Nota biográfica de un importante talmudista medieval ligado a las juderías de Valencia, Barcelona, Calatayud y Argel.
En el Museo de Arte de Leipzig, Alemania, cuelga una obra de 1881 firmada por Wilhelm Gentz , pintor de la escuela orientalista; en 1847 este pintor realizó un gran viaje desde España al Sinaí, viajando luego incluso a Jerusalén para realizar la obra «La entrada del príncipe heredero de Prusia a Jerusalén, 4 de noviembre de 1869 » (1876, Galería Nacional de Berlín) En 1881 pintó el cuadro del cenotafio del rabino Yitzjak bar Sheshet, en Tlemcén, Argelia, lugar de peregrinación para muchos judíos sefardíes. No en vano es una fuente indispensable para el Shulján Aruj.
Yitzjak Ben Sheshet nació en el año 1326 y todas las fuentes, en distintas lenguas, coinciden en asegurar que nació en Valencia pero que desde temprana edad vivió en Barcelona. Por lo cual muchos lo dan como barcelonés de nacimiento. Allí, estudió con Ha´Ran (Nissim Girondi, -el de Gerona-) a quien admirará de por vida; y estudiará también con un condiscípulo, Jasdaí Ben Crescas, de quien nos ocuparemos en otro momento para conocer mejor su obra como talmudista en la Corana de Aragón.
Yitzjak también será un enorme talmudista medieval, pero al principio de su vida se dedicó al comercio. De hecho, no comienza su rabinato sino a la edad de cincuenta años, que en aquella época era una edad bastante avanzada. Este cambio de actividad está motivado por una calumnia que le lleva a prisión durante cinco meses – a él, a su hermano y al Ran. Inhabilitado para ejercer su oficio de toda la vida, aceptó hacerse cargo del rabinato de Zaragoza, pero luego tuvo que conformarse con acceder al rabinato de Calatayud, que tampoco era poca cosa pues de esta aljama dependían diversas localidades de la comarca y era la segunda del reino. No obstante, su estancia bilbilitana no fue un cielo sin nubes y acabó por regresar a Valencia, su presunta ciudad natal, donde abrió un Beit Midrásh.
En la ciudad del Turia tampoco le serían propicias las cosas, pues en 1391, con la masacre antisemita que se extendió desde los púlpitos del arcediano de Ecija, la judería de Valencia será una de las que desaparecieron por completo la ardiente noche del once de julio de 1391. Esto hay que recordárselo a quienes intentan manipular la Historia en favor del Turismo a través de la hipocresía de la España de las Tres Culturas.
Yitzjak, como tantos otros jueus valencians, optó por la conversión y tomó los hábitos dominicos bajo el nombre de Jaume de València. Año y medio más tarde consiguió embarcar para huir de la Península Ibérica y radicarse en la costa de Argelia, donde se reunió con su amigo de juventud, Jasdaí Crescas, para empezar de nuevo a vivir como el judío que siempre había sido.
Pero también allí los azules cielos mediterráneos tenían nubes. Antes que él, había llegado a Argel otro sefardí que tenía la intención de liderar la comunidad judía; viendo a Isaac como un rival, comenzó a perseguirlo. Consiguieron nombrarlo rabino de Argel, pero se ganó la enemistad del mallorquí Simon Ben Tsemaj, que no toleraba que el gobierno musulmán se inmiscuyera en los asuntos de la comunidad judía.
Isaac fue , a pesar de todos estos entuertos de poder rabínico, muy venerado por los judíos argelinos, que realizaban peregrinaciones a su tumba en el aniversario de su muerte, que ocurrió en 1408. Su lápida fue restaurada por la comunidad de Argel en 1862. Sobre ella hay grabada una elegía hebrea, compuesta por Abba Mari ibn Caspi, y la siguiente inscripción en francés : «este monumento fue restaurado por la comunidad de Argel el once de agosto de 1862 «. La exactitud de la fecha de su muerte dada en este epitafio es, sin embargo, cuestionada por algunos estudiosos.
Isaac fue autor de 518 responsa, a las que se atribuye gran valor halájico, por lo que fueron ponderadas por hombres como Joseph Caro y muchos otros. También son de gran importancia para la Historia, ya que en ella se reflejan las condiciones de vida judía en el siglo XIV. En algunos de esas responsa se encuentran detalles de la vida del autor; pero desafortunadamente es imposible verificarlos cronológicamente, ya que los editores alteraron el orden original de las responsas y no hay filólogo capaz de encontrar el orden primigenio.
Su postura halájica era muy estricta pero, tal cual es caractrística del mundo sefardí, no exenta de flexibilidad. Desaprueba el estudio de Aristóteles, con todo lo que eso conlleva para acercarse a la obra del Rambám. Es un acérrrimo adversario de La Kabalá, jamás habla de ella, y se sabe que detestaba a los que creían en las diez esferas porque le parecía que eso era algo así como los cristianos creyendo en la Santísima Trinidad.
Su obra, bajo el habitual título de Sheelot ve´ Tsuvot, «Preguntas y Respuestas», se publicó en Constantinopla en 1546. También tenemos en nuestras manos una colección de piutím (poemas litúrgicos) y de kinot (endechas especialmente cantadas para la luctuosa fecha del 9 de Av)
Un aspecto digno de ser mencionado es su nombre. En hebreo, aparece Sheshet Barfet, mientras que en español ese Barfet (bar es ben en arameo) lo convierten Perfet, confundiendo una bet con una pe.