GABRIEL DE VALLSECA

 Historia de un converso y famoso cartógrafo del fin de la Edad Media .


En la ciudad de Palma de Mallorca existe un colegio público cuyo nombre es el de un palmesano célebre y medieval -Gabriel de Vallseca. ¿Pero quién fue este hombre para merecer tal honor?

 Después de la masacre de 1391 en Barcelona, las conversiones al cristianismo fueron numerosas y,  en su gran mayoría,  debidas a razones prácticas e ineludibles para salvar la vida. Tal es el caso de Jaím ibn Risch, posible mallorquín emigrado a Barcelona,  quien con el bautizo toma el nombre de Juan de Vallseca (una comarca de la actual provincia de Lérida, entonces Reino de Aragón, cuyo señorío data del S XIV; luego, en el S XVIII,  se convierte en apellido de  un vizconde de los que fueron territorios malloquines en Francia, el Rosellón) En aquellos tiempos las más honorables familias tenían el orgullo de apadrinar a judíos que abandonaba la fe mosaica y en este caso los ibn Risch fueron apradrinados por quien fuera alcalde del municipio de Barcelona.

El hijo de Jaím fue bautizado con el nombre de  Gabriel. Y antes de 1433, siendo ya maestro cartógrafo,  abandonó Barcelona y pasó a vivir y abrir un taller  en Palma de Mallorca, donde desde antiguo había habido una importante escuela de cartografía marítima liderada por el judío CRESQUES ABRAHAM, EL MAYOR CARTÓGRAFO DE LA EDAD MEDIA

  No sabemos mucho de su vida privada: vivía en el barrio de la Santa Cruz, en el barrio de los marineros, como es lógico para un hombre que estudiaba las artes de los instrumentos de la  navegación, tan importantes y decisivos en el S XV. Su esposa se llamaba Floreta Miró y tuvieron dos hijos, Francisco y Juan. El primero acabó en manos de La Inquisición, así como un hijo del segundo, a quien se le abrió un proceso inquisitorial, junto con su esposa, por judaizantes. Todo hace pensar que el propio Gabriel era también converso judaizante, pero jamás fue molestado por la Inquisición. Esto lleva a pensar a distintos estudiosos del fenómeno social llamado Chuetas, que Gabriel fue también un converso judaizante.

  De su labor como cartógrafo conservamos sólo tres mapas, confeccionados en los años 1439, 1447 y 1449. En España sólo se conserva uno, el de 1439, en el Museo Marítimo de Barcelona: los otros dos están en Francia y en Florencia, respectivamente.

 El portulano de 1439 -así se llaman los mapas medievales, pues indican los puertos donde los marinos podían atracar- llegó a Barcelona tras pasar por cierta peripecia. Fue comprado por 80 ducados a fines del S XV por Americo Vespucio. En 1785, fue adquirido por el cardenal Antonio Despuig, arzobispo de Valencia y de Sevilla -dos puertos marítimos importantes. Este señor lo depositó en una posesión de la familia Despuig en Raixa, una gran casa de origen musulmán de la Sierra de la Tramontana, en Mallorca. El rey Felipe IV otorgó en el año 1658 a Ramón Despuig Rocabertí, caballero de la orden de Calatrava y capitán de caballos y corazas del Reino de Mallorca, el título de conde de Montenegro, que habitaban la casa solariega en 1836.  Fue entonces cuando ocurrió  el desastre; la escritora francesa George Sand -Aurora Dudevant- y su esposo -F. Chopin- visitan por un tiempo Mallorca, instalados en la ya desamortizada  Cartuja de Valldemosa. Lo cuenta ella misma  en «Un invierno en Mallorca»  (París, 1841) A uno de los criados se le ocurrió usar un tintero de la mesa del despacho para desplegar el rollo del mapa medieval y  colocarlo como pisapapeles del pergamino; pero a pesar de que el tintero estaba lleno y tenía cierto peso, no fue suficiente contra la fuerza del mapa, que quiso por sí mismo volver a estar enrollado. Fue muy desagradable comprobar que la tinta negra había dañado la obra y que sus reyes en  miniatura navegaban por un mar negro de gritos y hasta desmayos. Aun así, la carta fue vendida en 1910 al catalán Pere Bosc y Oliver, quien a su vez se la vendío al Institut de´Estudis Catalans, entidad que la donó a la Biblioteca de Cataluña.  En 1960 la dejó en depósito en el Museo Marítimo de Barcelona donde se encuentra actualmente expuesta para que los guías te cuenten lo de la tinta de aquel calamar de cristal.

El mapa de Vallseca abarca un espacio geográfico que va desde Escandinavia a Somalia, con un detallado conocimiento de las entonces recientemente descibiertas Islas de las Azores, lugar que será hogar de una gran comunidad de conversos portugueses. La cartografía portulana de Vallseca, si bien es típica de la época, incorpora novedades que incrementan su valor y significado: homogeiniza la escala entre el Atlántico y el Mediterráneo e incorpora toponimia ibérica de la Escuela de Cartografía de Venecia.

No sabemos a ciencia cierta cuándo murió, pero sí que hizo su testamento en 1467.