teatros en Los Angeles -uno de ellos operado por un hermano de David, Frederick. Otro de sus hermanos, Edward, dirigió el Los Angeles Belasco Theatre , en pleno centro de Los Angeles. Muchas estrellas de Hollywood con raíces teatrales, así como estrellas de Broadway que estaban visitando la costa oeste, están vinculadas a ese teatro, cerrado en los años ´50 para ser iglesia y, después, night club.

También tenía un teatro frente a la Casa Blanca, en Washington, pero fue demolido en 1962.
Pero de toda la huella que dejó en este mundo, la mejor es impalpable, pues renovó las técnicas hasta el punto de crear escuela para varias generaciones de iluminadores de escena ( Belasco se convirtió en uno de los primeros directores en evitar el uso de luces tradicionales en favor de las luces ocultas debajo del nivel del piso, ocultas para la audiencia)
Por otra parte, aunque su naturalismo a la hora de interpretar no fuera tan valorado como el conocido método Stanislavsky, para los profesionales norteamericanos sigue siendo un nombre de referencia clásica.
Falleció a los 77 años de edad, víctima de un ataque al corazón, en una habitación del hotel Gladstone, N.Y,, el 14 de mayo de 1931 y está enterrado en el cementerio judío de Linden Hills, en Queens, N.Y. Todos los teatros de NY guardaron silencio en su memoria.