
Nota sobre un tortosí pionero en la diplomacia internacional y en el interés antropológico de las tierras que visitó y describió.
Entre el s XI y el s XIII -lo que para algunos es la Plena Edad Media- se experimentó el mayor crecimiento de la Historia; y eso crea que vaya creciendo el comercio internacional a través de todo el Mar del Norte y del Mediterráneo. Pero antes de eso, en el S X, aparece en Tortosa, hoy Tarragona, la figura de un judío que tendrá un papel dentro del mundo de los viajes medievales: Ibrahim ibn Yakub, Abraham el hijo de Yaakov.
Nació en el año de 912 a orillas del Mediterráneo y en la desembocadura del Río Ebro, en la importante ciudad omeya de Turtusha (Tortosa) Su oficio fue el comercio, pero no en las callejuelas y zocos de su ciudad natal sino por todo Europa del Norte y del Este, cosa bastante inaudita para la época. En el año 960, es decir , hacia sus cincuenta años, el esplendoroso califato de Córdoba, a punto de pasar de Abderramán III a su hijo Alhaken II, le encomendó una misión diplomática que tenía como destino a Otón el Grande, primer emperador del Sacro Imperio Germánico. El primer encuentro tuvo lugar en Roma en 1961 y el segundo en Mandemburg en 965. Esta misión fue sin duda dirigida por el gran visir del califato cordobés, el judío jienense de nacimiento Jasday Ibn Shaprut.

El periplo fue enorme: Burdeos, Noirmoutier -la Isla de las Mimosas, al sur de la Bretagne- para llegar luego a Utrecht, en los Países Bajos, Maguncia , Fulda, y de allí viajar al país de los chekos, llegando hasta Cracovia. A su regreso a Córdoba -cosa que hizo desde Sicilia- redactó un informe que es hoy el primer documento escrito sobre las ciudades de Praga y Cracovia, así como de Vineta; por supuesto, también relata con detalle la vida y las costumbres de los pueblos eslavos. Este informe lo conocemos por el Libro de las Rutas y los Reinos, escrito en 1067 por Al-Bakri. También hay fuentes polacas que habla de que pasó allí la Pascua de 1973.