JASDAY IBN SHAPRUT

 El impulsor de la Edad de Oro de los judíos en Sefarad: médico, diplomático y protector de las artes y las ciencias a niveles internacionales en el S X dec-


Jasday -transliterado del hebreo original al inglés como Hasday- es un nombre que proviene del término Jesed, חסד, una de las doce formas de misericordia en lengua hebrea (además de una esfera kabalística) . Y Jasdaí ibn Shaprut hará honor a su nombre.

Fue a nacer, con el nombre de Jasday Abu Yusuf ben Yitzjak ben Ezra ibn Shaprut en el año de 915 en la capital de la taifa de Yayán -Jaén-que entonces recuperaba un esplendor perdido comerciando por todo el Magreb con sus famosos tapices. Su padre, Yitzjak ben Ezra, era rico y, probablemente por cuestiones de negocios, la familia pasó a vivir en Córdoba cuando Abdel Ha´Rajmán , último emir cordobés,  se convirtió en primer califa de Córdoba: año de 929.

Yitzjak , allí,   fue benefactor de la construcción de  una sinagoga,  por lo cual cabe suponer que dio a su hijo una esmerada educación hebrea, además de una sólida formación en árabe y latín, pero sobre todo en medicina. Según algunas fuentes, había descubierto un antídoto llamado en hebreo Moshía (de yeshuá, salvación) y Al Faruk, en árabe. Ya en su juventud tradujo un libro de medicina desde el griego al árabe (Dioscórides, «Materia Médica», regalo del emperador de Bizancio Constantino VIII) E incluso otro desde el latín.

Una página de Materia Medica

El caso de Jasday Ibn Shaprut es,  en cierto modo y salvando las distancias,  el del Ha´Rambám: ambos quedan unidos al nombre de una ciudad que no los quiere olvidar -forjando sus leyendas- pero ambos abandonaron su patria chica a muy tierna edad para no volver jamás. Jasday , por medrar. Ha´Rambán, seis generaciones después, de la mano de su padre Maimón  el dayán, el juez , por huir de la crueldad fundamentalista de la conquista de los almohades (los muyaidines) El fin de la luminosidad del califato cordobés para siempre jamás.

Pero antes de que todo eso sucediera, Abderramán III, primer califa de Córdoba,  le nombró, primero,  su médico personal -le curó la obesidad ( y a Sancho I de Navarra, la hidropesía que le impedía el movimiento) Después, además de galeno, pasó a ser intérprete, por su don de lenguas, ya que conocía hasta  el entonces vulgar romance, el paso previo al castellano;  seguidamente, fue responsable de la economía con el extranjero, que desarrolló con tal potencia que fue nombrado visir del califato , algo así como primer ministro y ministro de asuntos exteriores. Su secretario, que ya lo había sido de su padre, era MENAJEM BEN SARUK

Para la comunidad judía, fue su nasí -la autoridad principal- de la comunidad de Córdoba, además -según Graetz, el gran historiador alemán del mundo judío- principal impulsor de la Edad de Oro del judaísmo en Sefarad en tiempos del califato deCórdoba.

En 1939, Ramiro II de León se enfrentó a las huestes de Abderramán III en la Batalla de Simancas; la derrota musulmana fue tal que el califa, a punto de perder la vida, jamás volvió a estar en una batalla. Y entre los rehenes estuvo uno de sus grandes amigos, Muhammad ibn Hashim al Tuyibi…Sabedor de que sólo saldría de la cárcel de León mediante un pacto con Ramiro II, Abderramán envió a tal efecto a Jasday, como dice el historiador Ibn Jayán:

» (…)  ese hombre único de su generación,  de una talla que  no pudo ser encontrada  entre los sirvientes de ningún otro emperador en el mundo, debido a su alta cultura, la profundidad de su astucia, su agudo discernimiento y su inteligencia excepcional «.

Ramiro II, maravillado del trato con el visir hebreo, se hizo tan  amigo de Jasday  que permaneció en la corte cristiana durante siete meses. Aparentemente no había conseguido nada, pero en el verano de 941 Ramiro II envió un heraldo a Córdoba solicitando un acuerdo de paz total. Y en 942 Jasday regresó a Córdoba con el tuyubita Muhammad liberado.

También  fue enviado a  tratar con el señor del condado de Barcelona; regresó de allí con el obispo de Gerona, que iba a ratificar lo acordado por Jasday en nombre del califato: no aliarse con reinos cristianos, respetar a Abderramán III y anular el matrimonio de su hija con el rey de Pamplona.

Con el Reino de Navarra también tuvo victorias diplomáticas. Sancho I, impedido el movimiento, se había refugiado en casa de su abuela en Pamplona, quien sabedora de Jasday, no dudó en recurrir al médico y diplomático judío para retronar a su nieto al trono. No en vano es muy posible que la reina Toda fuera sobrina-nieta del visir. Después de curar a Sancho en Pamplona les invitó a viajar a Córdoba, (parece ser que a pie, para adelgazar, según un poema de Dunash ben Labrat)  En Córdoba  se inclinaron ante el califa y le dieron diez fortalezas a cambio de  su apoyo…Con este apoyo vencieron los navarros a los leoneses y Sancho I recupera el trono.

De su incesante labor diplomática se encontraron cartas elocuentes a finales del S XIX en la Guenizá de la Sinagoga de El Cairo -todo ello expoliado por el fundador del  reformismo estado-unidense, y hoy guardado en la biblioteca de la Universidad de Cambridge. Se carteaba con Otón I , emperador del Sacro Imperio Germánico,  enfadado por las incursiones andalusíes en sus fronteras.

En 961, falleció Abderramán III, y Jasday siguió sirviendo como visir para su hijo y sucesor, Al Jakám II. uno de los más esplendorosos califas de la historia, en un gobierno rebosante de paz y cultura desde la medina Azahara que fundara su padre y de cuya  biblioteca real – más de 400.000 títulos- era responsable ibn Shaprut. Además , fue protector y mecenas de muchos gramáticos y literatos, teniendo contactos culturales incluso con reinos lejanos, como el de Jazaria -de cuyo rey tenemos una carta llena de datos históricos de indudable valor y que sirvió para que dos siglos después  Yehudá Ha´Leví escribiera EL KUZARÍ.

Mantuvo también contacto epistolar con las academias talmúdicas de Sura y Pumbedita, en Babilonia, entonces a punto de terminar la última de las eras rabínicas -los gaones- para dar paso a la de los rishoním- los primeros, que mudaran de lugar para pasar a ejercer su estudio y docencia , su guarda y custodia del judaísmo rabínico, en Sefarad: la esencia del sefardismo, el esplendor intelectual de la corona de la estirpe de David la´olam va´ed, por los siglos de los siglos.

Año 953,  Gaón de Pumbedita, r. Aarón Cohen, escribió una misiva a Ibn Šaprūt en la que afirmaba: «Desde tiempos muy remotos hasta nuestro tiempo la sabiduría se encuentra en
España…»

Jasday Ibn Shaprut murió a la edad de 60 años, en 975, en Córdoba. Con él moría el mejor tiempo para los judíos de la Península Ibérica. Se le recuerda con calles en Bnei Brak, Tel Aviv, Hertzelía , Beer Sheva y Jerusalén. En Jaén, donde nació y pasó su infancia, en los últimos años han descubierto su existencia reivindicando su figura, dedicándole una avenida y haciéndole hijo predilecto.

De su descendencia encontramos, ya a mediados del S XIV, y en Toledo, a Shem Tov ibn Shaprut, también médico, pero también dedicado a la exégesis talmúdica; vivió las matanzas de 1391, autor de una polémica teológica con el Papa Luna, libros racionalistas sobre leyendas del Talmud, entre otras. Luego vivió en Tarazona.